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Hechos Lección 54 Capítulo 26

EL LIBRO DE HECHOS

Lección 54, Capítulo 26

Comenzaremos en el versículo 9 de Hechos, capítulo 26 hoy. Por lo que abra sus Biblias en el capítulo 26.

En la pintoresca ciudad portuaria costera de Cesárea Marítima, la capital provincial de la región local, incluida Judea, Sha’ul (Pablo) está ante el gobernador Festo, el rey Agripa y la reina Bernice y una variedad de otros dignatarios anónimos. El propósito de esta reunión no es un juicio judicial para Pablo, ya que eso ya ha ocurrido; y los resultados del juicio fueron ambiguos por decir lo menos. De hecho, es precisamente la vaguedad del testimonio que dieron los acusadores de Pablo y luego la refutación de Pablo al mismo lo que ha puesto a Festo en una posición similar al predecesor de Festo, Félix. Tanto Félix como Festo podían dar poco sentido a las acusaciones en contra de Pablo, concluyendo que esencialmente nada de eso tenía que ver con la ley romana, sino que la disputa tenía que ver con algunos matices ocultos de las Leyes religiosas judías. Por razones que no se dan, el exgobernador, Félix, aparentemente no quería irritar al Sumo Sacerdote y al liderazgo judío con la absolución absoluta de Pablo, por lo que la solución de Félix era simplemente no hacer nada y dejar que el no condenado Pablo se pudriera en prisión hasta que la situación de alguna manera se resolviera a sí misma.

El nuevo gobernador, Festo, estaba atrapado en la misma disyuntiva de Félix; necesitaba tener buenas relaciones con los líderes judíos (ya que fue la incapacidad de Félix para mantener la paz y la tranquilidad en Jerusalén lo que lo despidió de su trabajo), sin embargo, como administrador capaz y juez Festo no estaba dispuesto a condenar a un hombre obviamente inocente por el bien de la política local (especialmente cuando ese hombre era un ciudadano romano). Sin embargo, Festo tenía un problema peculiar que Félix no tenía; cuando Pablo se explicaba a Festo, él declaró sus derechos como ciudadano romano para apelar su caso directamente al Emperador (que en ese momento era el notoriamente voluble Nerón). Festo no tuvo más remedio que conceder a Pablo su deseo, pero al mismo tiempo el Emperador esperaría que se le presentara una cuestión bien articulada de la ley romana para hacer el juicio. En este caso Festo ya había determinado que Pablo no violó ninguna ley romana, por lo que no tenía idea de lo que debía escribir y enviar a Nerón como las cuestiones de este caso que se le pedía a Nerón que resolviera. Sin embargo, por suerte, el rey judío Agripa y su hermana Bernice habían llegado a Cesárea para una visita, por lo que Festo pensó que tal vez podrían entender mejor las acusaciones en contra de Pablo y ayudar a Festo a formular una carta de cargos apropiada para ser enviada junto con Pablo a Roma.

Volvamos a leer parte de Hechos 26 para comenzar.

Volvamos a Leer Hechos CAPÍTULO 26:9 – hasta el final

Algunos comentaristas bíblicos no están satisfechos con el enfoque de Pablo en su discurso porque no están seguros de que lo que Sha’ul (Pablo) está diciendo sea lógico. Así que para ellos hay dudas sobre si este recuento es totalmente correcto.

Aunque reconoce sus preocupaciones, me parece que Pablo evidentemente está diciendo que entiende completamente la mentalidad de sus adversarios en cuanto a su desconfianza, incluso odio, de Yeshua y de la secta judía que engendró, El Camino, porque Pablo mismo había albergado una vez estos mismos puntos de vista. Al testificarles a los no creyentes sobre el Señor, o incluso al explicarle a las personas que llevan siendo creyentes desde hace mucho tiempo acerca de porqué deben tomar en serio toda la Biblia (incluyendo la Torá) y que las doctrinas de la Iglesia hechas por el hombre necesitan ser reexaminadas y algunas tomadas con una dosis saludable de sal, es costumbre que me explique que no hace mucho tiempo atrás estaba en sus zapatos, con la misma cosmovisión que posee la mayoría de los cristianos. Lo que leemos aquí en Hechos 26 es la manera de Pablo de decir que no condena a sus oponentes por su forma actual de pensar porque entiende que son tan ignorantes de la verdad como él solía ser. Sin embargo, al mismo tiempo Pablo comunica que (a un lado las excusas) una nueva era ha amanecido, el Reino de los Cielos ha irrumpido, y es hora de dejar de lado viejos prejuicios y patrones de pensamiento y estar dispuesto a aceptar la voluntad soberana de Dios; y eso comienza con aceptar a Su Hijo, Yeshua, como Señor y Salvador.

Él continúa diciendo que no sólo él estaba de acuerdo en principio con el Sumo Sacerdote y el Sanedrín concernientes a Yeshua y El Camino, sino que era una parte activa del grupo que buscaba arrestar y perseguir a los seguidores de Cristo. Confiesa que votó con la mayoría para matar a Esteban por ninguna otra razón que no fuera creyente. Además, en nombre del Sanedrín Pablo viajó de sinagoga en sinagoga, sacando a cualquiera de los posibles simpatizantes de Jesús y luego tratando de hacer que blasfemaran. En nuestra lección anterior discutimos la noción que es casi universal entre los comentaristas del Nuevo Testamento de que la blasfemia que Pablo tenía en mente era conseguir que estos judíos mesiánicos renunciaran a Yeshua. Pero eso es ilógico porque desde el punto de vista que Pablo tenía en ese momento, era el creer en Yeshua lo que era herético; no el acto de renunciar a él. Si Pablo podía conseguir que un creyente judío renunciara a Cristo y volviera al judaísmo dominante, fue visto como un final feliz para todos y ciertamente no era blasfemia. Así que está claro para mí que Pablo estaba tratando de hacer que los creyentes dijeran cosas en contra de la Ley judía, la Halajá, lo cual entonces constituiría un caso de blasfemia y por lo tanto podría ser llevado ante el Sanedrín; una acusación, que probó, ser causa de la pena de muerte por el blasfemo.

Ahora que Pablo ha establecido su historia de vida, incluyendo dónde nació, sus afiliaciones religiosas y políticas, y que estaba en contra de la misma secta del judaísmo de la que ahora forma parte, explica lo que trajo su cambio radical de corazón. A partir del versículo 12 él cuenta su historia de conocer al resucitado Yeshua, quien habla con Pablo desde el Cielo, mientras Pablo viaja hacia Damasco, Siria, para arrestar a algunos creyentes que habían sido reportados de huir hacía una sinagoga allí.

Como todos los que han enseñado durante cualquier período de tiempo le dirán, a veces es necesario repetir parte de la información más importante para que los estudiantes tengan una mejor oportunidad de digerirlo. Así que quiero decir una vez más algo que les he dicho en lecciones anteriores: aunque la mayoría de los comentaristas y pastores bíblicos se referirán al encuentro de Pablo con Cristo en el camino a Damasco como su “experiencia de conversión”, la misma fue cualquier cosa menos eso.

Pablo no se “convirtió”; Pablo se limitó a aprender de manera bastante dramática que el Mesías que él (y todos los demás judíos) estaban esperando había llegado, y Su nombre era Yeshua de Nazaret. Para un judío convertirse significa que se convierte en gentil (o en el sentido religioso del Nuevo Testamento, un cristiano gentil). Y, de hecho, es claramente el objetivo de muchas denominaciones cristianas establecer a Pablo como dejando atrás su herencia y religión judía y adoptando una gentil. Esta doctrina de conversión está muy extendida a pesar de las afirmaciones de Pablo en sentido contrario en la Biblia, porque como el Padre Crisóstomo de la Iglesia primitiva y otros antes de él afirmaran, Pablo mantuvo su apariencia y costumbres judías externas como un engaño elaborado, pero con buena intención, para que pudiera tener una mejor oportunidad de ganar una audiencia con los judíos con el propósito de decirles sobre el Evangelio.

Esta es la tercera vez que encontramos la misma historia de la experiencia de Pablo con Yeshua (primero en el capítulo 9 y luego de nuevo en el capítulo 22) por lo que no repasaremos todos los detalles mientras Pablo relata esa experiencia para su distinguida audiencia. Sin embargo, mencionaré que hay pequeñas diferencias en pequeños detalles entre estas 3 narraciones, principalmente cómo se muestra la luz brillante, quién cayó y quién se levantó, y quién vio u oyó qué, entre los que viajaban con Sha’ul (Pablo). Lo que es clave es que el evento realmente sucedió, y que era inherentemente sobrenatural; este es el punto que Pablo quiere traerle a los dignatarios sentados frente a él y a todos los que puedan escuchar esta historia.

Desde la era de la Ilustración que comenzó en Europa a principios de 1700 D.C., la tendencia del cristianismo ha sido buscar una explicación racional de lo que la Biblia antigua claramente quiere que veamos como irracional para la mente humana. Y especialmente en el siglo XX y ahora el siglo XXI entre muchos cristianos y judíos, una explicación aceptable de acontecimientos como las plagas que atormentaron a Egipto, la separación de las aguas del Mar Rojo y la experiencia de Pablo en el camino a Damasco debe presentarse como algo que puede suceder en la esfera natural ya que lo sobrenatural se considera primitivo y un mito poco inteligente. Con ese fin encontré algunas palabras de una obra de teatro de un solo hombre escrita por Phillip Goble, llamada El rabino de Tarso, en la que Pablo es representado como siendo entrevistado por su amigo y a veces compañero de viaje, Lucas, dándole a él información para el evangelio que Lucas desea escribir.  

Quiero citar esto a ustedes porque no sólo es un placer escuchar, sino porque realmente expone la locura de cualquier cristiano que quiera tener su pastel y comérselo, también, por así decirlo. Es decir, cualquiera que profese la fe como creyente en Jesús, pero luego demande que al leer la Biblia cuando nos encontramos con cosas que sólo pueden describirse como “milagros” nosotros no podemos aceptarlas como reales a menos que se pueda encontrar una base en la ciencia para explicarlas, es en sí misma una postura irracional si no francamente tonta. Y realmente creo que cualquiera que adopte este enfoque puede ponerse una etiqueta cristiana a sí mismo, pero en realidad es un autoengaño peligroso que ellos piensan que permite a una persona tener un pie en el Reino de los Cielos, y el otro cómodamente en el mundo.

Escuchen esto porque me reí mucho después de leerlo por primera vez, y, sin embargo, es lo suficientemente profundo como para agregar un ladrillo sólido más a mi fundamento personal de fe. Tal vez también lo hará para ti y los tuyos.

Este es Pablo hablando con Lucas acerca de su experiencia en el camino a Damasco: “Ahora permítanme hacer una pausa para aclarar una cosa, Lucas… en beneficio de las burlas que DEBES refutar. ¿Qué me hizo cambiar exactamente?… ¿NO fueron religiones sino vocaciones, de la de un perseguidor a la de un defensor y un apóstol? ¿Cuál era el problema, doctor? ¿Tienen razón los mofadores? ¿Fue acaso sólo un caso de insolación? ¿Colapso nervioso? ¿Alucinación? ¿La catarsis de la culpa? “Lo que es verdad para ti, Pablo, no es verdad para mí’, dicen. “Hay explicaciones naturales para todo”.

“Sí, sí, doctor, aquí está la explicación natural. Un día, en el camino a Damasco, mientras trataba de hacer cumplir la Ley de Moisés, sirviendo piadosamente a mi Dios con todo mi corazón… el que arrestaba……fue arrestado por una superstición ingenua. Naturalmente, un meteorito pasó por el cielo. Al mismo tiempo, simplemente trono, por lo que los otros rabinos naturalmente veían y oían algo. Al mismo tiempo… siendo torpe…Me caí de mi caballo. ¡¡Y al mismo tiempo, yo alucine con una visión de pesadilla, completa con la cara, el fuego y la voz, que simplemente resultó ser mi ENEMIGO, que solo quiere que vaya a trabajar para él!! Y esto (el trabajo iba a ser) entre las personas que simplemente eran mis enemigos, los gentiles. Y al mismo tiempo por sorpresa tenía tejidos sobre mis ojos con un caso puramente accidental de cataratas por coincidencia”.

“Sí, doctor, hay explicaciones naturales para todo, si uno tiene suficiente mala fe y ceguera para seguir su propio camino. Muchos como Nerón son señores de sus propias vidas que quieren seguir su propio camino, incluso si puede conducir al Infierno. Pero, Lucas, yo tuve que confiar en Dios, y como cualquier otro discípulo, dar un paso de fe en las aguas de mikvé (inmersión) y luego en la sinagoga de Damasco.”

De vuelta a Hechos 26; ¡Pablo continúa con su historia de su experiencia con Cristo con las palabras del versículo 14 cuando dice que la voz del Cielo no sólo se identificó como Yeshua, sino que también habló a Pablo en hebreo! Me parece muy afortunado que Lucas incluya esta información aparentemente menor, porque Yeshua podría haber hablado con Pablo en su lengua griega nativa, o incluso en arameo en el que Pablo era versado. Pero como Lucas dice que el Mesías habló con Pablo en hebreo, ¿habría él dicho: “¿Oye Pablo, soy yo Jesús?” ¿O habría dicho “¿Oye Sha’ul (Pablo) soy yo Yeshua?” Digo eso irónicamente porque te des cuenta o no, los nombres Pablo y Jesús son palabras estrictamente en español (un idioma que no surgió hasta 13 siglos después de la creación del Nuevo Testamento). Así que para aquellos que todavía tienen problemas con el uso de los nombres hebreos para los personajes bíblicos judíos, y especialmente para Nuestro Salvador, tenga en cuenta que Cristo claramente habría hablado de sí mismo como Yeshua y llamó a Pablo, Sha’ul, ya que Lucas dice específicamente que la conversación entre Pablo y Cristo fue en hebreo.”

Luego, en el versículo 18, en una frase que seguramente levantaría las cejas de su audiencia aristocrática, Pablo dice que Yeshua lo estaba enviando a abrir los ojos de los pueblos para que pudieran volverse de la oscuridad a la luz. Y que las personas a las que estaba siendo enviado eran judíos y gentiles.

Y que aquellos pueblos, judíos y gentiles, que depositan su confianza en la misma persona que había interrumpido el camino de persecución de Pablo recibirían el perdón de los pecados y se convertirían en miembros de la comunidad de aquellos a quienes Dios apartó para la santidad. Así que ahora Pablo ha cruzado una línea; una cosa es instruir más o menos a Agripa y Bernice que, debido a su judaísmo, entendieron que Pablo estaba hablando como un rabino desde un punto de vista cultural y religioso judío. Pero cuando Pablo dijo que esta confianza en Yeshua también era necesaria para que los gentiles tuvieran sus pecados perdonados, esto fue un ataque directo a Festo y sus dioses.

Pero entendiendo que esencialmente Agripa estaba presente debido a su judaísmo, Pablo se dirige a él por su nombre y dice que no desobedeció esta visión del Cielo. Así que se fue a Damasco, luego de regreso a Jerusalén, y luego viajó por toda la provincia de Judea proclamando las Buenas Nuevas sobre el perdón de los pecados dondequiera que fuera. Pero aún más que la vida de las personas necesita reflejar que se habían alejado de sus pecados y se habían arrepentido. El arrepentimiento siempre se presenta, Antiguo y Nuevo Testamento, como el requisito previo para perdonar los pecados, ya sea que ese pecado fuera expiado por la sangre de los animales en el Altar del Templo, o por la fe en la sangre que Yeshua derramó en el Calvario. Permítanme repetirlo: los escritores de las Sagradas Escrituras no saben nada de una especie de perdón que se produce sin que primero se arrepienta y regrese sinceramente. Creo que esta es quizás la realidad única que más me preocupa para todos los que profesan a Cristo. Me preocupa que las doctrinas débiles que se enseñan hoy (y durante mucho tiempo, realmente) digan incorrectamente a los que buscan de Dios que pueden lograr el perdón de los pecados simplemente profesando a Cristo, y tal vez asistiendo a la Iglesia o a la sinagoga de vez en cuando, pero también pueden seguir viviendo como antes con solo el servicio labial pagado al arrepentimiento actual.

Confesar que uno ha pecado o está pecando o está contemplando cometer un pecado, no es arrepentimiento (aunque la confesión es un primer paso bueno y necesario). Fíjate en cómo Juan el Bautista predicó una sola cosa, y bautizó por una sola cosa: el arrepentimiento. Juan el Bautista NO bautizó para el perdón de los pecados; sino solo por el arrepentimiento para PREPARAR el perdón de los pecados. Esto naturalmente siguió la Ley de Moisés en sus principios. Antes de presentar el sacrificio de expiación en el Altar del Templo, PRIMERO esa persona tuvo que haberse arrepentido y haber ganado un corazón contrito. Si no lo hicieron, su sacrificio no tenía ningún efecto. Es lo mismo para los creyentes de hoy en día. Con demasiada frecuencia me encuentro con personas que realmente creen que rezar la oración del pecador es el principio y el fin de su obligación con Dios. Cómo viven sus vidas, con qué llenan sus mentes, y su comportamiento personal no es visto como un reflejo de su fe (o tal vez falta de ella), sino más bien como temas completamente separados.

Santiago (en realidad Jacob), el hermano de Yeshua y el líder supremo del Camino hasta su asesinato por el Sumo Sacerdote en el 62 D.C., tuvieron palabras fuertes para aquellos en su tiempo que pensaban que la fe y el comportamiento no estaban conectados. Y estas palabras fuertes están ahí también como una advertencia para nosotros.

Santiago 1:22-25 LBLA

22 Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos.

 23 Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural[v] en un espejo;

 24 pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida de qué clase de persona es.

 25 Pero el que mira atentamente a la Ley perfecta, la Ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, este será bienaventurado en lo que hace.

Y para que nadie piense que Pablo tiene un punto de vista diferente sobre este tema, escuchen esto:

Efesios 2:8-10 LBLA

Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios;

 no por obras, para que nadie se gloríe.

 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.

Siempre ha sido una lucha en la fe cristiana el equilibrar la confianza (fe) con las obras. Y parece que siempre nos ponemos con demasiada fe (lo que significa que vemos las obras como tal vez contraproducentes o incluso ofensivos para nuestra fe) o demasiado pesados en las obras (lo que significa que nos centramos tanto en las buenas obras que nos sentimos muy orgullosos o perdemos de vista nuestro primer amor, Yeshua). Por consiguiente, si bien Pablo siempre es consistente al insistir en que la salvación es un acto de gracia que no se logra con nuestras buenas obras, al mismo tiempo él contrarresta que si realmente hemos recibido la gracia divina provocada por nuestra confianza en Yeshua, entonces debe manifestarse como buen fruto en nuestra vida. Si el buen fruto (sinónimo de buenas obras) no está allí, esto puede ser una indicación de un problema grave. Y esto se debe a que no se nos dio la salvación simplemente por su propio bien; sino más bien la salvación es la condición espiritual necesaria para prepararnos para hacer las “buenas acciones ya preparadas por Dios para que nosotros las hagamos”.

Finalmente, en el versículo 20, Pablo afirma las razones por las que él ve que es acosado y arrestado: 1) él llevó este mensaje de Las Buenas Nuevas a los gentiles, y 2) fue a las sinagogas judías y proclamó lo mismo. Así que el problema es que los líderes religiosos judíos estaban lívidos de que Pablo tomó un mensaje de salvación (en el que no creían), que se manifestaba en Yeshua de Nazaret (en quien tampoco creían), a los gentiles que veían como ocupantes. Una vez más: encontramos que la cuestión es realmente política y cultural, no religiosa.  También quiero alertarles de algo que discutimos la semana pasada: es que en el versículo 21 donde la CJB (Biblia Completa Judía) dice “Fue por esas cosas que los judíos me apoderaron…”, casi todas las traducciones al español dirán que fueron “los judíos” (añadiendo el artículo “los” antes de la palabra judíos). El artículo simplemente no está allí en griego. Y añadiendo “los” para que “los judíos me apresaron” se convierte en una acusación de judíos en general.

Al dejar fuera el artículo “los” (como en los documentos griegos más antiguos que tenemos), entonces significa que sólo ciertos judíos se apoderaron de Pablo. Estos matices aparentemente menores (o tal vez mejor, discrepancias) que aparecen en la mayoría de las traducciones estándar de la Biblia en español son aditivos en su efecto. De repente, en lugar de que Pablo o Yeshua fueran acusados o perseguidos por cierto grupo de judíos, encontramos que toda la raza judía estaba implicada, la cual nunca fue la intención del pasaje de las Escrituras.

Pablo dice que ha sido capaz de resistir las conspiraciones y los ataques en su contra porque tenía la ayuda de Dios. Así que en la conclusión de su discurso dice que no ha dicho nada más que lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería. En otras palabras, afirma que no ha creado una nueva doctrina ni ha dicho nada en contra del judaísmo normativo. Entonces, ¿está él hablando de la Ley Judía? No. Tal como discutimos en lecciones anteriores sobre cómo saber cuándo Pablo utiliza el término “Ley” si se refiere a la Ley Judía (Halajá) o la Ley de Moisés (la Torá), aquí vemos que cuando dice “los profetas y Moisés” es exactamente sinónimo del término “los profetas y la Ley”. Decir que alguien sigue a Moisés es una abreviatura de decir que siguen la Ley de Moisés. Así que al usar los términos Moisés y Profetas juntos, podemos saber con certeza que Pablo está hablando de la Sagrada Escritura y no de las tradiciones y costumbres.  Sha’ul (Pablo) está diciendo que está siendo perseguido por simplemente creer y citar las Sagradas Escrituras. Y encontramos que Pablo no dijo nada sobre Yeshua que Yeshua no haya dicho sobre el mismo. En el Evangelio de Lucas encontramos esto:

Lucas 24:25-27 LBLA

25Entonces Jesús[k] les dijo: ¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!

 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas cosas y entrara en su gloria?

 27Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras.

Pablo también dice que las Escrituras explican que el Mesías moriría, y se levantaría de entre los muertos, y proclamaría la luz a los judíos y gentiles. Esto, en primer lugar, lo puso en desacuerdo con el Sumo Sacerdote y los Saduceos porque ellos no creían en la resurrección a pesar de que las Escrituras hablan claramente de esto. Pero eso no importa; en la mayoría de las tradiciones y costumbres del judaísmo y cristianismo a menudo triunfan sobre la Biblia. Si el liderazgo religioso en la época de Pablo realmente creyera en la Palabra de Dios, verían que Pablo encajaba exactamente en el perfil del siervo profetizado de Isaías 49 que anunciaría la luz tanto a los judíos como a los gentiles. Pablo está siendo perseguido por hacer lo mismo que Dios dice que debe suceder.

Isaías 49:5-6 LBLA

Y ahora dice el Señor (el que me formó desde el seno materno para ser su siervo, para hacer que Jacob vuelva a Él y que Israel se reúna con Él, porque honrado soy a los ojos del Señor
y mi Dios ha sido mi fortaleza),
dice Él: Poca cosa es que tú seas mi siervo, para levantar las tribus de Jacob y para restaurar a los que quedaron de Israel; también te haré luz de las naciones,
para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.

Así que aquí el venerado Isaías dice que llegará el día en que la luz llegará a las naciones (gentiles). ¿Qué significa eso, ser una “luz” para las naciones? La palabra para la luz en Isaías es la misma que encontramos al principio del Génesis con respecto a la creación: or. Or se traduce mejor como iluminación que como luz. Or es un término espiritual que habla de la iluminación de Dios; habla del bien y de la verdad. No significa que la luz proveniente de objetos emisores de luz como el sol o de las estrellas o de una bombilla. Así que claramente el significado aquí en Isaías es que la iluminación de Dios, la verdad de Dios será llevada por este siervo honrado a los gentiles. Pablo está haciendo exactamente eso.

Pero ahora en el versículo 24 Festo simplemente se pierde; no puede entender lo que Pablo ha estado diciendo (curiosamente Pablo ni siquiera se dirigía a Festo). Para Festo (un hombre que no conoce a Dios) la verdad divina que Pablo ha estado diciendo suena como una tontería; las divagaciones de un loco. ¡Claro! Uno debe ser “de Dios” para entender las cosas de Dios. Festo era cualquier cosa menos eso.

1 Corintios 2:14 CJB 14 Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente. 

Hace muchos años, mi esposa y yo estábamos visitando a su padre anciano. Un hombre educado en la universidad que era un maestro de escuela jubilado, él encontraba la Biblia imposible de comprender. Un día estábamos sentados juntos en su sala hablando de algo en la Biblia cuando simplemente estalló en frustración diciendo que él ha tratado y tratado de leer la Biblia, pero fueron sólo palabras que no hacían sentido para él. Dijo que veía que había oraciones y párrafos y que las palabras eran palabras reales; pero no tenían sentido para su mente. Él no era un creyente.

Unos años más tarde, y sólo meses antes de morir, hizo las paces con Dios. Entró en una iglesia local que había sido muy amable con él, caminó hacia adelante y se arrodilló y oró sinceramente pidiendo perdón. Recibió a Cristo. Lo vimos unas semanas más tarde leyendo su Biblia y dijo que de repente las palabras tenían significado y le brindaban gran consuelo; y no podía entender porqué hasta entonces esos pasajes bíblicos eran solo una mezcla de sustantivos, adjetivos y verbos.

Festo era un hombre educado e inteligente que adoraba a los dioses romanos paganos. No tenía ninguna relación con el verdadero Dios y (es cierto) sabía poco acerca de los judíos o la religión judía. Así que las palabras de Pablo eran más que un ruido para él. Esencialmente, el discurso de Pablo y las hermosas verdades que daban vida, que estaban incrustadas en él, estaban mucho más allá de la capacidad espiritual de Festo para comprender. Y esto es algo que debemos entender cuando hablamos a los no creyentes sobre el Señor. A menos que el Señor ya haya hecho una obra en ellos, todo lo que podríamos decir parece una insensatez porque los no creyentes no tienen capacidad espiritual para entenderlo.

Pablo responde con gran valentía a Festo que lo que está diciendo no es una locura, sino más bien la verdad y la cordura.

Y que el rey Agripa seguramente entiende estos asuntos (siendo judío), así que es por eso por lo que Pablo se dirigía a Agripa y no a Festo. Entonces Pablo se enfrenta a Agripa y le hace la pregunta de los $64,000: “Así que rey, ¿crees en los profetas?” ¡Agripa es incrédulo! ¡Él también sin duda alguna está un poco avergonzado, así que dispara dándose cuenta de que todo el tiempo Pablo ha estado tratando de persuadirlo para que se convierta en un creyente! Pablo no emite palabras y reconoce que de hecho le gustaría que Agripa se convirtiera en un creyente y de hecho quiere que todos se conviertan en creyentes.

Ese último pensamiento fue un verdadero pare de conversación. Agripa y Bernice habían oído suficiente y rápidamente hicieron su salida. Pero a pesar de la opinión de Festo, Pablo tal vez no estaba en su sano juicio, y a pesar del agresivo evangelismo de Pablo, ciertamente él no había hecho nada que mereciese la muerte o la prisión. Así que esencialmente Agripa y Bernice demostraron no ser de ayuda para el pobre Festo; todavía no tenía idea de qué decirle a Nerón sobre el caso de Pablo.

El capítulo se cierra con Agripa estupefacto que Pablo hubiese apelado al Emperador porque como esencialmente él ha sido encontrado inocente, él pudo haber salido como un hombre libre en ese momento. Pero debido a que Pablo apeló tendría que permanecer bajo custodia muchos meses más, tal vez incluso un año o más, hasta que pudiera ser transportado a Roma y hasta que Nerón pudiera escuchar su caso. Lo que Agripa no sabe es que Dios lo había planeado de esa manera, y Pablo estaba consciente de ello y feliz de que estaba a punto de conseguir un boleto gratis a Roma para poder compartir las Buenas Nuevas con los romanos y esperanzado que incluso con el propio Nerón (todo como Dios le dijo que pasaría, varios años atrás).

Lo que para la persona promedio podría parecer un terrible resultado para Pablo (todavía permanece encarcelado por ahora más de 2 años), fue una victoria. Qué gran lección para nosotros; incluso las cosas desagradables que suceden en la vida que parecen estar en cualquier lugar, desde inconvenientes hasta dolorosos o incluso catastróficos como lo perciben nuestros ojos carnales bien pueden ser el plan y el propósito de Dios para nosotros si estamos dispuestos a tomarlo. Pablo no estaba siendo castigado o ignorado por Dios; estaba siendo utilizado de una de las maneras más poderosas que encontraremos en toda la Sagrada Escritura.  Pero no era glamoroso, cómodo o conveniente.

Lucas 9:23 LBLA 23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.

Pablo ejemplificó la declaración de Yeshua. Así que la pregunta que cada uno enfrenta (si tenemos el valor de ser honestos con nosotros mismos) es ¿cuán lejos de nuestras zonas de comodidad estamos dispuestos a ir si el Señor nos llama? ¿Cuál es el límite de nuestro sacrificio y malestar personal al que estamos dispuestos a experimentar para hacer la voluntad del Señor? Pablo no tenía límite.

La próxima vez tomaremos el peligroso viaje de Pablo a Roma y escucharemos una de las historias marinas más sorprendentes y dramáticas jamás registradas en la historia antigua.