2nd of Tishrei, 5785 | ב׳ בְּתִשְׁרֵי תשפ״ה

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Genesis Lección 02 Capítulo 1

GENESIS

Semana 2 Capitulo 1

Leer Génesis 1


Podríamos pasar varias semanas  solo en Génesis 1 pero voy asumir  que casi todos ustedes tienen un conocimiento básico sobre este capítulo; y debido a lo sucedido primero, segundo, tercero y así  claramente establecido  no veo la necesidad de comentar esas cosas después de haber sido  leídas. Así que voy a tratar los temas que algunos de ustedes no han pensado. También voy a tratar  mayormente con principios espirituales y cosas fundamentalmente importantes a las que yo llamo Dinámicas de Gobierno de Dios, las cuales son expuestas para nosotros en Génesis 1. Aquí hay principios y dinámicas que nunca cambian y son el principio fundamental en el cual la Torá, luego el Tanakh, y finalmente el Nuevo Testamento son construidos.

Inmediatamente en Génesis 1 se nos es dado varios de estos fundamentos  y aun cuando estos fundamentos  son básicos en realidad no son simples o fácil de tratar.

La primera cosa con la que tenemos que tratar es con la palabra “Dios” porque hay dos maneras primarias en la cual nosotros podemos conocer a Dios: por su nombre y por sus características. Permítanme explicarle: por medio de las 4 dimensiones que componen nuestro Universo físico (largo, ancho, profundidad, y tiempo o en las palabras de un físico, tiempo del espacio) nosotros podemos conocer a Dios solo por Su nombre y sus características. Aunque por medio del Espíritu Santo también podemos “conocer” a Dios de otra manera, la cual esta  SOLO disponible (al menos en nuestra era) para creyentes.  La manera en que el Espíritu Santo conoce a Dios, incorpora una dimensión adicional, una quinta dimensión de realidad que no existe naturalmente en la cuarta dimensión del Universo en la que vivimos. Entraremos más de lleno en ese tema de dimensiones muy pronto, porque lejos de ser una situación de ciencia ficción y algo para los intelectuales a contemplar, es una ayuda significativa para enmarcar las declaraciones más difíciles en la Biblia que debemos mirar detenidamente.

En el ferviente clamor del mundo por paz en nuestros días, un Movimiento Ecuménico ha tomado mucho vapor. Y la base para este movimiento es que no importa lo que alguien llame dios (aunque sea Buda, Krishna, Brahma, o Allah) todos esencialmente están hablando del mismo dios, solo desde una perspectiva de una cultura y lenguaje diferente. Esto no es cierto. No solamente los nombres de cada uno de estos dioses y lo que ellos significan es completamente diferente, sus características y los atributos de cada uno de estos dioses son completamente diferentes. Así que es imposible que ellos puedan estar hablando del mismo dios.

El Dios verdadero es presentado a todos nosotros en el primer versículo de Génesis y se nos presenta con lo primero que va a probar  muchas  de las características y atributos de Dios que no cambian o a veces  son inescrutables. La palabra Hebrea que nuestras Biblias traducen a “Dios” es Elohim. Primero tenemos que entender que Elohim no es el nombre de Dios; no nos van a informar el nombre de Dios hasta más tarde en la Torá. Más bien Elohim es un título en plural (plural como en más de uno). Elohim y sus varios usos es una materia compleja que solo vamos hablar un poco hoy. De todos modos tenemos que saber por el momento que Elohim es una palabra que no solamente se usa en la Biblia para referirse al único Dios verdadero, pero también se utiliza ocasionalmente cuando se habla de los dioses paganos; en la introducción que tuvimos la semana pasada, el contexto es todo cuando tratamos con el idioma Hebreo y su cultura.

Así que con esta introducción de este título plural para Dios, Elohim, instantáneamente se abre la puerta para lidiar con la verdad y este paradigma: Dios  es uno pero también EL es muchos. Las letras “I-M” al final de la palabra Elohim hace que sea un nombre plural masculino. De hecho como una lección básica del hebreo, cuando veas las letras “I-M” al final de una palabra en hebreo se refiere a  más de uno (plural). Ahora, también hay otro uso en hebreo para las letras “I-M” al final de una palabra y ese es conocido como el “plural de Majestad”.  Así que el añadir “I-M” al final de una palabra puede indicar grandeza en vez de su pluralidad.

Los cristianos, legítimamente, toman la palabra Elohim como un indicador de AMBAS grandeza y pluralidad, y de esto nació nuestro concepto único de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo….3 dioses en uno. O mejor dicho, un solo Dios consistiendo de tres personas o esencias o manifestaciones. El uso de la palabra Elohim no prueba por sí solo que Dios es plural, más bien hay varias piezas críticas de evidencia que vamos a ver que mostrarán que Dios en efecto es, una pluralidad.

El próximo punto de interés que deberíamos de  prestar atención es el primer día de la creación. Hay un debate en curso entre los científicos y los teólogos concerniente a que, o cuan largo, fue un “día” en el momento de la creación. Y la base primaria del argumento se escucha algo como esto: “como puede ser que Dios haya creado todo en 6 días y como es que los Hebreos dicen, que  si contamos las generaciones podemos ver que la tierra está cerca de los 6,000 años de edad, cuando toda la ciencia dice que el universo  tiene billones de años de edad….. De hecho, alrededor de 15 billones.”  Si miramos de  cerca lo que dice  en las primeras palabras de Génesis alguna de esta cuestión puede ser resuelta por sí misma, y no tenemos que involucrarnos en debates científicos o teológicos.

Si lees cuidadosamente veras que la creación de los cielos y la tierra no dice que sucedió el primer día; más bien ocurrió “al principio”. El primer día no era necesariamente el principio; el primer día pudo haber sido un tiempo más tarde. Si tomamos esas primeras palabras de Génesis literalmente,  entonces lo que sucedió ese primer día fue la creación de la luz, y su separación de la oscuridad. El enunciado deja abierta la posibilidad que los cielos y la tierra fueron creados en algún momento ANTES  del primer día de lo que hemos designado “Creación”. Cuanto tiempo los cielos y la tierra estuvieron sin vida, oscuros, en caos, no nos lo dice. Pero en algún momento Dios decidió tomar el universo que EL había creado y echar chispa de vida y  darle un nuevo orden. Y  EL comenzó el proceso nuevo que es luz, y ahí es donde nos encontramos con el primer “día”.

Ahora no hay absolutamente ninguna razón para tratar de defender el uso de la palabra “día”. En ocasiones escuchamos a personas decir pero la Biblia dice “para Dios un día es como 1000 años”. Eso es simplemente un modismo que significa que Dios vive en un lugar sin tiempo, NO que durante la creación la duración de un periodo de tiempo se llamaba “día” y era 1,000 años. Y no hay prueba alguna que el primer día generalmente significa diferente en la duración de tiempo que nuestro día de 24 horas (excepto que sería beneficioso explicar  la edad de la tierra si los primeros 6 días FUERAN muy largos).  Hay prueba que la rotación de la Tierra se pudo haber atrasado un poco en los últimos miles de años, pero una rotación más lenta (al presente versus el pasado) de la Tierra haría los días de eones anteriores más cortos que un día común, ¿verdad que sí? Después de todo, como una rotación completa de la tierra equivale a 1 día, si le toma más tiempo hacer esa rotación, entonces el día es más largo. Si la tierra estaba girando más rápido hace tiempo atrás, entonces los días hubiesen pasado más rápido que hoy en día. Si la rotación fuera el asunto, entonces hace mucho tiempo atrás la tierra hubiese tenido poca rotación si su rotación tomaba lo que nosotros podemos contar como 1,000 años.

Una cosa más: por si acaso no se han dado cuenta los Hebreos, incluyendo la comunidad judía de hoy en día,  SIEMPRE han contado el comienzo del día cuando se pone el sol, y termina en la próxima puesta del sol. Eso es que el nuevo día comienza en la tarde. Esto es, claro, totalmente no como nuestra media noche que es el comienzo y el final de un día; y no es como nuestra tradición dice que la mañana es el comienzo del día y la noche el final.  Ahora esta diferencia en la definición y método de esquematización de tiempo ha causado muchos problemas interesantes en atentar a determinar con algún grado de  certeza CUANDO algunos eventos bíblicos sucedieron. Lo que tenemos que comprender por el momento es que el método moderno de mantener el tiempo es hecho mecánicamente y por todo propósito practico el mismo no varía. Hubo un acuerdo internacional  varios años atrás  de tener un reloj central de donde todos los otros relojes armonizaran. Nosotros  no tenemos que observar las estrellas y la luna para determinar qué hora es. Podríamos estar en un túnel una milla por debajo de la tierra y si nuestro reloj está funcionando, podríamos saber la hora con precisión….indefinidamente….sin mirar el cielo.

Pero para la antigüedad, incluyendo a los hebreos, no había tal cosa como una manera mecánica de llevar el tiempo. El tiempo era determinado mirando a las estrellas; cuando el sol salía y se ponía; cuando la luna aparecía; cuando algunas estrellas  o constelaciones de estrellas  aparecían en el cielo por la noche. Usando nuestro sistema mecánico nosotros esencialmente dividimos el día en dos partes iguales: 12 horas de día, 12 horas de noche (aun cuando varía de acuerdo a las estaciones y latitudes). El largo del día y la noche Hebrea también puede variar  de día a día y de estación en estación porque la proporción de tiempo entre el día y la noche estaba constantemente reposicionándose. Aun un día entero era 24 horas y una semana era 7 días completos. En todo tiempo en la Biblia el sistema Hebreo de medir los días ha sido usado; así que estudiando la Torá o las epístolas del Nuevo Testamento tenemos que poner al lado nuestra manera moderna de llevar el tiempo si queremos entender el cronometraje de los eventos.

Ahora, ¿de dónde los hebreos tomaron la idea de comenzar y terminar el día cuando se ponía el sol? Mira el vs. 5: “…..y fue la tarde, y fue la mañana un día”. La tarde vino primero; la tarde marco la transición de un día al próximo. De hecho, no creo que estamos cometiendo ningún pecado en la manera en que nosotros determinamos el comienzo y el final del día pero puede ser confuso cuando lo comparamos al de la Biblia.

Ahora date cuenta de algo extraño: en el primer día, Dios dijo que El creó la luz. Aun, cuando fue en el cuarto día que Dios creó el sol…. O como lo dice la Biblia, “la luz mayor para que dominara el día”. ¿Qué nos dice aquí? ¿Cómo  es que Dios iluminó la Tierra el primer día pero no creó el sol hasta el cuarto día? ¿De dónde venía esa luz si no había Sol? ¿Acaso hemos encontrado nuestra primera inconsistencia?

Esto se pone interesante: en los versículos 3 y 4, la palabra Hebrea para “luz” es “owr”. Esta palabra no quiere decir un objeto que emite luz….como el sol o la luna o las estrellas, o una lámpara. Más bien significa iluminación. Cuando la Biblia dice que Dios es luz, está diciendo Elohim es “owr”. Esta palabra está asociada con vida, gozo y bien. De hecho cuando leemos acerca del primer día, date cuenta de algo que los hebreos han creído por mucho tiempo: dice que Dios creó la luz, Y VIO QUE LA LUZ ERA BUENA (tov). Luego esta luz fue separada de la oscuridad. Solo la luz es llamada buena, no la oscuridad.

Ahora vamos a movernos al verso 14 donde empieza hablar de las luces en el cielo que dividen el día y la noche, y en el versículo 16 donde Dios dice que El creó la luz mayor (el sol) para que gobernara el día y la luz menor (la luna)  para que gobernara la noche. Podemos ver una palabra completamente diferente usada  aquí para “luz”, que la palabra que se usó en los primeros versículos. Aquí, la palabra en hebreo es “maorot”. ¿Le suena familiar? Es la palabra de donde sacamos la palabra moderna meteoro. Maor quiere decir un objeto que emite luz (maorot es plural, luces). Si me permiten usar una palabra poética, las luminarias (objetos que iluminan) como el sol, las lámparas y por supuesto los meteoros son el significado.

Debido a que el estado del Universo antes del primer día era oscuridad (o al menos era oscuridad  desde el punto de vista de alguien que vive en el planeta Tierra) debió haber sido que la obscuridad estaba en un estado insatisfactorio de lo contrario Dios no hubiese creado la luz. Al menos la oscuridad no era capaz de mantener la vida; y como veremos cuando lleguemos a la última parte del libro de Éxodos y después de Levíticos, todo lo que vaya en contra, o termine con la vida  es considerado en contra  de Dios. Así que cuando Dios creó la “luz”, “owr”(singular), El creó la iluminación como requisito básico para la vida. Cuando Dios creó ” las luces”, “maorot” (plural) El creó objetos que emiten ondas de luz. Ondas de luz  de una clase en particular que permite a los humanos y los animales usar sus sensores de luz, (sus ojos) y para las plantas atraer su método de mantener la vida, fotosíntesis.  En el libro de Apocalipsis nos dice que cuando Dios destruya el  viejo mundo, y cree el nuevo, no habrá más maorot (luces que emiten objetos como el sol o la luna) pero Dios mismo será nuestra luz, nuestra iluminación. Es la misma ” luz de Dios” de la que habla el versículo 3 y 4, pero otra clase es referida en los versículos 14-16.

Por el contrario, vamos a ver la palabra “oscuridad”. La palabra en hebreo es “choshek”. En la cultura Hebrea esta palabra era usada como lo opuesto de “owr” (lo opuesto de luz). Choshek lleva en si el sentido de ceguera, de miseria, de falsedad e ignorancia. Eso quiere decir, algo que te lleva a la muerte y a la destrucción. Esto no es una palabra  que es lo opuesto a día. No es una palabra que describe lo natural, lo bueno o el fenómeno de la noche. En Hebreo, noche es layila…. una palabra completamente diferente a choshek. Choshek, es negativo en su naturaleza y lleva  un tono en el aspecto espiritual diabólico. La noche, layila, es simplemente lo opuesto al día. Es neutral; y lleva un significado que no es negativo o de sentido espiritual excepto en el extraño caso donde pueda ser usado metafóricamente.

Así que vamos estar claros: en los versículos 3 y 4 lo que Dios creó fue iluminación de la cual EL era la fuente; pero a la misma vez era dividida y separada de todo lo que era opuesto a esas cosas: oscuridad, ceguera y falsedad. ¿Qué exactamente era esta iluminación? Pudo haber sido la esencia primordial de Dios que llamamos Shekinah, o la gloria de Shekinah; esta iluminación misteriosa o gloria, de Dios (algunas veces visible y otras no) que leemos en algunos versos de la Biblia. La iluminación que es apropiada para nosotros poder ver a través, pero aparentemente NO necesaria cuando la tierra nueva sea formada, ya que vendrá de Dios mismo. Aun cuando no puedo estar seguro yo no veo ninguna razón para no sugerir que la luz de Génesis que estaba en el primer día de la Creación es la misma luz que está en el primer día de la nueva creación como esta revelado en Apocalipsis 21 y 22 (puede ir y leerlo por sí mismo). También es muy interesante que la contraparte espiritual de la luz la cual es la oscuridad, choshek, va a estar ausente en la creación NUEVA. En todo sentido de pureza espiritual, la luz es bondad y la oscuridad es maldad. Se nos ha dicho que en la nueva creación SOLO habrá bien y la maldad no existirá. Así que en la nueva creación encontramos la ausencia completa de la oscuridad; ya que solo habrá luz. Pero tan cierto como yo estoy que lo que les he dicho es correcto, de buena manera tengo que admitir que hay una cantidad de especulación envuelta.

Aparte de haber resuelto el asunto de la luz creada en el primer día aun cuando los objetos que emiten luz fueron creados en el cuarto día, quisiera señalar que esta es la primera señal de un principio que nos va perseguir en todo nuestro estudio de la Torá. Un principio abstracto pero real que puede ser dicho fácilmente en palabras pero NO es tan fácil de captar o imaginarnos en nuestras mentes. Así que quedan advertidos que toma tiempo y mucho estudio,  hasta que el concepto empieza a ser más claro. Como punto de referencia le he dado un nombre a este concepto “La Dualidad de la Realidad”. Básicamente la idea es esta: en las Escrituras y en el Nuevo Testamento, objetos físicos son en ocasiones una sombra de algo espiritual. Si hemos pasado algún tiempo en la iglesia, hemos escuchado este término de “sombra” ser usado para describir cosas del Antiguo Testamento que Jesús eventualmente transformó en algo de un orden mayor. ¿Pero, qué es lo que exactamente significa: una sombra de algo que está por venir?

La sombra, es un bosquejo de algo sin haberse completado todos los detalles. Una sombra es real; no es un espejismo o una ilusión óptica. Pero es menos real que un objeto que moldea la sombra. Por ejemplo: yo salgo afuera y me paro al sol. Yo moldeo una sombra, yo soy real y la sombra es real. Pero como yo soy la fuente de la sombra yo también soy el original y la sombra es una representación mía que está incompleta. Más aun la sombra no tiene animación o poder de sí misma; la sombra no tiene vida y está pegada muy cerca de mí. La existencia de mi sombra es 100% dependiente de mi existencia. Si mi sombra dejase de existir, ¿yo pudiera continuar existiendo, verdad?  Si el sol se pone, mi sombra desaparecería, pero yo todavía seguiría estando aquí. Pero si yo dejase de existir sería imposible que existiera mi sombra. Así que yo soy preeminente; yo soy mayor que mi sombra; yo no soy una manifestación de mi sombra, mi sombra es una manifestación inferior a mí. La sombra no me hace, yo, hago a la sombra.

Cuando los atributos físicos y espirituales de muchas cosas existen simultáneamente, el espiritual, viene primero y siempre es preeminente. El espiritual, es casi ilimitado en sus atributos y opera en varias dimensiones. El físico es severamente limitado (al ser comparado con lo espiritual) en sus atributos y puede ocurrir en no más de cuatro dimensiones (recuerda que nuestro universo entero solo consiste de 4 dimensiones: largo, ancho, profundo y tiempo). Así que lo físico, es inferior a lo espiritual, y lo físico solo parcialmente imita o revela el origen espiritual.

La creación del ser humano es un ejemplo de esto, porque los humanos son simultáneamente criaturas que consisten de lo material y lo inmaterial; el físico y lo espiritual. Nosotros somos seres de 4 dimensiones, físico, visible, y sujetos a tiempo, pero también tenemos una propiedad invisible. La Biblia llama a esta propiedad invisible alma y espíritu. Los antiguos sabios hebreos señalan que Dios formó Adán del polvo de la tierra. Dios creó el Universo de la nada pero EL creó al hombre de algo; algo físico (polvo) que EL ya había traído a existencia. En adición a esto, Dios puso el aliento de vida en el hombre, y puso en él un alma y un espíritu que no eran cosas físicas; son espirituales. Aun así, aunque el hombre lo admita o no, nosotros somos un ejemplo de la Dualidad de la Realidad.


La creación de luz y sus atributos es otro buen ejemplo de este concepto. No hay duda que la “luz”,  hecho en el primer día de la creación, era una luz física real que era de una clase, que permitía medir el tiempo (después de todo, 3 días más de la creación pasaron antes de que hubiese objetos que emitiesen luz en los cielos e indicaran las estaciones, los años y las fiestas bíblicas). Misteriosamente era también un tipo de luz que NO procedía de un objeto físico porque no había ningún objeto físico que emitiera luz que hubiese sido creado (o al menos que no fuese visible desde la Tierra) hasta el 4to día. Debido a que la luz es lo opuesto a la oscuridad, y la luz es caracterizada por Dios como bueno, pero la oscuridad no, tenemos una conexión firme entre la CLASE de luz creada aquí y los atributos de bondad. El bien y el mal son espirituales, no atributos físicos. Así que esta luz, owr, tiene una doble realidad; tienen ambas una cualidad física real y una cualidad física espiritual.

Típicamente las doctrinas de hombre no pueden aguantar este tipo de dilema; todas las cosas deben ser una o la otra, no ambas simultáneamente. Les digo que no solo PUEDE ser que muchas cosas creadas tengan tanto lo físico como lo espiritual a la misma vez, pero ocasionalmente son ambas. De hecho, temas como los atributos del tipo de luz creada en el primer día, DEBEN ser ambas, o los primeros versículos de Génesis no harían sentido. Es este principio fundamental que yo llamo la Dualidad de la Realidad; es donde los elementos de lo físico y lo espiritual de algo existen simultáneamente.  Vamos a tener muchos  ejemplos de esto con el tiempo, que le harán más sentido. En más o menos un año, cuando hablemos del tabernáculo en el desierto, tendremos uno de los ejemplos mayores de la Dualidad de la Realidad así que no se preocupen por el momento si están pensando “¿estará este hombre hablando otro idioma?”

Ahora en el verso 20, hay algunas declaraciones  hechas y quiero mostrarle un punto  que deben guardar en su memoria y es concerniente a la lista de criaturas vivientes que Dios había creado. Nos habla de multitud de criaturas en el agua y aves que vuelan en el aire. El Señor pobló los océanos con gigantescas criaturas de mar y EL proclamó todas estas criaturas BUENAS. En el versículo 24, EL habla de todo tipo de criaturas en la tierra (doméstica y salvaje) aun incluyendo animales que se arrastran o gatean como el lagarto, y EL declara ESTAS como buenas. Yo enfatizo esto porque más tarde en la Torá (casi siempre en Levíticos) vamos a encontrar que Dios enumera muchas de esas mismas criaturas que EL ha nombrado como IMPURAS, y, eventualmente, vamos a ver que antes de que la Torá fuese dada a Moisés, la clasificación de puro e impuro de toda cosa viviente que fue creada ya existía.  ¿Cómo puede ser que algo pueda ser bueno e impuro a la misma vez?  ¿Habrá cambiado Dios su mente sobre sus propias criaturas vivientes? Bueno, usted puede esperar un año o más o coger algunas de las enseñanzas de Levíticos y adelantarse, pero el fundamento de los principios Bíblicos puro e impuro tiene su fundamento aquí en los primeros capítulos de Génesis.

Luego tenemos una declaración que ha sido considerada por las mentes más brillantes de cientos de años y muy pocos han podido estar de acuerdo a lo que exactamente puede estar anunciando. Y es la declaración que dice, que nosotros, los humanos, fuimos hechos a la imagen y semejanza de Dios.

No vamos a pasar mucho tiempo aquí pero permítanme darle algo básico para considerar. Primero dice que Dios creó el ser humano y luego fueron hechos mujer y hombre.  Segundo, todos los humanos fueron hechos a su imagen y semejanza.

Así que podemos inmediatamente mostrarles a Darwin y a todos los humanistas seculares, donde está la puerta. Si esto no es una declaración bíblica cierta (si nosotros salimos de mutaciones de sustancias sin vida) entonces no hay razón para continuar este estudio de la Torá ¿verdad?  ¿Qué quiere decir estar hechos a imagen y semejanza de Dios? Quiere decir que nos han dado ciertos atributos que Él tiene. Aun cuando nosotros sabemos que no tenemos TODOS sus atributos porque si los tuviéramos entonces pudiéramos ser dioses. A la vez Dios, que valora todo  tipo de criatura viviente que El creó, hizo al hombre único entre todas las criaturas. Solo el hombre tiene la capacidad de conocer a Dios, y esta capacidad viene por medio del componente espiritual del hombre. Los animales pueden tener cuerpo y pueden tener cerebro, pueden tener alguna semejanza de emociones porque muchos (no todos) animales tienen almas, el asiento de las emociones y el intelecto. Pero SOLO los humanos entre todas las criaturas de Dios tienen espíritu.  Y es nuestro espíritu el que tiene comunión con el Dios viviente.