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Deuteronomio Lección 37 Capítulo 27

Deuteronomio

Lección 37 – Capítulo 27

La última vez que nos reunimos, estábamos a mitad de una nueva sección de Deuteronomio que abarca los capítulos 26 – 30; y lo que hace que esta sección sea sustancialmente diferente de los 14 capítulos anteriores, es que cambia la naturaleza del sermón que da Moisés. Los capítulos 12 – 26 recitaron la mayor parte de la Ley que se había dado a Israel casi 40 años atrás en el Monte Sinaí. Además, ahora se estaba haciendo más al estilo de un sermón, ya que Moisés explica sobre el significado y la aplicación de la vida de muchas de esas leyes y mandamientos que se habían dado cerca del comienzo de su viaje.

Aquí en esta sección nosotros entramos en algunos aspectos místicos de la Torá de Dios por medio de los cuales se pronuncian bendiciones y maldiciones, se presentan profecías de acontecimientos futuros con respecto a Israel (aunque el pueblo de Israel probablemente no entendió la naturaleza profética de lo que se estaba diciendo), verdades espirituales profundas e inescrutables que están implícitas son presentadas, y se establecen amonestaciones y advertencias directas. Como resultado de la extraordinaria naturaleza de esta sección vamos a permanecer aquí por un tiempo y voy a profundizar en algunos aspectos de las cosas más complejas y misteriosas que el movernos rápidamente no lo permitiría.

A menudo se dice que el capítulo 27 está fuera de lugar; que parece como si algún escritor mucho después del hecho quería hacer un punto en particular, o volver atrás y aclarar alguna información anterior. Algunos eruditos piensan que un editor de antiguedad descubrió dos (o más) tradiciones ligeramente diferentes que rodeaban estos eventos y simplemente las incluyeron sin tener en cuenta las dificultades para hacer tal cosa presentada. Otros eruditos bíblicos competentes preferirían simplemente omitir el capítulo 27 por completo, simplemente pasando directamente del capítulo 26 al capítulo 28, y entonces el flujo tendría más sentido para sus mentes. Yo no puedo decir con certeza si este es el caso o no; sin embargo, puedo decir que sin duda uno tiene que mirar muy cuidadosamente el capítulo 27 de lo contrario tenemos una idea equivocada acerca de lo que está sucediendo realmente y de hecho puede ser bastante confuso.

Vamos a leer el capítulo completo de Deuteronomio 27.

LEER DEUTERONOMIO 27

Lo que debemos entender es esto: lo que estamos presenciando son ceremonias de renovación de pacto. A pesar de que el Pacto Mosaico fue acordado y transmitido casi 4 décadas atrás en el desierto, Dios estaba ahora (a través de Moisés) pidiéndole al pueblo de Israel que renovara sus votos en cuanto a su compromiso con este pacto, y que recordara cómo y por qué el mismo fue establecido en primer lugar.

Yo les dije que estamos presenciando ceremonias de renovación de pacto… plural…… más de 1…. aunque no parezca así en una lectura casual. ¿Cómo es que yo llego a esa conclusión? Veamos los hechos.

Moisés estaba hablando (al menos una parte del tiempo); sin embargo, parte de esta amonestación es que debe de haber una ceremonia DESPUÉS de que Israel cruce el río Jordán y tome posesión de Canaán. El versículo 9 dice que Moisés junto con los sacerdotes levitas hablaron las palabras que fueron presentadas al pueblo; esas dos circunstancias NO pudieron haber sucedido al mismo tiempo, porque Moisés murió antes de que Israel cruzara el Jordán. El no permitir que Moisés entrara a la Tierra Prometida era un castigo que Jehová le impuso en respuesta a un incidente por el cual Moisés golpeó una roca para sacarle agua, en lugar de hablarle como Dios le había instruido.

Además, nosotros sabemos que Israel cruzó a Canaán justo encima del extremo norte del Mar Muerto en un lugar llamado Gilgal, a sólo un paso de la antigua ciudad de Jericó. Sin embargo, en los versículos que acaban de preceder a los que leemos hoy, parece como si esta ceremonia de renovación de pacto se debe de hacer por un lado “INMEDIATAMENTE” al cruzar el Jordán (el cual estaba en Gilgal), pero por otro lado se debe realizar en lo alto de los picos de las montañas gemelas de Ebal y Gerizim. El problema es que estas dos montañas están a 30 millas al norte de Gilgal y Jericó, y debido a su ubicación y el número de personas que asistirían a la misma probablemente era un viaje aproximadamente de una semana.

Por lo que en la superficie implica que tenemos a Moisés en Canaán, en el monte Ebal, e inmediatamente después de cruzar el Jordán está dirigiendo a los Sacerdotes en una ceremonia de renovación de pacto (en el que ninguno de los cuales cuadra con ninguna otra Escritura). Veamos si podemos desenredar esto. Con lo que estamos tratando es con al menos 2 y probablemente 3 ceremonias de renovación de pacto diferentes. Cuando Moisés es identificado como el que está hablando, nosotros podemos saber con certeza que esta parte del oráculo tuvo lugar en las montañas de Moab pocos días antes de él morir (alrededor de un mes más tarde Israel cruzaría a Canaán). Por lo tanto, nosotros tenemos a Moisés diciéndole a Israel mientras escuchaban este sermón extendido (que es la mayor parte de Deuteronomio) las palabras contenidas en los versículos 9 y 10. Luego tenemos en los versículos 11, 12 y 13 instrucciones de Moisés en cuanto a lo que el pueblo debe hacer más TARDE, después de que él esté muerto y después de que estén en Canaán. Y entonces el versículo 14 dice: “Los levitas, hablando en voz alta, proclamarán a todo hombre de Israel…”; no dice nada de que Moisés se uniera. Eso parece estar en desacuerdo con los versículos anteriores que tienen a Moisés hablando CON los levitas.

Así que, lo que tenemos es un cambio de ubicación que ocurre entre los versículos 13 y 14. En el versículo 13, el lugar sigue siendo Moab, donde Moisés está hablando; en el versículo 14 el lugar está dentro de Canaán con los sacerdotes levitas pronunciando las bendiciones y maldiciones.

Por lo tanto, cuando nuestra lectura comenzó hoy, la situación actual era que el pueblo hebreo estaba reunido en Moab escuchando el gran sermón de Moisés. Y les está recordando que a partir de HOY ellos se han convertido en el pueblo de Jehová. Espera: ¿Yo pensé que ellos se habían convertido en el pueblo de Dios en el Monte Sinaí? ¿Qué hay de diferente en el día de hoy? La diferencia es que en el Sinaí la tierra era todavía sólo una promesa aún incumplida.

Esta reunión congregacional en Moab, mientras los israelitas miran a través del Jordán hacía la Tierra Prometida, es esencialmente la ceremonia de graduación de los israelitas. El tiempo en el desierto ha terminado oficialmente y el tiempo en su propia tierra (en cumplimiento del pacto Abrahámico) está comenzando. El punto crucial es que muchas de las regulaciones del Pacto Mosaico dependían de que Israel residiera, se estableciera, en su propia tierra; ellos no podían hacer esas cosas HASTA que la tierra estuviera en su poder. Ellos no podían usar el vino requerido en las celebraciones rituales porque no tenían viñedos. Ellos no podían realizar las ceremonias de las primicias porque ellos no cultivaban cultivos y no tenían cosecha. Ellos no podían comer como la Torá requería, porque su comida principal seguía siendo maná. Cuando el PUEBLO de Israel está desconectado de la TIERRA de Israel, ellos están incompletos. Mientras Israel estaba vagando por el desierto, sólo podían hacer parte de la Ley, no toda, porque no había medios para hacer ciertas cosas específicas que giraban en torno a la agricultura, como lo hizo (por ejemplo) al menos 3 (y posiblemente 5) de las 7 Fiestas Bíblicas.

Además, en el momento en que ellos estaban recibiendo esta palabra de Moisés, la 1ra generación del éxodo había muerto. Aquellos que eran mayores de la edad de rendir cuentas al salir de Egipto (definidos en la Torá como los que eran lo suficientemente mayores como para servir en el ejército) fueron los que presenciaron personalmente el dar original de la Ley del Monte Sinaí. Ellos fueron los que gritaron con afirmación y unidad que obedecerían todos los términos de la Torá. Pero ese grupo ya estaba muerto y desaparecido (una consecuencia divinamente ordenada por su desobediencia al Señor al negarse a entrar en la Tierra Prometida décadas atrás).

Por consiguiente, sería una nueva generación de hebreos los que entrarían en Canaán, quienes eran niños pequeños o aún no habían nacido en el momento de la entrega de la Ley en el Monte Sinaí. Y durante este tiempo en el desierto está claro que sólo se siguieron partes de la Ley; algunas porque no podían ser seguidas y otras porque eligieron no seguirlas. De hecho, aparentemente la circuncisión masculina no se llevó a cabo en el desierto (o tal vez sólo unos pocos lo hicieron), por lo tanto, una ceremonia de circuncisión masiva ocurriría justo después de entrar en la tierra. El Señor quería que la nueva generación que entraría a la tierra que se les prometió hace tanto tiempo atrás que escuchara con sus propios oídos y que personalmente aceptara los términos del pacto. Por consiguiente, esta es la razón de las palabras de Moisés en los versículos 9 y 10 de que HOY son el pueblo de Dios (están aceptando Su pacto). Esta actitud todavía existente de todo hebreo a lo largo de la historia de que cada individuo debe afirmar la Ley como si se le hubiera dado personalmente; y que su mentalidad debe ser como si él o ella personalmente saliera de Egipto y estuviera al pie del Monte Sinaí, se demuestra aquí en Deuteronomio 27.

Ahora mencioné que otro aspecto de la razón por la que Moisés consideraba la ocasión de su sermón en Moab como el día en que Israel se convirtió en el pueblo de Dios, era que estaban recibiendo oficialmente la tierra, y que los hebreos sin la tierra estaban incompletos. Es irónico que hoy los hebreos finalmente tengan esa tierra de nuevo; sin embargo, de alguna manera todavía están incompletos…… al menos esa es la mentalidad de los más religiosos. Y esto es porque no tienen un Templo.

A mi buen amigo el rabino Baruch, le gusta decir que en nuestra era la Torá es inoperante; él tiene razón. Y con eso él no quiere decir QUE la Torá esté muerta y desaparecida, sino que, así como cuando los hebreos estaban en el desierto, había gran parte de la Ley que no podían hacer. Sin embargo, los hebreos del éxodo sí experimentaron la presencia del Tabernáculo y del Arca del Pacto. Los judíos de hoy NO tienen la morada de Dios entre ellos a pesar de que están de vuelta en la tierra. El Templo es una parte vital de la obediencia a la Torá y, por lo tanto, Ezequiel profetiza no sólo un templo reconstruido, sino que los sacrificios y otras observancias dependientes del templo comenzarían una vez más.

No voy a pasar mucho tiempo con esto, pero usted debe entender algo; la mayoría de las leyes de la pureza ritual y de la expiación por el pecado dependen de la existencia de un templo. Sin el Templo y los sacerdotes que realizan los rituales, falta un eslabón crítico en la cadena de la Torá. Incluso el Shabbat no puede cumplir plenamente con las normas de la Torá, porque la Torá requiere ciertos sacrificios para el día de reposo, y estos obviamente no se pueden hacer sin un templo, un altar y un sacerdocio para realizar los sacrificios. Las ceremonias importantes de las primicias, no se pueden hacer porque no hay templo ni sacerdocio a los que se puedan presentar las primicias. Yom Kipur no se puede observar adecuadamente de acuerdo con las normas de la Torá porque no hay Sumo Sacerdote para entrar al Lugar Santísimo y rosear sangre sobre un Arca que ha desaparecido durante 2500 años. Podría continuar durante bastante tiempo dándoles ejemplos de leyes y reglamentos de la Torá que requieren la participación en el templo y en el sacerdocio. Y con un poco más de tiempo y preparación, podría pasar más tiempo mostrándoles cómo esos rituales requeridos de la Torá que no se pueden realizar, afectan otros aspectos de los mandatos de la Torá que en la superficie no parecen estar unidos al Templo, pero que de hecho lo están (aunque sólo sea de una manera indirecta). La Torá y el Templo están, siempre han estado y siempre estarán, completamente entrelazados.

Eso no significa que esté mal observar algunas de estas ceremonias, ni está mal seguir los mandamientos de la Torá en la medida de lo posible como una demostración de nuestra confianza personal a Jehová, nuestro deseo de estar en armonía con Él y Su universo , y nuestra intención de ser obedientes por gratitud. Algunas de las Leyes sólo se pueden observar en el Espíritu. Pero usar las leyes de la Torá como cualquier tipo de auto justificación o intento de rectitud es más inútil hoy que cuando había un templo. Pretender que estamos manteniendo la Torá de una manera pura es una locura, o afirmar que somos “observadores de la Torá” es hipócrita. Sin un templo y sin un sacerdocio, es físicamente imposible llevar a cabo la Torá completa o correctamente porque demasiados de los elementos de procedimiento no están disponibles para nosotros.

Todos los elementos DEBEN estar en su lugar para que la Torá sea plenamente observada: el pueblo, la tierra y el Templo con su sacerdocio. Parece como si Israel hubiera estado sin al menos uno de estos elementos durante la mayor parte de su existencia. Por lo tanto, comprenderán por qué es que los judíos más religiosos y fervientes tienen un deseo tan celoso de que se reconstruya su templo y se restablezca el sacerdocio. Ellos entienden muy bien su situación. También es fascinante entender que en un futuro próximo, los 3 elementos volverán a existir y la observancia adecuada de la Torá será posible una vez más…aunque sólo hasta un punto.

Lo que he estado describiendo es sólo uno de un sinnúmero de aspectos misteriosos desconocidos de esta sección de Deuteronomio. Esta idea de que SOLO en el momento de la entrega real y formal de la Tierra Prometida para Israel podría finalmente cumplirse plenamente parte de ese tratado de obligación mutua que habían establecido con Dios (llamado el Pacto de Moisés) tiene tantas facetas y yo sólo he tocado algunas de esas facetas.

En el versículo 11 se llevará a cabo un aspecto fascinante de la ceremonia de renovación: Israel se divide en dos grupos de 6 tribus cada uno y un grupo va a ir al monte Ebal y el otro va ascender al Monte Gerizim. Una lista muy específica de la composición de cada grupo de 6 es ordenada y aunque es difícil encontrar algo particularmente especial sobre cada grupo, al menos esto puede decir tanto: el grupo al que se le asigna la tarea de pronunciar las bendiciones se compone de los dos hijos de Raquel (esposa favorita de Jacob), y cuatro de los hijos de Lea (técnicamente la primera esposa de Jacob). El grupo que pronunciará las maldiciones está compuesto en su mayoría por los hijos de las concubinas de Jacob, más Rubén que (aunque siendo el verdadero primogénito de Jacob) fue removido de esa posición debido a tener relaciones sexuales con una de las concubinas de Jacob, y finalmente el hijo menor de Lea. Así que tal vez esto tiene algo que ver con la selección.

Lo que me parece más interesante, sin embargo, es que la composición general de las tribus de Israel ha cambiado de nuevo a su composicion original, antes del éxodo. Recuerden que tenemos a los 12 hijos originales de Jacob y luego Jacob adopta sorprendentemente a dos de los hijos egipcios de José (Efraín y Manesés) y los incluye entre las tribus de Jacob (ahora dándole 14 hijos, 14 tribus). Entonces José fue removido como un nombre tribal llevándolo a un total de 13, y luego Levi fue removido como tribu regular de Israel (para llegar a ser los sacerdotes de Dios) llevándonos de vuelta a 12, pero no a los 12 originales. Y esta nueva composición tribal es lo que se utilizó para dividir la tierra y asignar sus territorios. Aquí, sin embargo, tenemos a los dos hijos de José retirados de la lista tribal, y José vuelve a ser agregado; más Levi también se cuenta como entre las 12 tribus regulares. ¿Por qué sucede esto, no estoy seguro excepto que creo que es probablemente profético; sabemos mirando hacia más allá en libros proféticos como Ezequiel que la configuración tribal original será restaurada después de que el Mesías regrese?

Pero fíjate esto también: leemos en Éxodos 39 que el Efod del Sumo Sacerdote tiene dos piedras grandes montadas en las correas de los hombros; una piedra en cada correa de hombro. Y sobre estas piedras están escritos los nombres de las tribus de Israel, 6 nombres en cada piedra. ¿Se pueden imaginar las imágenes de las dos colinas de Ebal y Gerizim representadas por las dos piedras en los hombros del Sumo Sacerdote, con 6 tribus inscritas en cada una correspondientes a las dos colinas sobre las que se presentarán 6 tribus? Ha habido una gran conjetura sobre qué tribus fueron enumeradas juntas en cada una de las piedras del hombro. Sospecho que la lógica detrás de la cual las tribus fueron elegidas para aparecer juntas en cada colina, fue tomada de la forma en que se inscribieron en las piedras de hombro del Sumo Sacerdote; pero eso es sólo mi especulación.

En el versículo 15 comienza una serie de 12 maldiciones que pronunciarán los Sacerdotes. La palabra hebrea para maldición como se usa aquí es arur. El sentido de la palabra arur es uno de la desgracia divinamente impuesta.

El desastre que os sucede, es quizás porque el Señor envió el desastre sobre ustedes en Su ira; o que sacó Su mano de bendición y protección sobre ti y dejó que el mal de alguna fuente te afecte; o que podría haber intervenido, pero ha decidido no hacerlo. Los grandes sabios hebreos dicen que los sacerdotes del éxodo fueron a las cimas de las montañas de Ebal y Gerizim, junto con el príncipe tribal (y posiblemente los principales ancianos) de cada tribu (divididos en 2 grupos de 6 como vimos). Los miembros restantes de las tribus asociadas se congregaron en el gran valle entre los montes Ebal y Gerizim, con un grupo de 6 tribus mirando hacia su montaña correspondiente y el otro grupo de 6 haciendo lo mismo, pero en dirección opuesta. Desde el Monte Ebal las maldiciones serían pronunciadas.

Once pecados específicos son elaborados, la comisión de la cual llamará a una maldición sobre un israelita; y luego se llama una instrucción número 12 más bien general. Cada uno de estos 11 pecados específicos ya ha sido tratado en la Ley, y muchos de ellos tienen la maldición de la pena de muerte asociada con ellos, así que ¿por qué la elección de estos 11 pecados en particular? ¿Qué tiene de diferente o especial? En primer lugar, entienda que esta lista de pecados es representativa y no exhaustiva. Es decir, la Torá ahora no se ha reducido a 11 (o 12) pecados que provocan un castigo divino. Más bien estos 11 son representativos de un tipo o categoría de pecado: el tipo que se puede hacer en secreto o son muy difíciles para sus víctimas para dar a conocer o probar su caso. En otras palabras, son pecados que a menudo son conocidos sólo por Dios, el criminal y la víctima. La justicia terrenal por medio del código de la Ley no es probable que ocurra debido al secreto del acto.

En segundo lugar, las dos primeras maldiciones (provocadas por pecados específicos) se refieren a dos de los 10 Mandamientos: hacer una imagen de dios y deshonrar a los padres. Aunque cubrimos esto extensamente en Éxodo, es bueno recordar que en todo momento los hebreos han creído y practicado que la amonestación contra las imágenes de dios se refiere tanto a los dioses paganos (falsos) como a Jehová. Ninguna imagen de dios de ningún tipo de dios debe ser fabricada por los israelitas. No hace falta decir que este puede haber sido el mandamiento más violado de todos ellos a lo largo de la historia israelita. Y sostengo que los iconos e imágenes confesionales cristianos modernos que tendemos a utilizar tan liberalmente hoy (con tan poco pensamiento y una ayuda muy pesada de racionalización) o bien cabalgan precariamente a lo largo del borde de la navaja de lo que constituye ser imágenes de Dios, o cae directamente en el lado de la idolatría. Por consiguiente, quiero lanzar esa pequeña precaución aquí.

A medida que nos movemos en la lista de estos pecados clandestinos, a continuación, en el versículo 17 encontramos que se menciona el movimiento ilegal del marcador de límite de propiedad de un vecino. Yo les voy a señalar de vez en cuando (como lo he hecho en el pasado) que muchas de estas leyes y pecados son muy comunes para las culturas de esa época. Piedras de límites babilónicas se han encontrado con maldiciones similares escritas en las mismas para cualquiera que mueva los límites, por lo general describiendo el severo castigo involucrado, que es una combinación de lo que el rey le hará y una maldición divina visitada sobre la persona por el dios local.

Para los hebreos, sin embargo, esto fue más un crimen en contra de Dios que en contra del terrateniente legal.

Dios dividió deliberadamente la tierra entre las tribus de Israel de cierta manera, y así para un hombre tratar de cambiar esa división fue una gran afrenta a Jehová. Además, el Señor poseía la tierra de Israel, por lo que era (y sigue siendo) Su Santa Propiedad. El intervenir con la Propiedad Santa de Dios por lo general trae la sentencia de muerte. Debemos recordar siempre este importante principio de Dios: los israelitas NO poseen la Tierra Prometida; ellos son sólo los inquilinos de la tierra (los ÚNICOS inquilinos autorizados de estar en la tierra). En el pasado se les ha permitido permanecer en la tierra sólo mientras obedecían a Dios; pero cuando pasaron una línea en la arena de que su rebelión se hizo demasiado grande para la misericordia de Dios, fueron desalojados por un tiempo. Permítanme ser claro, sin embargo, que NADIE MÁS que los hebreos tienen derecho a estar allí. Dios NO ha concedido permiso para que los extranjeros estén allí, excepto como parte de Israel.

El versículo 18 dice que nadie debe hacer que una persona ciega pierda su camino. La idea es que nadie debe aprovecharse de la ignorancia o discapacidad de otra persona al engañarlos a su favor o a su perjuicio. Esto es fundamental para la doctrina de la justicia que está tan entretejida en todos los mandamientos del Señor y ciertamente viola lo que tanto el AT como el NT declara como fundamento subyacente detrás de todas las leyes y mandamientos: amar al Señor Dios y amar a su prójimo como a si mismo.

Lo próximo es que nadie debe interferir con el sistema de justicia para un extranjero, viuda o huérfano. Obviamente, esto tiene como objetivo proteger a los más vulnerables de la sociedad; y la violación es realmente más acerca de un juez que juzga injustamente y no sobre el estatus social o económico de una persona.

Ahora tenemos una serie de 4 leyes que involucran el comportamiento sexual. Una vez más, estas leyes no son exhaustivas que abarcan todas las prácticas sexuales inaceptables; son representativos de todos. El versículo 20 habla de un hombre que tiene relaciones sexuales con su madrastra, aunque técnicamente podría incluir a su propia madre biológica. Por muy repugnante que nos suene, sabemos que sucede, así que esto no es un alcance. Curiosamente, el argumento en contra de hacer tal cosa no es tanto la inmoralidad incestuosa inherente de todo; más bien es porque (como dice literalmente), el hijo que haría eso “se ha quitado la prenda de su padre”. Es una afrenta contra el honor de su padre. Aquí está la inferencia que te enseñé hace unas semanas y que vamos a ver muchas veces en la Biblia; la misma es que en las Sagradas Escrituras una esposa es a menudo vista metafóricamente como la prenda de su marido. Permítanme recordarles que esto no es de ninguna manera degradante para la esposa; más bien ella es una especie de cobertura para su marido. La lleva como una cubierta, como lo haría una prenda, y por lo tanto, el que un hijo tenga relaciones sexuales con su propia madre o madrastra es una violación de los derechos sexuales exclusivos del padre.

El versículo 21 habla de zoofilia. Una práctica tan extraña como esta puede parecernos, y como muchas bromas de mal gusto que se han inventado girando alrededor del tema, era bastante común en tiempos antiguos (especialmente en las zonas más rurales). De hecho, las antiguas leyes hititas prohibían el sexo con algunos animales y lo permitían con otros.

Nosotros vemos en el panteón de dioses del Medio Oriente humanos medio humano / mitad dioses animales y diosas; leemos en la mitología griega de criaturas similares y son el resultado de la actividad sexual entre humanos y animales, o la divinidad y los animales. Esta actividad era en gran medida aceptable en la mayoría de las sociedades de un grado u otro, pero estaba completamente prohibida en todas las circunstancias de Israel.

Uno no tiene que mirar muy lejos en la Biblia para encontrar el patrón de Dios que hace zoofilia impensable; Adán y Eva es el “tipo” representativo de la sexualidad humana y las uniones matrimoniales. A Adán se le dio la oportunidad de tener animales como parejas domésticas (no parejas sexuales), pero decidió que ninguno era adecuado. Por lo tanto, el Señor creó de él a una mujer como la única pareja doméstica y sexual apropiada para él. Permítanme ser claro; no fue que Dios estaba invitando a Adán a tener sexo con animales, y Adán se negó. Más bien es que la narrativa del Génesis es (al menos parcialmente) con el propósito de dejar claro que la humanidad no debe tratar de procrear o entrar en una unión con seres menores de su especie, y que la única compañera doméstica aceptable para un hombre es una mujer humana y vice versa. Es increíble que aparentemente esta lección tuvo que ser re-enseñada una y otra vez, y que nación tras nación eventualmente crea que esta ley de Dios ya no aplica.

Esto es seguido en el versículo 22 con otra ley que define esencialmente el incesto; un hombre no debe tener relaciones con su hermana o hermanastra.

La siguiente es una maldición sobre quien comete un acto violento en contra de otro israelita; y no necesariamente limita los actos de violencia a asesinato, ya que también se refiere a la agresión.

El versículo 25 habla de no aceptar un soborno para ayudar a un asesino a salir libre; esto esta hablando de un juez, un testigo, o incluso contratar a una persona para cometer un asesinato para usted. La consecuencia involuntaria de tal acto es que la culpa de la sangre causada por el asesinato injustificado permanecerá en la tierra hasta que al asesino se le arrebate su propia vida.

La maldición numero 12 es esa general de la que te hablé. Se refiere a todas las otras enseñanzas de la Torá y exige que toda la Torá sea seguida o la persona que la rompe será maldecida. Rashi dice que es esencialmente un juramento hecho por cada israelita de defender toda la Torá.

Observe que después de cada lectura de una maldición la misma es seguida con un “Amén” del pueblo. Una persona que responde a una oración o a un voto o en este caso un pacto está diciendo: “que así sea conmigo”. El mismo estaba de acuerdo con los términos del pacto y se utilizó como una especie de atajo para que la persona aceptara públicamente los términos. Anteriormente, en Éxodo y Levítico, pasamos por este tedioso proceso por el cual Dios le decía a Moisés qué decir, luego nosotros leíamos sobre Moisés diciéndolo a la gente, y luego leíamos sobre la gente haciéndolo. Página tras página de la Torá esencialmente repetía la misma instrucción al menos dos veces y a menudo tres veces porque así se hacía simplemente en el antiguo Oriente Medio. Aquí en Deuteronomio hay una desviación de este proceso; vemos una declaración hecha o instrucción dada y en lugar de la gente repetir todo lo que la gente simplemente respondía era, “Amén” a lo que se dijo.

Permítanme terminar con este pensamiento: Al principio dije que este capítulo en realidad habla de múltiples ceremonias de renovación de pacto y sin duda hubo otras ceremonias de renovación de pacto celebradas en los momentos apropiados. ¿por qué? ¿necesitaba Dios que Israel continuara reafirmando su pacto con Él por Su bien?

La realidad es que esto era costumbre y tradición normal de esa época. Tenemos documentos asirios, mesopotámicos, hititas, cananeos y otros documentos de código de la ley que son muy similares en forma a lo que hemos leído aquí en Deuteronomio. Y lo que encontramos es que la repetición, o decir esencialmente lo mismo en lo positivo, y luego más tarde en el negativo, o el uso de múltiples ejemplos era la norma con el fin de crear énfasis. Las maldiciones que se declaraban concernientes a cualquier regulación eran siempre más numerosas que las bendiciones asociadas. La repetición nos ayuda a recordar. La gente no tenía pergaminos o libros con estas instrucciones escritas para que pudieran referirse fácilmente a ellas, por lo que decirlo una y otra vez imprimió estas leyes en sus mentes. Nunca olviden que, si bien Israel es el pueblo separado por Dios, son ante todo “personas”. Consciente o no todos tomamos decisiones y nos comunicamos en el contexto de nuestra era y nuestra cultura y nuestro idioma. Sabemos cuán cierto es eso cuando visitamos un país extranjero y las cosas que damos por sentado en nuestra propia nación son desconocidas para ellos. Algo tan simple como en qué lado de la carretera uno conduce varía en todo el mundo. No era diferente para Israel. Era natural que se comunicaran con Dios, y que Dios se comunicara con ellos, en el contexto de su propia cultura (o mejor dentro del conjunto bastante extenso de costumbres y tradiciones que eran comunes en todo el mundo conocido en ese momento). Por lo tanto, a pesar de que la Biblia es inspirada, tal vez el milagro más grande es que la perfección divina y la verdad de Dios se pueden expresar a través de las costumbres y tradiciones imperfectas y algo arbitrarias de los hombres simples que no siempre son los más edificantes en su naturaleza. La forma del Pacto Mosaico no es celestial, está ligada a la tierra, destinada a que los hombres lo sigan; la forma en que está estructurado habría sido muy familiar para cualquier persona del Medio Oriente de esa época. Son los principios divinos expresados en él lo que importa, no su forma.

La próxima semana pasaremos a Deuteronomio capítulo 28 y estudiaremos las bendiciones pronunciadas por los Sacerdotes.