Éxodo
Lección 4 Capítulo 3 continuación
La semana pasada terminamos con Moisés de camino a la parte de atrás del desierto de Madián. Y, yo presenté el caso ante ustedes que la montaña donde Moisés iba a encontrar la Zarza Ardiente no era la Península de Sinaí, sino que en la Península de Arabia. Y, esto es así porque Madián está en la Península de Arabia. Hasta este punto, la montaña donde Moisés iba a encontrarse con el gran Dios de sus Padres, conocido hasta ahora como Monte Horeb, sería el mismo lugar en que se le iba a instruir a Moisés que trajera al pueblo hebreo cuando fueran liberados de las ataduras de Egipto.
¿Acaso yo estoy diciendo que la ubicación tradicional del Monte Sinaí, cerca del tope de la Península de Sinaí, está incorrecta? Sí, eso es lo que estoy diciendo. Nosotros tenemos que captar que la ubicación del Monte Sinaí es una tradición cristiana, no una judía. No fue hasta el tiempo de Constantino (el 4to siglo Después de Cristo) que su madre, Helena, tuvo una visión y fue en esta supuesta visión que ella decidió que el lugar del Monte Sinaí era el correcto. Hasta ese momento ese lugar NUNCA había tenido ningún significado religioso. Además, ningún tipo de santuario había sido construido hasta finales del siglo 6 Después de Cristo, cuando la primera sección del Monasterio de St. Catherine fue completado allí.
Gracias al trabajo relativamente reciente de arqueólogos como Bob Cornuke y Ron Wyatt, el tema ha cobrado nueva vida, y en sus investigaciones totalmente independientes, no han encontrado otra solución para la verdadera ubicación de la Montaña de Dios más que en un área al este del Golfo de Aqaba. Digo "nueva vida" porque este tema se remonta bastante tiempo atrás. En 1893, en la *Imperial and Asiatic Quarterly Review*, la revista arqueológica más respetada de su época, el profesor Sayce y sus colegas concluyeron que buscar en la península del Sinaí para encontrar la Montaña de Dios era un error. La única evidencia, tanto bíblica como externa, indicaba que debía estar ubicada en algún lugar del extremo occidental de la península arábiga.
Y una mención anterior, fuera de la Biblia, de la localidad del Monte Sinaí/Monte Horeb, fue de Josephus el historiador hebreo-romano. En su trabajo de la antigüedad, Josephus dice que el lugar era hacia Arabia, y en realidad nombró esa región cómo: Arabia Petraea.
Sin duda alguna, el nombre más antiguo de esta montaña era Monte Horeb. Nosotros no encontramos que se llamara Monte Sinaí hasta después que los judíos regresaran de Babilonia. Casualmente… pero no lo suficiente para llamarlo prueba absoluta… uno de los dioses Asirios-Babilónicos que los judíos encontraron fue llamado “Sin” y muchos estudiosos creen que así fue como la Montaña y el desierto obtuvieron su nombre. Sin, era el dios-luna. Así que la creencia es que esta región… Sinaí…fue nombrada en memoria de este dios-luna que los judíos se habían familiarizado. Los judíos comenzaron a incorporar muchos nombres y tradiciones de Babilonia en su propia cultura después de haber estado 70 años en Babilonia. Sin embargo, lo que también es muy interesante es que fue la cultura de Arabia…caracterizada por su religión Sabean….que adoraba al dios-luna en lo alto de su jerarquía de dioses. Así que, no es difícil ver como todo esto pudo haber sido mezclado y absorbido e incorporado a través de los siglos a la tradición judía, y luego prestado y cambiado a la tradición cristiana.
Yo estoy convencido, al menos, que el verdadero Monte Sinaí no es el actual, y por lo tanto no llévo a las personas a verlo cuando hago mis excursiones. En todo caso, vamos a hablar sobre esto un poco más cuando estudiemos más a fondo Éxodo, no porque tenga algún impacto teológico sino porque es interesante.
Vamos a volver a leer parte de Éxodo capítulo 3 para refrescar nuestra memoria.
LEER ÉXODO 3:1 – 12
Moisés llevó a las ovejas de su suegro a nuevo pasto.
De repente Moisés ve al ángel del Señor, aparecerse como una zarza ardiente, en una de esas montañas. Pero, lo que realmente atrajo a Moisés a este fuego, era que se estaba quemando sin consumir el arbusto. Cuando estudiamos Génesis, nosotros vimos lo que el “ángel del Señor” quería decir. Pero, vamos a repasarlo rápidamente.
Esta declaración “ángel del Señor” está compuesta de dos palabras hebreas: malach, la primera palabra, sencillamente quiere decir “mensajero”. En hebreo, מלאד (mem-lamed-aleph-chaf sofit). Podría ser CUALQUIER clase de mensajero…humano u otro, y puede significar algo como decirle a tu hijo, como mensajero, que vaya corriendo al vecino y le pida un poco de leche, hasta un mensajero celestial… un ángel. Pero, cuando es usado para indicar un mensajero celestial, hay una segunda palabra añadida a Malach, y es usualmente Adonai, o Jehová. Hay un mundo de diferencia entre estas dos palabras: Adonai quiere decir “señor” o “amo”; es un término genérico. Es solo dentro del contexto de su uso que uno puede determinar si la Biblia se está refiriendo a celestial “señor” o sencillamente a una figura de autoridad terrenal al que se le muestra respeto.
Era costumbre y halagador en esos días llamar a alguien que respetabas “señor, “amo”, Adonai.
El uso de la palabra hebrea *Yehoveh* es un tema completamente diferente. *Yehoveh* o *Yahweh*, dependiendo de cuál erudito hebreo creas que tiene razón sobre la pronunciación de este nombre, es la palabra completamente única que Dios declara como Su nombre personal. En hebreo, se escribe con las letras *yud-heh-vav-heh* (יהוה).
El hebreo original de este versículo, que se traduce típicamente como “ángel del Señor,” en realidad es “malach Yehoveh” — ángel de Yehoveh. Cuando vemos el término “ángel del Señor”, puede significar, y la mayoría de las veces se refiere a, simplemente un “ángel”, un ser celestial tal como típicamente lo entendemos. Sin embargo, cuando vemos “ángel de Yahweh”, parece significar una manifestación del mismo Dios Todopoderoso. No era un ángel común el que se encontraba en la zarza ardiente trayendo un mensaje de Dios; era Dios mismo quien estaba a punto de hablar con Moisés, de eso no hay duda en las Escrituras. Lo que podemos aprender de esto es que, al igual que nos sucede hoy, a veces no hay palabra o frase que describa adecuadamente un atributo o manifestación del Padre. Dios podría haber hablado con Moisés sin ningún aspecto visible de comunicación, pero generalmente, Dios hace algo visual porque, para nuestros sentidos racionales, la vista es el sentido más poderoso e impactante para nosotros.
Ahora, yo creo que puedo decir con algo de confianza que Moisés no estaba preparado para lo que iba a suceder: ¡una voz saliendo del arbusto que lo llamaba por su nombre! Típicamente uno pensaría que los reflejos de Moisés se hubiesen manifestado…. (Que sus pies le sostuviesen). Moisés se tiró al suelo y permaneció; muy asustado.
Dios le instruye a él a quitarse sus sandalias, ya que está tocando Tierra Santa. ¿Por qué la tierra es Santa? Porque si Dios está allí, es santa. Vamos a ver esto mejor explicado cuando Dios le instruya la construcción del Tabernáculo del Desierto. El quitarse las sandalias era, y permanece, una señal de respeto del Medio Oriente cuando entras a la presencia de un rey o de un dios. Sin embargo, el Señor no dijo “como estás en la presencia de Dios, debes de quitarte las sandalias”. Más bien, la razón es que el suelo, la tierra que rodea el arbusto había tomado una condición santa. Como vamos a ver en futuras partes de la Torá, la santidad era algo que podía ser transmitido de persona a persona, o de persona a objeto, o de objeto a objeto. Yo sé que eso suena bastante raro; esto es porque la definición Bíblica de santidad y sus atributos es algo que la cristiandad moderna tiende a evitar porque es un tema bastante peligroso de tratar. Pero, desde un aspecto de un principio Bíblico, al menos parte del asunto con el quitarse la sandalia era eso, como dice el Señor, la misma tierra en la que Moisés estaba parado era santa porque Dios estaba cerca. ¿Cómo es que la Tierra era santa? Porque la santidad era transmitida de un Dios santo….era algo físicamente inevitable. Hubiese sido trágico si la santidad de la tierra que rodeaba la Zarza Ardiente hubiese sido transferida a las sandalias de Moisés, y luego donde quiera que el caminara esas sandalias hubiesen posiblemente transmitido la santidad a cualquier cosa que tocaran. Nosotros no lo podemos ver en este recuento, pero este incidente es uno que es bastante peligroso ya que envuelve la santidad de Dios.
Y, ahora, Dios se presenta EL Mismo a Moisés. Él le explica que ÉL es el Dios de los padres de Moisés…los Patriarcas. ¿Por qué es importante? Porque instantáneamente conecta lo que está sucediendo allí con el Pacto de Abraham…el PACTO de los padres de Abraham, Isaac, y Jacob. Y Abba dice que ÉL ve la condición terrible de su pueblo, en Egipto, el pueblo que ÉL ha separado para ÉL Mismo… los Israelitas. En el verso 8, Dios dice, “He descendido para su liberación del poder de los egipcios. He descendido” NO quiere decir que Dios cambió de localización. Más bien, es un modismo hebreo usado a diario que indica alguien, en este caso Dios, interviniendo en este particular asunto humano, al igual que en la palabra hebrea zakar, traducida como “recuerda”, lo cual por naturaleza incluye participación.
Luego, Dios dice que hará lo que prometió hace tanto tiempo: “Ciertamente te haré regresar” del lugar en el que has peregrinado a una tierra que te he dado. Y el lugar que Él había preparado para ellos era Canaán. Una tierra buena, con suficiente espacio para ellos… una tierra que fluye leche y miel. Escucharemos esta frase “tierra que fluye leche y miel”, muchas veces en las Escrituras, y no tiene nada que ver ni con la leche ni con la miel. Es simplemente uno de los muchos modismos hebreos que encontramos en la Palabra, y este indica gran abundancia, fertilidad y bendición.
Y claro, que esta tierra, Canaán, está habitada con muchas personas, primordialmente Cananeos; eso es, los descendientes de Canaán, hijo de Ham, y nieto de Noé; esta era una línea maldita de gente. El verso 8 también menciona 4 grupos de personas que estaban en la tierra de Canaán. Los hitites en un tiempo, mucho antes del Imperio de Asiria, formaban un imperio sustancial propio. Comenzando en el tiempo de Moisés, ellos ocupaban un área que abarcaba Turquía, Siria y Lebanon moderno. Ellos también influenciaban otras áreas, incluyendo Canaán. Ellos eran una civilización muy avanzada, y aquí podemos ver que son mencionados en la Biblia, ya que algunos de ellos vivían en Canaán. Interesantemente, no fue mucho tiempo atrás que los científicos y estudiosos consideraron la mención Bíblica de los hitites como otra de muchas de las llamadas personas ficticias enumeradas a través del Antiguo Testamento. Imagínate su sorpresa cuando recientes hallazgos arqueológicos confirmaron que esta civilización no solo existía, sino que era hasta ahora un desconocido poder regional dominante. Los museos están inundados con artefactos que confirman la existencia de los hitites.
Se cree que los amorreos eran de origen de Mesopotamia; de hecho, hay acuerdo entre los antropólogos Bíblicos que Abraham era probablemente un amorreo. Ellos dominaban el área moderna de Iraq, y eran muy agresivos en búsqueda de poder y territorio. El gran conquistador Hammurabi era un amorreo. Su auge fue ANTES de los heteos, pero su cultura sobrevivió por siglos después de llegar a su pico.
Se ha concluido que los “perrizites” no eran una tribu, sino que un nombre para un grupo de personas que poblaban las montañas de Canaán. Así que se piensa que ellos eran una clase de término genérico que simplemente quería decir “moradores de las montañas”, y por lo tanto indicaba más un lugar que una tribu en particular. Es como referirse a la gente como Cubanos, puertorriqueños o Peruanos.
Muy poco se conoce de los “Hivites”. Aunque, nosotros sí sabemos que la gente que ocupaban y gobernaban la ciudad Antigua de Shechem, al menos cuando Jacob vivió allí por un largo tiempo, eran “Hivites”. Y, parece que ellos estaban concentrados en la parte norte de Canaán, aun cuando algunos de su tribu vivían en otras partes de Canaán también. Se piensa que ellos posiblemente eran los antepasados de los “Huns”.
Los “Jebusites” eran personas que ocupaban y probablemente construyeron la ciudad que eventualmente se llamaría Jerusalén.
Dios le dice muy claro a Moisés que Él no ha estado dormido. Él ha visto, ha escuchado y ha CONOCIDO la aflicción de Su pueblo. Jamás debemos asumir que lo que percibimos como un largo período de silencio de Dios en nuestras vidas significa que Él ha olvidado Sus promesas para nosotros, o que no está al tanto de nosotros, o que ha perdido interés en nosotros. Por más desalentador que pueda ser, parece que un período prolongado de silencio celestial es invariablemente un ingrediente esencial en el proceso de preparación de Dios; Su preparación para nosotros… porque cualquiera que sea Su propósito divino para nosotros, incluirán períodos de silencio divino.
Y, ahora comienza un increíble diálogo entre Moisés y Dios. Nunca ha habido uno como este, y nunca ha vuelto a ver uno como este. No es de sorprender que la gente judía venere a Moisés… lo tienen en gran estima. Iglesia, es triste que nosotros no lo veamos en gran estima. Porque, al continuar progresando en la Torá, nosotros vamos a ver cuán altamente Dios pensaba de Moisés.
Luego de que Dios deja claro Quien es Él, y de Su gran compasión por su pueblo, y Sus intenciones de hacer algo acerca de su condición, en el verso 10, El llama a Moisés a ser Su instrumento de salvación. Y, la manera en que este llamado ocurre es realmente un patrón para la manera en que Dios va a comisionar a todos Sus profetas…no solo en los tiempos Bíblicos, pero en todo tiempo. Y, es casi lo opuesto de la manera en que el ser humano espera que tal cosa ocurra.
Primero y principal, es Dios quien se acerca a aquel que Él ha escogido para ser Su profeta. Es Dios quien inicia el contacto. A veces es en una visión o un sueño. En el caso de Moisés, es una confrontación directa… la llama en la zarza es lo más cercano a una conversación "cara a cara" con Dios que veremos en la Biblia. Segundo, el elegido siempre es reticente o directamente rechaza el llamado al principio. Jonás es conocido como el Profeta Reticente. De hecho, TODOS los profetas son profetas reticentes. Ser reticente parece ser una condición previa para ser escogido por Dios como profeta. ¿Estás ansioso y decidido a ser un Profeta de Dios? Entonces, según lo que he leído en la Biblia, no eres candidato.
Tercero, el candidato a profeta (hombre o mujer) debe regresar a la sociedad, o a donde Dios lo envíe, sin preocuparse por la oposición que recibirá, sin dejarse intimidar por el escepticismo de aquellos que se burlarán de él, listo para decirle a personas de gran poder y autoridad cosas que, por decirlo así, los inquietarán. Puede ser que el profeta nunca, en su vida, logre ni siquiera un mínimo de respeto de sus antiguos amigos y familiares, ni tal vez vea cumplirse lo que Dios le ha ordenado profetizar.
Pero, si miramos esto desde otra perspectiva, también podemos ver lo que Dios busca en el carácter de la persona que Él elige como Su profeta. Principalmente, Dios quiere a alguien que no se considere digno de ser profeta de Dios. Alguien que NO piense: "escógeme a mí, tengo lo necesario". No debe haber ambición personal. Porque la persona elegida debe entender mejor que la mayoría que, por sí misma, es imposible llevar a cabo la tarea que se le va a encomendar; que lo que viene a continuación no lo sabe, y que no hay forma de que pueda prepararse para ello. Que, si Dios no lo hace todo, simplemente no puede suceder.
Así que vemos la paciencia de Dios con Moisés; porque Dios entiende bien que las cualidades del hombre que Él usará para sacar a Su pueblo de Egipto van en contra de lo que este hombre PIENSA que es capaz de hacer.
Amigos, si alguna vez han QUERIDO ser un profeta de Dios… entonces no son candidatos. Si piensan que podrían ser buenos profetas… están descalificados. Si la ambición de un hombre es obtener beneficio personal al hablar en nombre de Dios, ese hombre no será elegido. Les digo esto no solo para que cada uno pueda mirarse al espejo y hacer un juicio honesto sobre sí mismo en relación a esto, sino también para que podamos observar de cerca a los hombres y mujeres que profesan hablar en nombre de Dios. ¿Tienen las cualidades que Dios busca en Sus portavoces? ¿Esas características que la Palabra describe con tanta claridad? O, ¿es que tienen cualidades que apelan a ellos mismos y a la naturaleza humana mundana? ¿Tienen el deseo de ser populares y exitosos, o tienen el deseo de decir la verdad que Dios les ha dado para decir, sin importar el costo?
No dejen que nadie les diga que no tienen derecho a hacer tal evaluación. Es nuestro deber, hacia nuestras familias y nosotros mismos, examinar cuidadosamente a aquellos que afirman hablar en nombre de Dios. De lo contrario, no sabremos de quién estamos escuchando: ¿de Dios… del hombre… o algo peor?
Después de que Moisés muestra la PRIMERA cualidad que Dios busca en un profeta, al decir: “¿Quién soy yo para ir a Faraón?”, Dios le asegura a Moisés que Él estará presente con él en la tarea que le ha sido encomendada. Y luego, Dios dice algo que necesitamos recordar para algunos capítulos futuros en Éxodo: le asegura que, como señal de Su mano directa al sacar al pueblo de Egipto, Moisés debe llevar al pueblo a ESTA montaña donde todos servirán a Dios. ¿Qué montaña es ESTA montaña? La misma en la que Moisés está encontrando a Dios en la zarza ardiente. ¿Y DÓNDE está esta montaña? Donde Moisés llevó sus ovejas, detrás del desierto de Madián.
Vamos a volver a leer un poco más de Éxodo 3.
VOLVAMOS A LEER Éxodo 3:13 – hasta el final
Aun cuando Dios le asegura a Moisés que ÉL va a estar con él, Moisés dice ahora en el verso 13, que la gente va querer saber el nombre de Dios…obviamente, Moisés NO sabe el nombre del Dios de Israel. ¿Alguna otra persona encuentra esto una pregunta curiosa? ¿Cuál es la importancia de saber el nombre de Dios que hace que Moisés esté seguro que los Israelitas van a demandar esto? ¿Qué tiene de malo decir, “el Dios de mis padres me envió”? ¿Acaso a Moisés se le olvidó que todos sus antepasados llamaban a Dios EL Shaddai? La triste realidad es que los Israelitas se habían sucumbido a casi 4 siglos de vivir entre prácticas de adoración pagana de los egipcios. Y, uno de los principios principales de la religión egipcia era que si sabías el nombre de un dios en particular (y ellos tenían muchos dioses) tu podías manipular a ese dios a que hiciera TU voluntad con solo invocar su nombre. Tú ves, al igual que en hebreo, en el lenguaje egipcio los nombres personales tenían significado. Así que, el nombre de un dios significaba las características de ese dios, y esas características estaban directamente asociadas alguna parte específica del mundo natural o espiritual que él, o ella, tenía control o influencia sobre. Así que, si uno era lo suficiente inteligente de parear el asunto en particular que le preocupaba con el dios correcto, y luego sabía el nombre del dios, y uno podía llamar al “gran dios electro, dios de la televisión, por favor has que la imagen se vea clara” y ese dios no le quedaba otro remedio que hacer que sucediera.
Moisés sabía muy bien esto ya que había vivido en Egipto los primeros 40 años de su vida. Y, claro que, Dios lo sabía muy bien. Así que, Dios forzó y le dio un nombre a Moisés: un nombre que significa las características de Dios, y ese nombre era ehyeh asher ehyeh. Vamos a tomar unos minutos con esto. Primero que nada, entiende que Dios le dio a Moisés lo que él sabía que Moisés estaba buscando: un nombre que indicaba las características de Dios. Porque, esto NO es la misma cosa que el nombre personal de Dios el cual el pronto le va a decir a Moisés.
Ehyeh asher ehyeh es típicamente traducido “Yo Soy El Que Soy” o “Yo Seré Lo Que Seré” No hay nada malo con eso. El significado preciso de esto ha sido la causa de mucho misterio que ha causado desacuerdo entre los estudiosos Bíblicos. Y, yo no tengo duda alguna que Dios nos dio ese “nombre” solo por esa razón. Su nombre no debe ser comparado con nada, o nadie más.
Algunos traductores lo traducen como “Yo soy el que soy”; otros “Yo soy Quien Yo soy”. Otros lo traducen como “Soy AQUELLO que soy”, y otras interpretaciones más interesantes.
No tengo problema con ninguna de estas definiciones porque creo que estamos intentando definir las características sublimes de Dios, Su esencia única, de la única forma que tenemos: palabras humanas desarrolladas a partir de pensamientos humanos. Y las palabras simplemente no pueden captarlo por completo, pero es lo que tenemos. También creo que, como es nuestra propensión humana, queremos llegar a un consenso fácil de digerir sobre una ÚNICA característica que podamos asignarle a Dios. Sabes, nuestro deseo de una respuesta simple, en blanco o negro. Más bien, creo que Dios nos está dando, en “ehyeh asher ehyeh”, solo un vistazo a la realidad casi imposible de imaginar de que Él es autoexistente (“Yo soy el que soy”), que Él es eterno (“Seré como seré”) y que Él es único (“Soy AQUELLO que soy”). No es un ser que deba compararse remotamente con el hombre. Él siempre está presente, y está con nosotros y a nuestro alrededor de formas que sería inútil tratar de explicar, como en una traducción que me gusta: “Estaré allí comoquiera que esté allí”. Él fue, es y siempre será. Ningún dios egipcio tenía un nombre como este; ningún dios pagano conocido reclamaba algo así.
Ahora, en el verso 15, Dios le da a Moisés su nombre FORMAL y personal. Lo que encontramos más tarde es que ESTA es la primera vez que Dios ha dado SU nombre personal. Y, ese nombre es YaHaVeH; ‘הוה
Y, YaHaVe dice que este nombre es su nombre para todas las generaciones. En otras palabras, hasta que exista la humanidad, este es el nombre por el cual Dios quiere que le conozcan.
Ahora, una breve explicación: si nosotros regresamos a Génesis, nosotros vamos a ver varios lugares donde el nombre “YaHaVe” es usado cuando se refiere a Dios. Así que, ¿si solo aquí en la zarza ardiente Moisés, y la humanidad, PRIMERO reciben el nombre formal y eterno de Dios, como es que este mismo nombre está presente en los registros de eventos, en Génesis, ¿que tomaron lugar cientos de años más temprano? Es porque Moisés escribió el libro de Génesis, y porciones de los otros libros de la Torá, después del hecho. Eso es, el escribió una historia, no un diario. Y, como es normal en la literatura humana, cuando nosotros miramos retrospectivamente a una persona, o evento, o lugar, nosotros usualmente nos referimos al mismo por el nombre más común y actual que la gente pueda entender. Por ejemplo, hoy yo me puedo referir por nombre a mi nieta de 2 años, como Hannah, aun cuando hace un tiempo atrás ella todavía estaba en el vientre de su madre…. un tiempo antes en el cual ella no había sido nombrada. O si yo les fuera a decir la historia de un área del Sur de California con la que nosotros estamos familiarizados, yo diría que 500 años atrás en el área de Los Ángeles vivía una gran población de indios Chumash. Ahora, el nombre “Los Ángeles” no es muy viejo. Y, ciertamente, no había ningún lugar llamado “Los Ángeles” 500 años atrás. Pero, qué mejor manera de referirse a un área en particular que usando el nombre por el cual actualmente se le conoce. Esto es todo lo que está sucediendo cuando Moisés usa el nombre de Dios anteriormente en Génesis…lo hizo de manera retrospectiva.
En el verso 16, Dios le dice a Moisés que vaya a cierto grupo de figuras de autoridad en Israel, para que fuesen informados de lo que estaba a punto de suceder. Date cuenta de cómo es que llaman a estas personas: “ancianos”. Si te refieres a las gráficas de lecciones anteriores, verás que los ancianos son los representantes de las personas, una clase elegida o designada de liderazgo. Los ancianos no son parte de una jerarquía hereditaria que forma la clase gobernante de Príncipes, jefes, y Cabeza. Algo interesante para mí, que Dios envía a Moisés a los representantes de la gente común y no a los gobernantes de Israel. Jesús haría exactamente lo mismo: Él fue a la gente, no a las autoridades de las instituciones religiosas. Y, yo no creo que, cuando sea que Dios quiere comunicarse con Su gente, lo haría diferente de como lo hizo en ese entonces.
¿Ustedes, que creen? Pastores, maestros, y otros líderes de la iglesia son simplemente directores necesarios para organizar, y gente que Dios usa para llevar a cabo esas tareas y funciones necesarias; nosotros, ellos, NO son mediadores. No hay intermediarios entre Abba y ustedes, excepto Jesús.
Dios le dio a Moisés una corta lista de cosas que él debía decirles a los ancianos de Israel, los cuales debían dejárselo saber a los que ellos representaban: la población general de Israel. Moisés debe decirle que él personalmente ha VISTO el Dios de sus antepasados (por lo tanto, la zarza ardiente), y es Jehová el que lo ha mandado. Aún más, Jehová quiere que la gente sepa que ÉL conoce de su aflicción, y ÉL ha decidido remediarlo sacando a Israel fuera de Egipto y llevándolos a Canaán, a un lugar fértil y productivo.
Dios le dice a Moisés que los ancianos y la gente VAN a escuchar lo que Moisés les va a decir, y luego……Moisés y los ancianos deben confrontar al rey de Egipto. Pero, a diferencia de lo que nosotros típicamente pensamos, lo primero que se le dice a Faraón no es que deje salir A Israel permanentemente. No, lo único que le pidieron fue que se le permitiera a Israel tomar un viaje de 3 días al desierto donde ellos pudiesen adorar a Dios. Lo implicado en esta jornada era parecida a cuando nosotros nos vamos a un retiro. Pero, Dios continúa diciendo que ÉL sabe por adelantado que el Faraón va a rehusarse a darle permiso a Israel para hacer esto, y por lo tanto después que Faraón rehúse este pedido Dios va a destruir a Egipto y solo después de esto es que el Faraón va a obedecer.
¿Por qué crees que había necesidad de todo esto en vez de dejarlos salir honorablemente? Bueno, con el beneficio del conocimiento de lo que sucedió, nosotros podemos ver que Dios necesitaba mostrarle a Israel algunas cosas que ellos actualmente no veían. Como todos nosotros, Israel no quería cambiar, ellos solo querían que sus circunstancias fueran diferentes. A ellos no les importaba mucho el estar en Egipto y estar asociados con (y contaminados) con la cultura y religión egipcia. A ellos solo no les gustaba la parte de la esclavitud. Así que, Dios comenzó diciéndole a Moisés que Israel tenía que separarse de Egipto, para que EL pudiera tenerlos a todos para SI Mismo. Para que EL pudiera mostrarles la manera correcta de adoración.
El dividir y separar al pueblo de Dios del mundo es crucial. Y, los ancianos necesitaban ver que Faraón tenía un agarre más profundo sobre ellos de lo que ellos podían realizar; el rey de Egipto no solo quería su trabajo, él quería sus mentes, cuerpos y espíritu. Faraón quería lo que Satanás quiere. La negatividad de Faraón de dejarles separarse por solo 72 horas para así poder adorar a Dios le iba a mostrar a los ancianos que el único camino delante de ellos era separarse permanentemente de Egipto. Y, esto va a ser un camino bien difícil y arduo para la gente y sus líderes, ya que ellos tienen que creerlo sinceramente. Recuerda, de lo que estamos hablando aquí es de SALVACION.
Probablemente no hay una sola persona aquí en este salón que no se haya encontrado con esta misma realidad. Si tú eres uno del pueblo de Dios, entonces Dios va a usar cualquier medio para dividirte y separarte de las cosas del mundo; cosas que no son buenas para ti. Pero, no es de nuestro instinto humano seguir a Dios y dejar atrás todo lo que no es DE Dios. Más bien, nosotros tratamos de mantener un pie en el mundo, y el otro en el Reino de Dios. Pero, eso no va a funcionar. Yo no creo que haya mayor miseria experimentada para un hijo de Dios, que tratar de resistir la voluntad de Dios de separarse de todo lo que no es santo. Y la parte más dura de todo esto es que este proceso es uno que dura para lo que resta de nuestras vidas, siempre y cuando permanezcamos en la fe. Parece que una vez que FINALMENTE cortamos con algunas cosas del mundo a las cuales estamos esclavizados, Dios nos muestra otra área de nuestras vidas que debemos bregar de la misma manera…y el proceso continúa todos los días de nuestra vida. Israel hubiera preferido mantener un pie en Egipto, y otro en la promesa de Dios. Eso hubiese probado ser no solo imposible, sino que mortífero.
Al final del capítulo 3, Dios le da a Moisés una profecía integrada con un mandato: ¡QUITARLE TODO A EGIPTO! Cuando Dios terminara de castigar a Egipto, Israel debía pedir, o mejor dicho demandar de los ciudadanos de Egipto todos sus objetos valiosos. Y, Dios dijo que Egipto le iba a dar a Israel cualquier cosa gustosamente con tan solo alejarse de ellos. En realidad, Egipto iba a llegar a tener temor de la presencia de Israel…o mejor aún, de la presencia del Dios de Israel. Aquí tenemos otra ironía producida por Dios: los esclavos saquean a sus amos. Era la tradición de aquellos tiempos, al igual que es hoy en día en muchas de las sociedades no-occidentales, que el vencedor recibe el botín. Pero, Israel no era el vencedor; ellos no habían hecho NADA para vencer a Egipto. Dios lo hizo todo e Israel se benefició. Otro patrón de Dios que la iglesia mayormente reconoce como un principio del Nuevo Testamento creado por Yeshua, aun cuando fue originado aquí mismo: fue que Dios nos redimió de la esclavitud de nuestra carne y de Satanás. Todo lo que hicimos fue beneficiarnos de lo que ÉL hizo.
La semana que viene, comenzaremos con el capítulo 4.