4th of Tishrei, 5785 | ד׳ בְּתִשְׁרֵי תשפ״ה

QR Code
Download App
iOS & Android
Home » Deuteronomio Lección 10 Capítulos 6 y 7

Deuteronomio Lección 10 Capítulos 6 y 7

Deuteronomio

Lección 10, Capítulos 6 y 7

Terminaremos el capítulo 6 hoy y continuaremos al capítulo 7 de nuestro estudio de Deuteronomio.

La semana pasada nosotros tomamos otro vistazo al Shema, el Escucha O Israel, que es el credo espiritual y nacional del pueblo hebreo……..y es sin duda alguna el principio central del cristianismo, es justo que se ha presentado (a lo largo de los siglos) como una doctrina del NT que nunca antes había existido. Terminamos estudiando la parte media de Deuteronomio 6 en la que se emitió una advertencia para dos tentaciones principales que Israel podría caer: 1) mudarse a la Tierra Prometida con su maravillosa abundancia y (para aquel tiempo) su vida fácil, y luego olvidarse del Dios que lo hizo todo por ellos. La advertencia es que Israel debe recordar que ellos no fueron los que construyeron las ciudades y las aldeas donde vivirían, ni sembraron los viñedos y los huertos de los que comerían. Más bien, el Señor lo TOMÓ de los cananeos y se lo DIÓ a Israel como herencia.

Piensa en eso por un segundo; Aunque la palabra “herencia” por lo general sólo se utiliza en nuestra sociedad como algo que recibimos cuando nuestros padres mueren, en realidad la misma lleva consigo un significado subyacente muy importante. Y ese significado es recibir algo de valor en el que alguien más trabajó para lograrlo. Es una cosa que de ninguna manera hemos ganado; sólo se logra por derecho de nacimiento o por gracia de la persona.

La 2nda advertencia es que el pueblo redimido de Israel que ahora ha heredado (por medio de la gracia) la abundancia y el privilegio de una relación especial con el Dios del Universo, no debe adoptar y juntarse con los dioses del pueblo entre los que van a vivir. Y si el hebreo no presta atención a esta advertencia, la destrucción será la consecuencia.

Yo pasé un tiempo la semana pasada conectando el verdadero significado de la idolatría (que es el seguir otros dioses) con la verdadera advertencia que está detrás de este principio de Dios. Y ese principio es que la idolatría habla de la búsqueda de cualquier cosa que tenga un lugar en la vida de uno que sea igual o mayor que Jehová. Ha habido tanta enseñanza alegórica dentro de nuestra fe cristiana que es fácil de poner este principio como alegoría también; pero este claramente no es el caso aquí. El Señor habla de la búsqueda de la riqueza, el poder y la tierra, y otras cosas, como siendo “idólatras” si su lugar se mantiene demasiado alto para nosotros.

Si nosotros meditamos en esto por un momento, veremos que en cierto modo la “adoración de otros dioses” es una especie de oxímoron Bíblico. La adoración de otros dioses es SOLO en sí mismo un acto de intención y de la maldad interior, porque en realidad no HAY otros dioses. No hay otros seres semejantes a Jehová…… ni siquiera inferiores…. por lo que podemos adorar estas cosas todo el día, pero en efecto estamos adorando a nada.

El problema no es que a Dios le preocupa que algún otro ser espiritual rival esté obteniendo la gloria que Él con toda razón debe tener; es que nuestras mentes y corazones carnales y malvados eligen ignorarlo y hacer de otra cosa… de cualquier otra cosa… la meta definitiva (o incluso compartida) de nuestras vidas. Hoy, cuando escuchamos la palabra “idolatría” tendemos a enfocarnos en pequeños ídolos de madera u objetos de arcilla en la cual la gente de antaño hizo oraciones, pero esto pierde la esencia de lo mismo. CUALQUIER COSA que tenga un lugar tan alto como, o por encima del Señor Dios, Jehová lo llama idolatría; y realmente no creo que Él esté interesado en nuestros contraargumentos lógicos. Nuestra esposa, nuestros hijos, nuestra riqueza, nuestra salud, nuestra jubilación, nuestros trabajos, nuestra seguridad y nuestras aficiones tienen el potencial de convertirse en “dioses”. Y estos dioses son de hecho los dioses de “otros pueblos”. Moisés dice, que como pueblo redimido, Israel no debe adoptar a esos dioses; los mismos son para las personas no redimidas. Bueno, así mismo es con nosotros; el amor al dinero, el sexo, el placer, la seguridad a cualquier precio, y así sucesivamente no son para los creyentes. No es que algún nivel adecuado de estas cosas está prohibido; es que nosotros debemos examinarnos constantemente para ver si negamos al Señor su debido lugar en nuestra vida porque estas otras cosas están en el medio.

VOLVAMOS A LEER DEUT. 6: 16 – HASTA EL FINAL

Comenzando en Deuteronomio 6:16 Moisés le dice a Israel lo que NO deben hacer. Después de que Moisés ha explicado que el Señor va a satisfacer todas las necesidades de Israel (y por lo tanto no hay ninguna necesidad para ellos adorar los ídolos de dioses de las otras personas ni deben ir en busca de las metas idólatras de los cananeos como la riqueza, el poder y el placer), Moisés ahora explica lo que Israel DEBE HACER. Y lo que Israel debe HACER es obedecer a Dios y no ponerlo a prueba. Y como medio de demostración y ejemplo, Moisés apunta a un incidente que sucedió muy temprano en el éxodo, el incidente en Masah. Ahora, en realidad, la gran mayoría de las personas con las que él está hablando NO pasaron esta experiencia de Masah porque ellos no habían nacido o eran niños pequeños. Sin embargo, debe ser que este acontecimiento infame se había convertido parte de los cuentos estándares que los padres le contaban a sus hijos porque Moisés no trata de reiterar las circunstancias; la mera mención del nombre Masah bastaba para que su audiencia entendiera plenamente su punto.

Pero para nuestro beneficio permítanme refrescar sus memorias; Masah fue el nombre dado al lugar donde los israelitas carecieron de agua para tomar y por consiguiente se quejaron a Moisés al respecto. Masah (con una “m”) significa “tentar” y la idea es que la gente dudaba de la capacidad de Dios para proveerles a ellos. Y este versículo en Deuteronomio dice (integrando un poco de hebreo), “No nassa a Dios, como lo hiciste en el lugar llamado tentando”. Nassa (con una “n”) significa ponerlo a Él en juicio, como una persona acusada de un crimen sería juzgada. La misma NO significa “probar” la paciencia de Dios, como pudiese parecer a nuestra mente en la representación típica de este versículo.

Así que después de que Moisés amonesta a la gente a no ser NUNCA tan audaz como para poner a Dios a prueba como la 1ª generación del éxodo hizo (consigo mismo como Su juez), más bien esta nueva generación debe hacer lo que se dice en el versículo 17: ellos deben OBEDECER a Dios. La idea es que Israel no debe determinar por sí mismo lo que es el bien y el mal, o si las leyes y mandamientos de Dios son opcionales o incluso justos o injustas; más bien su trabajo no es cuestionar y decidir, sino APRENDER y SEGUIR esas leyes. Y este pensamiento se explica un poco más cuando dice que siempre “se haga lo correcto ante los ojos del Señor”. Esto es en contraposición a hacer lo correcto en su PROPIA vista. A medida que nosotros (seguidores de Cristo) continuemos estudiando tanto el AT como el NT, nosotros vamos a ser exhortados en varias ocasiones a “hacer lo correcto ante los ojos de Dios”. Aquí en Deuteronomio capítulo 6 nosotros tenemos la definición de lo que es justo ante los ojos de Dios: y es obedecer las leyes y órdenes de Jehová. Esto no tiene nada que ver con ser agradable, o tolerante, o verse piadoso, o feliz de acuerdo a los pensamientos y filosofías.

Y hay una recompensa divina por obedecer; y la misma es que Israel poseerá la tierra y que Dios va a alejar a los enemigos de Israel, y así las cosas le van a ir bien a Israel. Resumiendo ahora el pensamiento que comenzó con el versículo 7 (que era críticamente importante que la Ley se enseñara a cada generación sucesiva), Moisés dice que los niños hebreos eventualmente tendrán curiosidad sobre el modo de vida único de Israel y le van a preguntar a sus padres POR QUÉ deben seguir dichas leyes y mandatos. Típicamente un niño pregunta POR QUÉ algo se hace SI ellos tienen algo más con que compararlo (SI parece haber otra manera viable). ¿POR QUÉ nos reunimos en comunión para adorar a Dios cuando todos estos otros niños no lo hacen? ¿POR QUÉ tengo que comer mis vegetales cuando prefiero tener un pedazo más grande de ese pastel que está allí? ¿POR QUÉ estudiamos la Torá y el Antiguo Testamento junto con el Nuevo Testamento cuando todos mis amigos solo leen las historias de los Evangelio sobre Jesús? Son estas diferencias obvias las que hacen que haya curiosidad. Por consiguiente Moisés dice, cuando tus hijos se den cuenta de estas diferencias entre lo que ellos están obligados a hacer versus a lo que los paganos están obligados a hacer, los padres hebreos dirán lo siguiente: y comienza diciendo, “fuimos esclavos en Egipto y nuestro Dios nos liberó de ellos”. En otras palabras, nuestra historia es lo que nos hace tan únicos y como resultado de esta historia única que se basa en nuestra relación con Jehová, es por eso que seguimos los caminos de aquel que nos separó de todos los demás pueblos para Sí Mismo.

Y Moisés dice que los padres deben decir que después de que Dios los ha establecido como un pueblo separado y único, y después de que Dios los ha redimido y rescatado de la esclavitud de un malvado capataz, y después de que Él les envió a una tierra propia, entonces el Señor les MANDÓ a ellos a observar Sus fiestas y festivales designados, reverenciarlo, y así complacerle a Él. Por lo tanto, dice este gran líder de Israel, “será para nuestro mérito” si hacemos lo que el Señor (que ha hecho todas estas cosas por nosotros) ha ordenado que hagamos; Todas las cosas.

Permítanme señalar aquí que al Moisés decir aquí “a nuestro mérito” significa que la obediencia trae consigo la bondad y el bienestar hacia nosotros como un regalo de Dios. Las cosas que Él le GUSTARÍA darnos Él es capaz de darnos DEBIDO a nuestra obediencia. Esto es lo opuesto cuando desobedecemos, lo ofendemos a Él y, por consiguiente, incurrimos en culpa ante Dios; en ese caso, Su justicia no le permite darnos el Shalom (el bienestar general) que tanto Él desea darnos a nosotros. En cambio, su santidad incomparable no tiene más remedio que negarnos y disciplinarnos.

Vamos a movernos a Deuteronomio 7.

LEER DEUTERONOMIO 7 completo

Hay un principio importante al que debemos referirnos constantemente cuando estamos comprendiendo las instrucciones que Jehová ha dado (y dará) en cuanto a cómo Israel debe llevar a cabo la próxima Guerra Santa en Canaán. Y es que Israel debe proceder sabiendo que Dios es el Dios de TODA la historia, no sólo de la historia Israelita. Dios es el Dios de toda la humanidad, no sólo de los hebreos. Que todos los demás que no sean Israel por definición adoran dioses falsos (los dioses de su cultura gentil que son inexistentes) y por lo tanto no honran al verdadero Dios Creador. Hay que señalar aquí dos lecciones clave: 1) el que Dios ciertamente sea el Dios de todo NO significa que cada dios honrado (por cualquier nombre o característica que sea conocido por) está en cierto nivel honrando a Jehová. Y 2), como Jehová es el Dios de todo y de todos, Él tiene el derecho y la autoridad para tomar las decisiones que Él está tomando. Jehová tiene el derecho de desposeer a los cananeos de su tierra y Él tiene el derecho a transferir esa tierra a quien quiera que Él escoja porque en primer lugar es Su tierra.

Hablemos por un momento sobre ese primer punto. Se ha vuelto cada vez más popular en nuestros días (incluso entre algunos evangélicos) decir que no importa si una persona adora el nombre de Buda, Alá, Krishna, o quien sea, porque lo que estas personas no saben es que en realidad están todos adorando a Jesús. No sé si es de un deseo insaciable de tolerancia o paz a cualquier costo, o simplemente ignorancia Bíblica, que esta noción nace pero esta doctrina está tan lejos de la verdad que es difícil ignorarla o exagerarla. Si aceptamos esa opinión, entonces debemos preguntarnos si tal cosa como la idolatría puede existir en nuestra época actual. ¿Estaban los cananeos adorando realmente al Jesús pre encarnado cuando sacrificaban a sus hijos a Ba’al? ¿Estaban los amorreos limitándose a adorar a Jehová cuando realizaron la prostitución ritual ante la diosa de la fertilidad Ashtoreth? ¿Es sólo que ellos no usan el nombre correcto?

¿Puedes ver el problema aquí? Parte del problema es hasta el concepto erróneo de la palabra hebrea Shem que se traduce en inglés a “nombre” (como en el nombre de Dios). La palabra Shem significa mucho más que simplemente la identidad familiar formal dada a alguien. La misma significa MÁS reputación, naturaleza o características. Para los hebreos los nombres tenían un gran significado porque encarnado dentro de un nombre estaba un conjunto de atributos de la persona por el que ese nombre sería conocido y se esperaba que mantuviese.

Por lo que debemos entender que cuando el Señor ordena a Israel que NO adore a otros dioses, no es sólo una cuestión de los hebreos usando un nombre incorrecto para adorarle a Él, es que las características asignadas a esos dioses falsos son polos opuestos de las características que definen a Jehová.

Esto también significa que NOSOTROS los creyentes modernos de hoy en día tenemos que tener mucho cuidado cuando nosotros, a la vez, definimos quién es Dios y le asignamos características que Él no tiene, o le quitamos esas características divinas que preferiríamos que Él no tenga. El hacer que Dios sea un Dios que da guiños al pecado, pero que ya no toma acción; o un Dios que acepta la homosexualidad y la bestialidad porque Él ama a todos y coloca ese amor por encima de Sus leyes y mandamientos; o como un Dios que disciplina a todos excepto a los cristianos es un error peligroso. Hacer cualquiera de estas cosas es esencialmente definir un Dios que no existe. Y luego poner el nombre YHWH a ese Dios que es creado en nuestras mentes y doctrinas fantasiosas es la definición más pura del significado de idolatría.

Una vez yo conocí a un hombre que había asistido a la iglesia durante décadas (estaba en mi clase de escuela dominical). Él se acercó a mí después de una lección en particular y dijo que él estaba ofendido y nunca volvería. El problema era que yo había hablado ese día sobre la justicia y el juicio del Señor; y me dijo que su Dios, Jesús, era un Dios de amor puro y nada más, así que debemos estar hablando de dos dioses diferentes. Y fiel a su palabra, nunca regresó a clase.

Hermanos aun cuando todos nosotros amamos el “amor”, y aun cuando todos reconocemos que tal vez la característica sobresaliente de Jehová es el amor, esto apenas define todas Sus características. Entre otras cosas, Dios es un Dios de la luz, de la creación, de la salvación, de la misericordia, del juicio, de la ira, de la furia y de la dulzura; Él es un Dios que está cerca, pero Él no es de nuestro mundo, ni de nuestro universo, ni siquiera de nuestra dimensión. Él no es un hombre, ni siquiera un súper humano; más bien es un ser totalmente diferente, totalmente único. Él da nueva vida, preservará la vida y, sin embargo, destruye la vida de acuerdo a Su voluntad soberana y propósitos. Y lo que estoy enumerando aquí es embarazosamente inadecuado para definir incluso una fracción de quién es Dios. Pero el Señor también nos ha dado suficiente de Sus características por medio de Su palabra escrita, y ha mostrado cómo estas características están en perfecta proporción y equilibrio, para que asignemos Su nombre a otro Dios cuyas características son muy diferentes e infinitamente inferiores y el hacer esto es una abominación de alto orden.

Por lo tanto, el versículo 1 dice que YHWH tu Dios va a a) traerte (Israel) a Canaán, y b) expulsará a los habitantes actuales para que tú (Israel) lo poseas. Y luego se nombran 7 naciones que serán removidas de la tierra y reemplazadas por Israel.

Aunque hablamos de este concepto de “poseer” la tierra hace bastante tiempo atrás, permítanme recordarles brevemente que “poseer” no significa “tener”. Cuando se trata de la tierra de Canaán el término “poseer” se utiliza porque esa tierra SIEMPRE ha sido apartada para uso especial por el Señor y siempre lo será. Una y otra vez la Torá y el resto de la Biblia nos informan que Jehová es el dueño único y permanente de la tierra de Canaán.

La humanidad ciertamente puede poseer, comprar y vender trozos de bienes raíces (no hay ningún requerimiento bíblico en contra de esto). Aquí en Estados Unidos, o en Europa y en la mayor parte del mundo, el concepto de un hombre que posee una propiedad no sólo es legal y fundamental en prácticamente todas nuestras sociedades terrenales, sino que no existe una prohibición en las Escrituras en contra de tal concepto. Sin embargo, esto NO aplica a una porción de tierra muy particularmente definida en el Medio Oriente que la Biblia llama Canaán, y luego eventualmente se llama Israel porque para ese pedazo de tierra el Señor solo esta dispuesto a rentar y no vender. Y el Señor retiene todos los derechos para revocar el arriendo en esa tierra en cualquier momento que él determine. Por lo tanto, Israel NO tiene derecho a vender tierra unos a otros, mucho menos a un extranjero. Esta tierra es especial, sagrada, apartada y reservada por Dios como la sede de Su reino terrenal.

Nosotros encontramos este concepto de posesión versus propiedad a la vanguardia de las leyes del Jubileo donde la tierra que ha sido “vendida” tiene que ser devuelta al propietario original. Esta ley SOLO aplica a la Tierra Santa. O en términos más correctos, el USO de la tierra que ha sido transferida a otra persona eventualmente es finalizado, y el USO de esa tierra se restaura en última instancia a quien se lo asignó originalmente. En la ley el precio que una persona cobra por tierra se basa sólo en lo que la tierra puede producir entre el momento en que lo arrienda y la ocasión del próximo Jubileo, porque es sólo el uso de la tierra que se puede transferir temporalmente. Yo espero que vean la diferencia significativa entre PROPIO y poseer, y por qué cuando Israel fue exiliado de la tierra, el Señor estaba revocando el USO de la tierra por parte de Israel como disciplina, y también estaba transfiriendo el uso de la tierra a los conquistadores de Israel por un tiempo establecido, porque estos conquistadores eran los representantes de Dios para Su castigo sobre Su pueblo. Y es también por eso que esta abominación llamada la Ruta a la Paz, o cualquier otro llamado plan de paz para los gobiernos de los hombres de forzar la transferencia de la propiedad de las porciones de la tierra de Dios, o incluso para transferir la posesión de porciones de esa tierra de Israel a otra persona, es desobediencia y arrogancia al más alto nivel y sólo está desafiando a Dios a reaccionar. El que un segmento considerable de la iglesia retrocede esos planes es una cosa dolorosa para mí presenciar.

Así que lo que tenemos en Deuteronomio capítulo 7 es a Moisés abordando una serie de asuntos muy específicos que los israelitas enfrentarán al invadir a Canaán. Y además del asunto de la posesión de la tierra está lo que hay que hacer con las personas que actualmente viven allí y como deben ser tratadas. Y a los israelitas se les dice (en pocas palabras) que no deben otorgarles a los cananeos ningún término ni darles ningún cuartel. No deben casarse (y esto significa que ningún hijo hebreo se case con ninguna mujer cananita y que ninguna hija hebrea sea dada en matrimonio a hombres cananitas). Además cualquier cananeo que pueda permanecer en la tierra debe tener sus altares de sacrificio a sus dioses falsos derribados y destruidos, cualquier tipo de pilar religioso o monumento a uno de sus dioses debe ser aplastado, y cualesquiera ídolos o imágenes de sus dioses que puedan ser descubiertos deben ser tirados al fuego y quemados.

Ahora, ¿a qué se suma exactamente esto? ¿Se trata de genocidio despiadado? En primer lugar, darles a los cananeos ningún término significa que no se hagan acuerdos ni tratados entre Israel y los cananeos que les permitan seguir siendo sus sociedades soberanas. Esto significa que Israel NO debe de esencialmente hacer lo que SIEMPRE se hace en estas situaciones desde tiempos inmemoriales y es permitir que un rey extranjero permanezca rey sobre su pueblo a cambio de impuestos y tributo y mano de obra pagada al conquistador (en este caso , Israel). Además, los cananeos que se niegan a inclinarse ante el Dios de Israel no pueden permanecer en la tierra, sino que deben ser expulsados forzosamente y si en su lugar insisten en luchar hasta la muerte, deben ser tomados en cuenta.

A pesar de la idea de que a muchos Rabinos les gustaría dejarnos, y los cuentos excesivamente simplista que nos han contado sobre cómo los hebreos no se casaron con otra raza y durante largos períodos de tiempo permanecieron muy puros en su acervo genético, nada podría estar más lejos de la Biblia o la realidad histórica. Los hombres hebreos simplemente no podían resistirse a los encantos de las diversas mujeres paganas y las trajeron constantemente a casa con ellos y las integraron en la sociedad hebrea. En el libro de jueces vemos incluso al gran Sansón casarse con una mujer filistea. Esto, sin embargo, era sólo la punta del hielo. Debido a que en las culturas de Oriente Medio (Israel incluido), una niña no tenía mucha elección de con quien se casaba. Su padre hacia esa determinación y a menudo se basaba en la cantidad del regalo que un hombre podía ofrecerle al padre a cambio de la mano de su hija en matrimonio. Que un padre ofreciera a su hija al mejor postor es bastante malo; que un padre israelita permitiría que un no-hebreo fuera uno de los licitadores estaba prohibido, pero sucedió regularmente y (eventualmente) a menudo. El problema con un hombre hebreo casándose con una mujer extranjera es que (excepto en casos raros) ella traería consigo las costumbres paganas de su tribu y junto con ella la presión familiar y la influencia de sus parientes para que su marido hebreo al menos sea tolerante y respetuoso con ella y sus creencias. Eventualmente veremos al venerado rey Salomón casarse literalmente con cientos de esposas extranjeras, ser abiertamente tolerante de su adoración de dioses paganos, e incluso hacer arreglos para que los altares sean construidos para que puedan hacer sacrificios a esos dioses falsos.

El que una mujer hebrea se casara con un hombre extranjero era un terrible aprieto para esa mujer porque una vez que se casaba con ese extranjero ella perdía su condición de israelita. Además, los niños que ella llevaba serían ahora gentiles y aparte de Israel. La redención que tenía como un derecho de nacimiento se había ido, y la redención que sus hijos pudieron haber tenido como un derecho de nacimiento también se había ido. Así que el efecto de desobedecer el mandato de no casarse con cualquiera de estos 7 grupos de personas nombradas fue de gran alcance.

Ahora, en cuanto a estas 7 naciones enumeradas aquí, no voy a tratar de definirlos cuidadosamente a todos, ya que sería demasiado complejo para nuestros propósitos.

La mayoría de ellos no eran más que tribus descendientes de Canaán (nieto de Noé), y por lo tanto podría ser correctamente agrupados y dada la identidad general de los cananeos (como a menudo lo son) de la misma manera que un hombre de la tribu de Judá o de Rubén o Benjamín podría legítimamente ser llamado un israelita porque descendía de Jacob (llamado Israel). Sin embargo, ese no fue el caso de cada nación de las 7 que se mencionaron específicamente. Algunos de estos nombres son menos acerca de las tribus y más acerca de simplemente describir una región que habitaron. Lo cual no es importante por el momento.

Lo importante son las razones de la drástica acción que Dios pide (la prohibición de los tratados de paz, contra cualquier forma de tolerancia y contra el matrimonio intermatrimonial). Y es que los hijos israelitas (que significa descendientes) de las generaciones futuras se alejarán de Jehová y hacia la idolatría. Tenga en cuenta: esta afirmación es una declaración de hecho, no una amenaza de inactividad o una advertencia hipotética. Eso es lo que el Señor está diciendo, si usted hace alguna de estas cosas es 100% seguro que el resultado será un alejamiento de la verdadera religión y una adopción del paganismo. Ahora, por favor, Escúchenme: cualquiera de nosotros que hayamos vivido lo suficiente en un momento u otro sucumbimos a esta realidad. No hay absolutamente ninguna manera de que podamos casarnos con un no-creyente, o convencernos de los caminos del mundo no-creyente (adorar a sus dioses por así decirlo), o incluso acercarse lo suficiente a las formas del mundo para obtener los beneficios y no ser aspirado en el mismo, sin algunas consecuencias fuertes. He oído a tantos cristianos decir cuando deciden aventurarse por este peligroso camino, “bueno, sé que es peligroso, pero soy fuerte en el Señor por lo que sé que va a estar bien.” Buena suerte. El problema es que lo que estamos diciendo cuando pensamos de esa manera o hacemos ese tipo de afirmación es que podemos hacer las mismas cosas que el Señor dice no hacer, pero que de alguna manera lo honrará y se asegurará de que ninguna de las malas consecuencias ocurra. ¿Acaso nosotros vamos largos períodos de tiempo donde parece que nos HEMOS librado, y respiramos un suspiro de alivio sólo para que repentinamente suceda algo y luego nosotros reconocemos la naturaleza invariable de Jehová y la inmutabilidad de Sus Leyes? Esto es lo que Dios le dice a Israel y le dice a todos los que tienen la intención de depender de Él.

Al final, el requisito fundamental para la supervivencia de Israel en Canaán fue la adoración exclusiva a Jehová. La desobediencia y la idolatría traería automáticamente la calamidad divina; la naturaleza de esa calamidad abarca entre el acoso constante procedente de los extranjeros, las hambrunas, los malvados Reyes israelitas que eran opresivos ante su propio pueblo, y en un par de ocasiones el desalojo absoluto de la tierra, el exilio. Así que Moisés explica un par de hechos de la vida: primero, no te hagas demasiado grande cuando LLEGUES a ganar posesión de la tierra porque no es tu poder o perspicacia militar, o a un gran número de soldados que van a ganar ese día. Esto es SOLO porque el Señor ha favorecido a Israel (y ha discriminado EN CONTRA del pueblo nativo de Canaán) que Israel es capaz de recibir la victoria en de una manera tan monumental. Y segundo, esto es realmente todo acerca del cumplimiento de un juramento (un pacto) que Dios hizo a los patriarcas de que Israel recibirá a Canaán como su única posesión. Pero, Moisés advierte que todo esto puede revertirse por un tiempo si no observan los mandamientos del Señor.

A partir del versículo 12 se dan más razones para que Israel sea obediente. A veces, estos pasajes me recuerdan las charlas que he tenido con mis hijos en particular cuando estaban creciendo. La mayoría de los padres van a recordar y hablar sobre las charlas con sus hijos “hasta que los cansen”, tratando de que entiendan un mensaje muy importante; de mirar esas caras vacías y desinteresadas con una miradas lejana, escuchando al padre decir lo mismo de varias maneras diferentes con la esperanza de que finalmente que logren entender el mensaje y que nuestra amada descendencia preste atención a algunos consejos sabios y eviten graves problemas. De alguna manera me imagino a Moisés mirando a miles de estas caras sabiendo muy bien que casi tan pronto como el mensaje se termine, la rebelión va comenzar.

Pero, no será por no intentarlo, y el Señor establece la misericordia y la abundancia que está a la espera de Israel bajo las condiciones que él ha establecido. Las mujeres serán fértiles. La población de Israel florecerá. El suelo producirá. Los animales prosperarán. No se permitirá que las enfermedades graves y la pestilencia lastimen a los Hebreos (pero las mismas derribaran a los enemigos que viven justo al lado). El Señor hará que Israel sea muy victorioso en la batalla, PERO esto será hasta tanto que los guerreros israelitas NO muestren a sus enemigos piedad. Eso va en contra de la fibra de un cristiano, ¿verdad? Bueno, vamos a referirnos al principio de Dios que expuse al comienzo de esta lección: el Señor es el Señor de todos y de todo. Los cananeos son Sus creaciones tanto como Israel y lo que Él decide es que su destino depende de Él. Es sólo que hemos sido bien educados para pensar en el concepto de pérdida y calamidad más que en términos de una cuenta bancaria encogiéndose, o un hogar siendo embargado, o nuestro trabajo eliminado, o tal vez incluso un ser querido muriendo de un accidente terrible o enfermedad fatal. Pero aquí el Señor está hablando de aniquilar naciones enteras al por mayor para cumplir su voluntad de dar a Israel la tierra de Canaán, como Él lo prometió.

Esta realidad es lo que ha conducido a esta doctrina implícita, si no explícita, de que el Dios del AT es de una naturaleza muy diferente del Dios del NT. Les recuerdo, sin embargo, que el Dios del NT va a continuar su Santa Guerra sobre las personas que no son sus elegidos en una escala inimaginable para nuestras mentes humanas. La batalla de Armagedón va a ser el final más sangriento y devastador de la Guerra Santa que comienza con Josué al timón, y cientos de millones van a morir sin ninguna disculpa del Señor. ¿Y quién va a liderar esa batalla y causar la mega-muerte? Jesús. Yeshua. Nuestro Mesías. El Dios del NT. Va a hacer lo que pasó en Canaán hace 3000 años verse como un juego de niños.

Comenzando en el versículo 17, Moisés aborda lo que él sabe que la gente está pensando. ¿Cómo él lo sabe? Porque él vio lo mismo hace unos 38 años atrás; es que la gente realmente le gusta la idea de tener una tierra maravillosa propia, pero no les gusta mucho la parte de tener que luchar y donde muchos pierden sus vidas en la batalla con el fin de conseguirlo. Hace 38 años la gente tenía tanto miedo a la guerra que traicionaron a Jehová y las consecuencias son bien conocidas, por lo que Moisés está tratando de alejar los temores muy naturales que esta generación más joven podría tener acerca de la conquista de Canaán.

Por lo tanto, le dice a Israel que tenga en mente lo que Dios le hizo a Egipto y que Él va hacer esencialmente lo mismo con los Cananeos.

Entonces Moisés les dice que NO se preocupen ni se molesten cuando les tome un poco más de lo que esperaban en conquistar a Canaán; porque si demasiados cananeos son asesinados demasiado rápido, y la tierra es purgada de ellos demasiado deprisa, Israel ni siquiera tendrá el tiempo necesario para establecer la seguridad y así los animales salvajes se trasladarán allí. Hmmmm. ¿Acaso esto suena un poco a lo que nos topamos en Irak? Lo que el Señor está haciendo con las instrucciones para atacar a Canaán es muy práctico, a pesar de que va en contra de las tendencias humanas. En Irak todos ahora están de acuerdo en que a pesar de que invadimos y ganamos rápidamente de manera casi milagrosa, en realidad era demasiado rápido. No tomamos el tiempo necesario para conquistar zonas más pequeñas y establecer áreas seguras, y luego seguir adelante y tomar otra, hacer lo mismo, y luego otra. Tratamos de tragar el elefante en un bocado y esto llevó a gran costo. Los animales salvajes (al Qaeda y otras organizaciones terroristas) se mudaron a esas tierras.

Al mismo tiempo, así como Dios y Moisés saben que el pueblo va a ser de poca visión futura e impaciente, por consiguiente Moisés está preparando a la gente para lo que sucederá, (esta es la razón idéntica por la que nuestro gobierno decidió que no podían ir lento en tomar Irak porque los estadounidenses quieren resultados rápidos y gratificación instantánea). La mejor y más fructífera forma de atacar a Irak nunca habría sido aceptada por un público estadounidense (o mundial) que quiere un conflicto de videojuegos: en más de una hora y en realidad nadie sale herido. Créeme que no estoy haciendo un discurso político; Sólo estoy tratando de usar una ilustración en la que la mayoría de las personas va a reconocer fácilmente y que es bastante paralela a lo que Moisés enfrentó.

Sin embargo, dice el Señor, no dejes que una velocidad más lenta le parezca a usted como si tal vez las cosas no van bien; más bien, Yo les entregaré a los Reyes cananitas a ustedes y lanzaré a los ejércitos cananitas a un pánico total para que a menudo se escapen. La victoria será tan completa que, como dice el versículo 24, ni siquiera los nombres de los Reyes y líderes militares serán recordados.

Entonces Moisés vuelve a los dos aspectos de la idolatría que hemos hablado en algunas ocasiones: No tomes a sus ídolos (porque serás responsable de adorarlos), y ni siquiera tomes el oro y la plata de que están hechos (porque el deseo de todo ese oro y plata es tan idolatra como los propios ídolos).

Y, como dice el Señor en el versículo 26, él detesta totalmente todo lo que Israel (o nosotros) pudiera traer ante Su presencia que le sea rival. Por lo tanto, cualquier cosa que pueda ser un rival para Él debe ser destruido; no porque Dios es un avaro o un gruñón y no quiere que tengamos cosas agradables o una vida cómoda, sino que es porque el peligro para nuestra relación y armonía con él es demasiado grande.

La próxima vez comenzaremos el capítulo 8 de Deuteronomio.