Deuteronomio
Lección 27 – Capítulo 21 Continuación
Nosotros continuaremos esta semana en Deuteronomio 21. La última vez discutimos el capítulo 21 versículos 1-9 y el tema fue asesinato sin resolver. Como vimos, esto se estableció en el contexto mucho más grande de la culpa de la sangre. La culpa de la sangre ocurre cuando una o más de las leyes de Dios con respecto a la sangre han sido violadas.
Esta semana comenzamos una sección bastante bien delineada de la Torá (comenzando en el 21:10 y continuando hasta el capítulo 25) que muchos eruditos y maestros llaman una lista de leyes diversas. Mi única disputa con esa descripción es que da la impresión de que estas leyes no se establecen de ninguna manera estructural concreta ni tienen un tema común; cuando en realidad no es el caso. Más bien esta sección de 4 capítulos trata de 4 problemas principales: Guerra Santa, sexo y familia, atención a los más pobres y a los vulnerables, y preocupaciones humanitarias.
Yo les mencioné al comienzo de nuestro estudio sobre el libro de Deuteronomio, que lo que Moisés está haciendo es exponer las leyes que se habían establecido casi 40 años antes en el Monte Sinaí. Moisés está dando un sermón que tiene un interesante paralelo en el Nuevo Testamento con el famoso Sermón del Monte de Yeshua, tal como se encuentra en el libro de Mateo. En ambos casos, el propósito y el enfoque es tomar estas leyes antiguas y vigorizarlas con un significado espiritual más profundo en algunos casos, y una aplicación de vida mejor definida en otros. Así que lo que encontramos cuando retrocedemos y miramos esta sección desde un punto de vista más alto es que estas leyes no son más que extensiones de los mandamientos 6to, 7mo, 8vo, 9no y 10mo. Por lo tanto, los temas giran en torno a la matanza, el adulterio (incluyendo la esencia del adulterio que es una combinación de infidelidad y mezcla ilegal), robo, testigo falso y codicia.
La lección de hoy se centra principalmente en el matrimonio y la ley de familia. Lo primero con lo que trataremos tendrá que ver con el matrimonio de una mujer que ha sido capturada en la guerra.
Este sería un buen momento para recordarles que el tema del capítulo 20, el cual era la Guerra Santa, continúa en el capítulo 21; y que cualquier tipo de guerra por definición trata con la matanza de humanos. Esto es lo que tenemos que entender especialmente en lo que se refiere a la guerra ordenada por Dios y dirigida por Dios llamada Guerra Santa: el matar bajo las reglas que Él ha establecido es justificado y aceptable para Él, mientras que todo lo demás no lo es. No es asesinato si una persona mata de acuerdo con esas reglas y por lo tanto el asesino (el soldado) permanece en paz con Dios. Matar fuera de las reglas de la guerra que Dios ha ordenado NO está justificado y, por lo tanto, trae a la persona, a la comunidad y a la tierra donde sucedió bajo la culpa de la sangre.
Vamos a leer Deuteronomio capítulo 21: 10 hasta el final.
LEER DEUTERONOMIO CAPÍtulo 21:10 hasta el final
Si bien nuestras dos lecciones anteriores trataron con las responsabilidades de los funcionarios públicos israelíes, esto cambia de curso y trata con las personas individuales y las familias y sus vecinos. Y el primer asunto trata sobre el botín humano de la guerra. Era común en tiempos antiguos entre la mayoría de las sociedades tomar a mujeres y niños cautivos y hacerlos esclavos como parte del botín de la guerra. Cuando leemos los clásicos griegos encontramos que ocurre lo mismo. Muchas de las leyes que veremos aquí son bastante similares a las leyes que se encuentran registradas en el Código de Hammurabi, y en los documentos del código de la ley Mari. Pero hay una diferencia notable: las leyes hebreas dan a las mujeres prisioneras de guerra el estatus de humanos de valor y no simplemente bienes muebles que equivale a animales o muebles.
Por lo tanto, el tema que se está tratando aquí es sobre una mujer tomada como prisionera a la que un soldado encuentra atractiva, por lo que quiere hacerla su esposa. No perdamos el contexto importante de esta exposición’: nosotros estamos hablando SOLAMENTE de soldados hebreos tomando mujeres extranjeras (prisioneras extranjeras) como esposas. Señalé hace un tiempo atrás en nuestro estudio de Génesis que hablar de pureza genealógica en lo que respecta a los hebreos es realmente casi un oxímoron. Desde el momento en que Dios apartó a Abraham como el primer hebreo (lo que significa que todos los demás en el planeta eran goyim, gentiles, y por lo tanto también ger, extranjeros al clan de Abraham) Jehová definió un camino para cualquier ger, cualquier extranjero, que quería unirse al clan de Abraham fuese capaz de hacerlo. Y al unirse al clan de Abraham y a las tribus de sus descendientes hebreos, este ex extranjero gentil es considerado hebreo.
Permítanme darles un ejemplo bíblico de extranjeros que se unen a Israel. Cuando Jacob, el nieto de Abraham, regresó a Canaán de sus 2 décadas de estancia en Mesopotamia, y se estableció fuera de Siquem, un trágico incidente llevó al tamaño de su propia familia a multiplicarse prácticamente de la noche a la mañana. Fue cuando el hijo del rey de Siquem violó a la hija de Jacob, Dinah, sus hermanos atacaron la ciudad de Siquem y mataron a todos los hombres adultos. Génesis nos dice que los hijos de Jacob, los futuros líderes tribales de Israel, también tomaron a todas las mujeres e hijos de Siquem como sus esclavos. Con el tiempo, casi todos estos habitantes cananeos de Siquem se convirtieron en parte de un clan israelita u otro. Era costumbre que una tribu o nación tomara prisioneros a otra como un medio para aumentar el tamaño de su comunidad mientras disminuían el tamaño de la comunidad enemiga. La riqueza se midió en parte por el tamaño de la familia, el clan, la tribu y la nación.
El punto es que como resultado de esa incursión en Siquem, Israel se convirtió casi inmediatamente en una familia étnicamente mixta compuesta por hebreos descendientes de Abraham, y de cananeos que con el tiempo se convertirían en miembros naturalizados de Israel. Así que antes de que Jacob llevara a su familia a Egipto (para permanecer allí durante 400 años), Israel era aproximadamente 50% hebreos genealógicos y 50% gentiles. Durante su tiempo en Egipto se nos dice que hubo una enorme cantidad de matrimonio entre la familia de Jacob y los egipcios, así como con otros extranjeros (porque Egipto tenía una gran población extranjera viviendo allí). Incluso Moisés (hebreo) se casó con una mujer madianita. Vemos que la misma tendencia continúa aquí en Deuteronomio con un conjunto de leyes diseñadas para que sea legal que un soldado israelita tome a una mujer prisionera extranjera y la haga su esposa.
Por definición, en el momento de la ceremonia del matrimonio ella se convirtió en hebrea y así el grupo genético que comienza con Abraham se diluyó aún más. La preocupación de Dios nunca fue la pureza de la raza de Su pueblo escogido, sólo su pureza espiritual y fidelidad a Él.
Antes de ir más lejos sobre lo que le va a suceder a esta mujer prisionera, y qué derechos se le otorgan, quiero señalar algo que está enmascarado por las traducciones de la Biblia en inglés; la misma ocurre en el primer versículo de nuestro estudio de hoy, el versículo 10. La versión LBLA dice (con respecto a la captura de estas mujeres extranjeras), “…y cuando usted toma cautivos.”. Otras versiones dicen algo como, “…y cuando tomas algunas de ellas prisioneras.” Bueno, literalmente dice algo que podría ser familiar para tus oídos; dice, “…cuando tomas cautivos a los cautivos…” Si te estás preguntando dónde podías haber oído esto antes, escucha Efesios 4:8.
LBLA Efesios 4:8 “… Por tanto, dice: Cuando ascendió (Jesús) a lo alto, llevo cautiva una hueste de cautivos, y dio dones a los hombres. 9 Esta expresión: Ascendió, ¿qué significa, sino que Él también había descendido a las profundidades de la tierra?
La semana pasada les expliqué que, según el AT y el NT, existían tales personas a las que nosotros llamamos “santos” incluso ANTES de que Jesús naciera. Estos santos hebreos del AT eran aquellos que murieron confiando en Dios y viviendo en la Torá, que habían seguido fielmente el sistema de sacrificios y así murieron en un estado justo ante los ojos de Dios. Estos santos del AT NO fueron al Cielo; más bien fueron al Seno de Abraham, el nombre de una de las dos cámaras para las almas que existen bajo la tierra (el otro se llama Hades, un lugar de tormentos). Yeshua también se refirió al Seno de Abraham como “Paraíso”.
Estos santos hebreos de antaño permanecieron cautivos en el Seno de Abraham (un lugar de gozo y shalom) hasta que el Mesías completó Su ministerio terrenal y luego ascendió y en ese momento Él llevó a los habitantes con Él al cielo. La frase de Efesios 4 que habla de cómo Yeshua “condujo a la cautividad al cautivo” es una extraña con la que todos hemos luchado por entender. Bueno, aquí hay otro caso por el que el estudio de la Torá hace que la pregunta se resuelva fácilmente. En Deuteronomio 21:10 nosotros tenemos esencialmente la misma frase y significa lo mismo que significa en el NT. Esta extraña frase es simplemente el resultado de la estructura de palabra hebrea. Sí, los documentos del NT (incluyendo Efesios) fueron escritos en griego; aunque, es el pensamiento HEBREO, y la cultura HEBREA, y la fraseología HEBREA la que se está transmitiendo. Sencillamente fue escrito (exactamente podría añadir) en griego.
Por lo tanto, lo que se entiende en Efesios 4:8 es que aquellos Santos del AT (llamados cautivos) que habían sido aguantados de forma segura (mantenidos cautivos) dentro del Seno de Abraham, Jesús ahora los llevó con Él al Cielo. Así que lo que vemos tanto en Deuteronomio 21:10 como en Ef.4:8 es un cambio en el ESTATUS de aquellos que están siendo afectados. En Deuteronomio estas mujeres gentiles están cambiando su estatus de ser cananeos libres, a ser prisioneros de Israel (algunas de las mujeres eventualmente se casarán con hombres hebreos y perderán toda la identidad cananea).
En Efesios 4:8, los cautivos del Seno de Abraham están cambiando su estatus por el Mesías. Van de ser ciudadanos de un área de detención que NO está en el Cielo, sino que es un lugar piadoso, a ser ciudadanos del Cielo en la misma presencia de Dios. Por cierto, desde el momento en que Yeshua llevó a esos cautivos al Cielo con Él, el Seno de Abraham quedó permanentemente vacío porque todos los que confían en Dios (por medio de la fe en el Mesías Yeshua) ahora van directamente al Cielo y no a un lugar intermedio de espera.
Así que una mujer extranjera es tomada cautiva como resultado de la guerra, un soldado israelita se siente atraído por ella y quiere casarse con ella. El procedimiento es que él debe llevarla a su casa por un período de un mes lunar, 30 días: y la mujer extranjera debe afeitarse el pelo, cortarse las uñas y desechar la ropa en la que fue capturada. Durante este tiempo estos versículos dicen que también debe llorar a sus padres.
¿Qué significa todo eso? ¿Qué está pasando aquí? Bueno, si bien no hay un consenso completo, el significado está siendo más generalmente acordado por los eruditos bíblicos. Al afeitarse el pelo (esto NO significa afeitarse la cabeza, sólo significa cortarse el pelo, cortarse las uñas y cambiarse a prendas hebreas (de sus prendas cananeas) un proceso de cambiar su identidad de un gentil a un israelita ha comenzado. Cada cultura tenía un peinado más o menos único, estilo de ropa, y al igual que hoy en día las mujeres decoraban sus uñas. Al deshacerse de todas estas cosas, sus lazos con su antigua vida se quedan atrás simbólicamente. Esto se extiende aún más a la idea de que ella llora a su madre y a su padre. No es necesariamente que sus padres fueran asesinados (aunque sin duda eso sucedió con cierta regularidad como resultado de la guerra). Más bien es que se le está dando la oportunidad de “olvidar” a sus padres por así decirlo. Renunciar a sus asociaciones familiares naturales en las que nació, teóricamente a favor de las nuevas por medio de su marido hebreo y su nueva identidad hebrea.
Nosotros obtenemos exactamente la misma imagen en el Nuevo Testamento para los nuevos creyentes:
LBLA Marcos 10:29 29 Jesús dijo: En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de mí y por causa del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna.
También tenemos la misma instrucción con respecto al matrimonio en que una pareja debe dejar a sus padres (renunciar a su identidad principal como parte de la casa de sus padres) y en su lugar la pareja debe aferrarse el uno al otro (creando una nueva identidad como pareja casada).
Por lo que el concepto en el AT es que esta mujer prisionera deja atrás su identidad gentil con su familia original (una familia cananea) por una nueva (una israelita); y si supieran, ese es exactamente el sentido ESPIRITUAL en el NT de lo que Yeshua estaba comunicando acerca de dejar atrás tu identidad como miembro del mundo (de gentiles), a favor de ser miembro del Reino de Dios (hebreos).
El versículo 13 deja claro que SOLO después de este período de espera de un mes puede el hombre casarse con esta mujer y luego consumar el matrimonio. Inherente en esto es que, si la mujer es miserable y firmemente resistente a su nueva realidad, el matrimonio no se llevara a cabo; probablemente porque si ella es una persona miserable para estar alrededor, él no va a querer casarse con ella.
Por lo tanto, como dice el versículo 14, si el hombre cambia de opinión antes del final de los 30 días y decide que no quiere que esta extranjera sea su esposa, ella debe salir libre. No como esclavo, sino como persona libre. No puede cambiar de opinión y luego venderla a otra persona; no puede cambiar de opinión y simplemente convertirla en su esclava involuntaria. Así que vemos aquí la decencia y el gran respeto que tiene la Ley por las mujeres, incluso las presas extranjeras. Ahora bien, entiendo que en la Sociedad Occidental moderna incluso ESTO no se considera una perspectiva encantadora para una mujer. Pero entiendan que en esta época todas las sociedades estaban totalmente dominadas por hombres. Que Dios haría una ley para que los hebreos dieran derechos a las mujeres y el sostenerlas tan valiosa como los hombres era un cambio de normalidad. Se convertiría en una piedra angular del modo de vida hebreo.
Comenzando en el versículo 15, el tema cambia a lo que sucede en una familia polígama cuando una esposa es más amada que la otra por el esposo. Algunas traducciones dicen sobre esto “cuando una esposa es amada y la otra es odiada”; nuestra CJB (Biblia Completa Judía) llama a un amado y al otro no amado. Entiende que el significado aquí no es un caso de “me gusta” intensamente versus “disgusto” intenso; o devoción completa a una esposa y desdén absoluto por la otra. Más bien es que una esposa es más favorecida que la otra. Y la realidad es que ESTO está en la raíz de por qué Dios no quiere la poligamia entre Su pueblo. La poligamia no causa más que problemas. No hay manera de que un hombre pueda tener dos esposas y no tener alguna preferencia de una sobre la otra (incluso si el grado es pequeño en su mente). ¿E incluso si él es tan imparcial, humanamente posible, que mujer va a creer honestamente que ella está siendo tratada de manera justa en comparación con su rival? ¿Y qué esposa no va a tratar de convertirse en la esposa más favorecida?
Este mismo escenario se desarrolló varios siglos antes de las Leyes de Moisés en la historia de la vida de Jacob. Fue engañado para casarse con Lea, y luego tuvo que aceptar mantenerla como su esposa para casarse con la que realmente tenía la intención de casarse, la hermana de Lea, Raquel. Lo peor de todo esto: este hombre se ha casado con hermanas (rivales naturales en la mayoría de los casos), y una de ellas ni siquiera quería casarse. Naturalmente, él ama a Raquel más que a Lea y esto causa grandes problemas en la casa de Jacob. No es que él no amaba a Lea, pero sus afectos eran mucho más hacia Raquel (y debe haber sido obvio). Rubén, el hijo de la pobre Lea, incluso planeó con su madre alimentar a Jacob con un afrodisíaco (Mandrágora) con la esperanza de hacer a Lea más deseable para Jacob y así calmar los sentimientos e inseguridad constantemente heridos de Lea.
Pero el tema de múltiples esposas se complica una vez que llega a ser el momento de transmitir la herencia familiar a la próxima generación. Los siguientes dos versos prevén un problema muy típico entre una familia polígama; un padre va a querer dar los derechos del primogénito al hijo de su esposa favorita sobre el hijo de su esposa menos favorecida, incluso si el hijo de la esposa menos favorecida nació primero.
Una vez más, el primer ejemplo de lo que puede suceder es con Jacob; de hecho, su primogénito era Rubén, el hijo de la esposa menos favorecida, Lea. Así que a pesar de que fue por lo que parece ser una razón legítima, Rubén fue pasado por alto y los derechos primogénitos fueron dados a José, el undécimo hijo de Jacob, el hijo de su esposa favorita, Raquel; por costumbre y tradición era algo incorrecto. Aquí en el versículo 16 está la declaración explícita de que un padre NO debe pasar por encima del hijo mayor, incluso si es el hijo de la esposa menos favorecida; pero Jacob hizo exactamente eso.
Nosotros no tenemos que trabajar muy duro para conjurar una imagen mental de todo esto, ¿verdad? En nuestra era de divorcios siendo comunes, y la inclusión estándar de los hijastros en lo que el sociólogo ahora llama familias mixtas, dividir la atención entre estos hijos de diferentes padres y madres es bastante difícil, pero dividir la herencia es incluso más difícil. Es casi imposible complacer a todos los involucrados o para todos sentir que la división fue justa.
Otro tema conectado es tratado ahora a partir del versículo 18; el mismo es lo que hay que hacer cuando un hijo esta descarriado. Dicho de otra manera, ¿qué se debe hacer con un niño rebelde y desafiante? Los siguientes versículos responden a esa pregunta. Primero este hijo rebelde se define como aquel que no obedece a su madre y a su padre incluso después de haber tratado de disciplinarlo de todas las maneras estándares. En segundo lugar, es que la madre y el padre deben estar de acuerdo en que hay que hacer algo muy serio. Tercero, esencialmente lo entregan a las autoridades civiles.
Si las autoridades civiles piensan que este hijo es un hijo particularmente inútil (la expresión hebrea para esto es “un glotón y un borracho”), entonces es apedreado hasta la muerte. ¿Te suena un poco fuerte? ¿Consideraría la ejecución como una opción viable si estuviera tratando de plantear un caso particularmente difícil? No estás solo; los rabinos decidieron que el castigo era tan severo que tomaron resoluciones que requerían que un conjunto muy extremo e improbable de circunstancias se desenrollara para que el hijo rebelde fuera ejecutado, lo cual realmente nunca sucedió. De hecho, no encontraremos un solo caso en toda la Biblia de los padres entregando a su desafiante hijo a los ancianos para ser ejecutado. Básicamente esta ley sólo se utilizaba como un medio para infundir miedo en un niño incorregible.
El famoso erudito bíblico J.C. Maxwell hizo esta observación sobre este tema de la rebeldia y la desobediencia, y me gustaría compartirla con ustedes.
“Cuando una persona (un cristiano) es enfrentado con su propia desobediencia a los mandamientos bíblicos, es muy probable que ‘escuche y mire con desdén’ que de ‘oír y temer’. ¿Por qué? El cuerpo de la iglesia carece de disciplina. El mayor elemento disuasorio para pecar en una sociedad es que el pueblo ame a Dios y le tema (reverencia) por medio de la obediencia a Sus mandamientos. El amor sin temor no es más que papilla. El miedo sin amor es simplemente legalismo. Sólo los dos juntos en un equilibrio adecuado traerán consigo la obediencia requerida por Dios”.
Permítanme señalar un par de cosas sobre los procedimientos con el hijo desobediente y pasaremos al siguiente tema. Primero, tenga en cuenta que ambos padres deben estar de acuerdo.
La madre tiene el mismo peso que el padre en este asunto, mostrando lo inusualmente poderosa que era una madre en una familia hebrea en comparación con la mayoría de los demás en esa época (no creo que haya cambiado mucho) además, esto no es un asunto que los padres hayan tomado la decisión de que su hijo muera, y así llevar a su hijo a los ancianos para su ejecución. La ejecución no es más que la sentencia máxima permitida que se puede imponer, y otros recursos normalmente estaban disponibles y eran preferidos. El punto es que los padres NO eran juez y jurado. Simplemente llevaron un caso duro a la corte de la ciudad, y los tribunales investigaron e hicieron una sentencia sobre la mejor manera de tratar con el niño problemático.
Además, date cuenta que son los hombres de la ciudad quienes (teóricamente) apedrearán al niño rebelde hasta la muerte. A los padres no se les pide que participen, por supuesto, debido a muchos otros principios establecidos por el Señor acerca de lo que se puede esperar razonablemente entre los padres y sus hijos.
Nosotros también vemos el propósito del Señor detrás de esta dura consecuencia que se ordena en el versículo 21: “Así quitarás el mal de entre medio; todo Israel escuchará y tendrá miedo.” Las sociedades totalitarias saben muy bien cómo utilizar el miedo para controlar a las personas. El miedo es la herramienta principal utilizada en un grado u otro en prácticamente todas las sociedades en las que yo conozco de mantener el orden. Desde un punto de vista Bíblico, el miedo a las consecuencias por hacer el mal no es sólo una cosa buena y saludable; es indispensable. La diferencia entre el tipo de miedo que Dios está ordenando versus el provocado por las sociedades totalitarias, es que en uno de los casos el verdadero mal se está combatiendo y eliminando de la comunidad, y en el otro el mal está provocado sobre la comunidad. La razón entera por la que el Señor exige consecuencias tan severas para la rebelión maligna en contra de Él (al transgredir Sus principios más fundamentales) es para el beneficio de todos los demás. Me temo que nuestras sociedades progresistas modernas han olvidado cómo es que el mal debe ser erradicado o afectará e infectará a otros; y el mal ciertamente no se trata efectivamente por medio de la educación del criminal.
El tema final de Deuteronomio 21 tiene muchas ramificaciones que creo que la mayoría de ustedes reconocerán instantáneamente. El mismo es que si un hombre es ejecutado justificadamente por un delito capital, y si una parte del procedimiento es tener su cadáver empalado en una estaca él debe ser bajado antes del anochecer. ¿Dónde hemos escuchado ese principio antes? Por supuesto; en la historia de la crucifixión de Yeshua HaMashiach.
Era la norma en los tiempos bíblicos que el cuerpo de un criminal muerto era puesto en un poste o una estaca para exhibición pública; esto estaba destinado a actuar como un recordatorio bastante espantoso de lo que le sucede a un transgresor de la Ley. A veces la “estaca” era un gran poste puntiagudo sobre el cual el hombre era empalado para matarlo, o en otras ocasiones DESPUÉS que moría era empalado. SIN EMBARGO, la frase “colgado en un poste” o “estaca” NO indica que los medios de su colocación allí eran necesariamente empalados. Dos cosas sobre esto: en primer lugar, el término “colgado” en la Biblia no significaba estrangulación por el cuello en una horca. Los hebreos no empleaban el colgar del cuello como medio de ejecución.
En segundo lugar, más a menudo que el cadáver tenía los brazos atados a un travesaño, el cual luego se montaba en la parte superior de un poste que estaba situado al lado de una carretera o algún otro lugar muy visible. El empalamiento del cuerpo no era el método habitual o de costumbre, aunque si sucedía.
El trato adecuado y respetuoso de los muertos (incluso de un criminal) era la norma para las culturas de Oriente Medio (aunque lo “adecuado y respetuoso” no siempre era lo mismo). Aquí el Señor NO trata de disuadir la práctica de colgar el cadáver de un criminal en un lugar público; más bien es que al final del primer día de su muerte, ya era suficiente y debía ser derribado y enterrado. Además, el cuerpo del criminal no puede ser arrojado por un precipicio o dispuesto a pudrirse o para los carroñeros para hacer lo que hacen los carroñeros. Más bien el cuerpo debe ser enterrado al final del día de la ejecución.
Ahora bien, lo que este versículo final nos dice es que, si bien el respeto por los muertos es apropiado, hay una razón ESPIRITUAL para este tratamiento del cadáver; el mismo es que el NO enterrar ese cuerpo es una afrenta a Dios. Si el cuerpo no es enterrado la consecuencia es que la tierra será profanada. ¿Qué te recuerda esto de lo que acabamos de estudiar la semana pasada? Correcto; culpa de la sangre.
El principio que dije al comienzo de nuestra lección, es que matar a un hombre no es automáticamente incorrecto. Pero uno debe seguir los procedimientos de Dios para determinar si la muerte es apropiada o no, y si es apropiada CÓMO se debe llevar a cabo el asesinato. Y ahora esta instrucción tiene que ver con el tratamiento del cadáver del criminal. Si uno sigue todas estas instrucciones, entonces este asesinato no sólo NO trae la culpa de la sangre sobre la gente o la tierra, sino que en realidad ELIMINA la culpa de la sangre que había sido creado por el acto del criminal. Pero si las instrucciones NO se siguen (incluso si el acusado es completamente culpable) entonces este asesinato justificable trae culpa de sangre a la comunidad y la tierra.
Pongamos fin a la lección de hoy con este paralelismo entre las declaraciones sobre la muerte de Jesús en la cruz y estas declaraciones aquí sobre ser colgado en un poste. Primero, veamos la declaración aquí en Deuteronomio 21:23. Dice, “…porque una persona que ha sido ahorcada ha sido maldecida por Dios…” Por definición (y muchos traductores añaden las palabras) ser “colgados” significa ser colgado en un poste porque, como dije antes, no se colgaba por el cuello en la sociedad hebrea hasta que estaba muerto. Antes de ir al versículo del NT vamos a estar muy claros sobre lo que esto está diciendo. Lo que NO está diciendo es que el RESULTADO de estar colgado en un poste es que la persona es maldita por Dios. Más bien esto SI significa que la persona está maldita de Dios POR LO TANTO ellos están siendo colgados en un poste. El estar colgados de un poste es porque ellos fueron maldecidos por Jehová.
Se entendía que la muerte por ejecución era una separación legal, formal y final de una persona de la comunidad de Dios. Con ese entendimiento echemos un vistazo ahora al conocido verso en el NT que habla del estado de una persona que es ahorcada en lo que se relaciona al Mesías:
LBLA Gálatas 3:13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros porque escrito está: Maldito todo el que cuelga de un madero.
En primer lugar, cuando Pablo dice, “está escrito”, se refiere a las Sagradas Escrituras, que era, por supuesto, lo que llamamos el Antiguo Testamento porque eso es todo lo que había en su época. En este caso, el pasaje que estaba citando es el lugar exacto en la Torá que estamos estudiando hoy: Deuteronomio 21:23. Los judíos de la época de Pablo comprendieron plenamente la dramática y contundente declaración que estaba haciendo, incluso si no entendían completamente todas las implicaciones espirituales y redentoras. Cristo tomó sobre sí la maldición de la Ley (que es la pena de la muerte tanto en el sentido de muerte física como de separación espiritual del Padre) como un pago de redención para nosotros para que no tuviéramos que enfrentar esa maldición.
Por favor, escuchen con mucho cuidado y guarden esto en sus memorias: cuando el NT habla de la “maldición de la ley” la misma está hablando de UNA COSA: la muerte, la muerte completa, la muerte física y espiritual. La maldición de la Ley es la muerte. La bendición de la Ley es la vida. Otro término paralelo para esto en el NT es “la paga del pecado es la muerte”. Recibes la maldición de la Ley (muerte) porque tu pecado se la ganó. Te mereces, o ganas la muerte, por el pecado. Estas declaraciones sobre la maldición de la ley y el pago del pecado son simplemente dos maneras de lidiar con lo mismo.
El Padre MALDIJO a Cristo (la prueba de la cual, dice Pablo, es que Yeshua fue colgado en una estaca). La separación de Jesús de la comunidad de Dios (Su muerte física), y por unos momentos Su separación del Padre (CJB Mateo 27:46 a eso de las tres, Yeshua pronunció un fuerte grito: “Eli! ¡Eli! ¿L’mah sh’vaktani? (¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?) fue la sustitución sacrificial por lo que debería sucedernos legítimamente.
Por lo que al estudiar la Torá podemos ver mejor lo que sucedió en la crucifixión de Cristo. Fue la ley de Deuteronomio 21 que cualquier criminal ejecutado tuvo que ser removido de la estaca de la muerte al anochecer. Que las mujeres se apresuraron a sacar a Yeshua de esa cruz y enterrarlo porque el día de reposo se aproximaría al atardecer es cierto, pero secundario al hecho el NO hacerlo habría roto la Ley de Deuteronomio 21. Incluso SI el día siguiente no hubiera sido un sábado de festival, era fundamental que el cuerpo del Mesías fuera sacado de ese poste y enterrado. ¿Y cuál habría sido el resultado si no hubieran sido capaces de persuadir a los romanos para bajar a Jesús? Como se dice aquí en Deuteronomio 21:23 la tierra habría sido profanada de sangre y la comunidad local de Jerusalén (estas mujeres discípulas incluidas) habría sido llenas de la culpa de sangre.
Es un comentario verdaderamente fascinante y triste el estado depravado de los lideres religioso judíos de la era de Yeshua, que los sacerdotes que lo vieron morir no parecían preocuparse por de la Ley de Dios sobre este asunto; no les importaba si ese hombre judío podría colgar en ese poste toda la noche hasta la mañana, por consiguiente, empapando así a todos en la culpa de la sangre. Más bien era el pueblo judío común quien sabía lo que había que hacer para obedecer a Dios, y asi lo hicieron.
La semana que viene comenzaremos con el capítulo 22.