4th of Tishrei, 5785 | ד׳ בְּתִשְׁרֵי תשפ״ה

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Hechos Lección 38 – Capítulo 16 continuación

EL LIBRO DE HECHOS

Lección 38, Capítulo 16 continuación

 

La importancia de Hechos capítulo 16, es lo que los eruditos llaman el segundo viaje misionero de Pablo, y en él vemos a Pablo extendiendo el rango geográfico y étnico de su mensaje evangélico más allá de las áreas donde los judíos tenían colonias sustanciales, y en las regiones más alejadas del vasto continente asiático. Esto no indicaba de ninguna manera que ya no estaba evangelizando a los judíos; pero significaba que estaría tratando con gentiles que tenían menos familiaridad con los judíos y, por lo tanto, con la religión judía. Una buena manera de pensar en ello, es que la población gentil con la que Pablo ahora se ocupaba era en su mayoría pagana, mientras que en su primer viaje misionero una buena porción de gentiles con los que había hablado ya eran temerosos de Dios y por lo tanto tenían cierto conocimiento de las Sagradas Escrituras, la historia judía y la Tradición y costumbres judías (Halajá).

Pablo estaba viajando con Sila, ese representante judío del Consejo de Jerusalén, que había sido enviado en calidad oficial con la carta en la que se desglosaban las condiciones por las cuales un creyente gentil podía convertirse en miembro de los Del Camino, pero sin convertirse y llegar a ser un judío. Después de dejar Antioquía y llegar a la zona de Derbe y Listra, Pablo reclutó a un joven de fe y una madurez inusual para que le acompañara. Discutimos extensamente la semana pasada que si bien muchos comentarios cristianos sobre Hechos suponen que Timoteo era un creyente gentil y por lo tanto Pablo que requería la circuncisión de Timoteo era hipócrita o como dijo Juan Crisóstomo, que “Pablo se concentró en la circuncisión para así abolir la circuncisión”. Pero como yo les demostré, dado el hecho de que se nos dice específicamente que la madre de Timoteo era judía, entonces por la regla de la descendencia de la línea materna Timoteo nació como judío, no como gentil. Es sólo que debido a que los padres de Timoteo fueron completamente asimilados a la cultura gentil local, y porque el padre de Timoteo era un gentil, Timoteo no había recibido la circuncisión requerida en su 8vo día de vida como lo fue el mandamiento de la Torá. Así que como Pablo y Sila iban a tratar con una serie de diferentes grupos étnicos en su viaje (algunos judíos, algunos gentiles), y como el tema del Evangelio que Yeshua era el Mesías y también era Dios ya era controversial, ellos ciertamente no necesitaban agregar ningún problema secundario tales como este hombre judío (Timoteo) no siendo circuncidado. No hay indicios de que Timoteo se resistiera a esto; pero también puedo asegurarle que no le gustó el procedimiento. A su edad era doloroso y peligroso; y sin duda pasaron muchos días antes de que estuviera físicamente capaz de viajar con Pablo.

Como vimos en los versículos 4 y 5, los primeros encuentros de Pablo fueron con congregaciones de sinagogas donde él ya había establecido un grupo central de creyentes. Esta era la costumbre de Pablo de regresar y volver a visitar los grupos establecidos; pero sin duda también era para que Sila pudiera ver por sí mismo lo que el Espíritu, a través de Pablo, ya había logrado con los gentiles.

Los versículos 6 al 8 muestran una gran cantidad de intervención directa del Espíritu Santo, especialmente en cuanto a dónde y dónde los discípulos deben aventurarse a difundir las Buenas Nuevas. De hecho, se nos dice que la intervención “impidió” que el grupo fuera a la región de Bitinia y en su lugar se encontraron en Troas, una ciudad portuaria.

Vamos a Volver a leer una parte sustancial de Hechos 16.

VOLVER A LEER HECHOS CAPÍTULO 16:9-hasta el final.

En la ciudad portuaria de Troas Pablo tuvo una visión; la misma no fue otro contacto con el Espíritu Santo, sino que fue la visión de un hombre de Macedonia que le hizo señas para que viniera a Macedonia y “los ayudara” (“los” sin duda se refiere a macedonios en general). Pablo supo inmediatamente que los discípulos debían ir, y por supuesto las circunstancias dirigidas por el Espíritu los habían puesto exactamente en el lugar correcto en el momento adecuado para coger un barco a través del mar Egeo para llegar a Macedonia. En términos modernos, estarían viajando a Europa; sin embargo, en el tiempo de Pablo el término Europa no habría sido utilizado.

Quiero señalar algo que pueda tener una aplicación práctica para todos nosotros; y eso incluye a los gerentes, administradores y empresarios entre nosotros. Los viajes misioneros de Pablo muestran una metodología de planificación flexible. Es decir, su mentalidad es de planificación cuidadosa, así como de mantener una actitud receptiva para dejar que Dios se mueva como lo desee. El balance entre esos dos elementos (planificación versus guía divina) variará necesariamente dependiendo de las circunstancias; y dependerá especialmente de si la actividad es secular o es ministerio. Los planes seculares se inclinarán hacia una planificación más humana, mientras que el ministerio se inclinará hacia una guía más divina. Pero, de cualquier manera, un creyente debe incorporar ambos elementos en todos nuestros objetivos y esfuerzos. Cualquier error generalmente viene en el malentendido de cómo prorratear estos dos elementos; o creer que sólo uno es necesario. Por ejemplo: en un negocio secular, la planificación a largo plazo y el seguir ese plan suelen ser el mejor camino para el éxito. Pero aplicar esa misma determinación y una planificación rígida a un ministerio es una receta para el desastre, así como ninguna planificación terminará en decepción.

En Seed of Abraham es común que la gente me pregunte cuál es mi Plan de Cinco Años; y cuando les digo que el mismo cabe en un Post-It note (un papel cuadrado pequeño), ellos se preguntan cómo una persona con antecedentes de administración corporativa podría operar de tal manera. Puedo decirles francamente, que es muy difícil entregar cosas a Dios que usted ha estado acostumbrado a controlar. Siempre he tenido un gran interés en el apóstol Pablo, porque siento que tenemos temperamentos afines. Pablo es un entusiasta natural del control (prefiero decir eso a decir controlador). Él es fuerte con sus palabras, a veces llegando al punto de ser impulsivo e innecesariamente ofender a la gente. Sin embargo, sus palabras son articuladas y provocan el pensar, llenas de hechos e información.  Pablo puede estar a la defensiva a veces, pero también siempre es decisivo; no se preocupa por la toma de decisiones. Y cuando Pablo toma una decisión o un pronunciamiento no hay vacilación; está seguro de que tiene la razón. Pablo mira hacia el futuro; no vive en el pasado. Es un activista; nada energiza a Pablo más que la causa de un desvalido. Y está dispuesto a llevar esa causa al amargo final, sin importar el costo. Pablo es dedicado y sincero; lo que ves es lo que obtienes. Pero no le va bien en los comités; él hace mejor como dictador.

Eso no suena como el tipo de persona que es sensible al Espíritu Santo o a uno que es adecuado para el ministerio del Dios de Israel; pero, sin embargo, aquí nosotros vemos exactamente eso.

Pablo planea todo con anticipación; sus viajes misioneros no se cumplían descuidadamente. Y yo no veo evidencia de que cualquier ser humano pudiera descarrilarlo de esos planes. Sin embargo, él está listo y dispuesto en alterar sus planes bien pensados en favor de la dirección de Dios, cada vez que el Espíritu lo confronta. Así que la moraleja de la historia para los creyentes es, siempre planificar, pero siempre mantén esos planes flexibles. Vagar por la vida como una pluma soplada por un aire turbulento no suele ser la mejor política. Pero hacer planes rígidos y seguirlos con una visión de túnel hacia la meta tampoco suele ser una buena política. Ese famoso Beatle, John Lennon, dijo una vez en la canción: la vida es lo que sucede mientras haces planes.

Por otro lado, decir que nuestras vidas son responsabilidad de Dios, y luego evitar la planificación en general y en su lugar elegir vivir momento a momento dejando que el futuro se cuide a sí mismo, sin duda eventualmente conducirá a profundos remordimientos y lágrimas amargas o incluso resentimiento hacia Dios (y tampoco mucho éxito). Tenemos nuestras responsabilidades y Dios tiene la suya en cuanto a nuestra vida; es una empresa cooperativa. Pablo está lejos de ser perfecto; sin embargo, muestra una habilidad extraordinaria, especialmente dado su temperamento colérico, para equilibrar la planificación estratégica inteligente y práctica con una actitud sensible y obediente hacia el Espíritu Santo. Eso es algo que está muy presente aquí en estos versículos.

El versículo 10 revela algo sorprendente; resulta que Lucas (el escritor del Libro de los Hechos) está con Pablo, Timoteo y Silas en Troas. Este versículo es uno de esos versículos donde habla de la palabra “nosotros” que discutimos la última vez; date cuenta cómo Lucas dice “no perdimos ningún tiempo preparándose para salir a Macedonia”. Lo importante entonces es que al menos comenzando en este punto del segundo viaje misionero de Pablo, gran parte de lo que leemos proviene de un testigo ocular y no se deriva de entrevistas o documentos. Por lo tanto, veremos un poco más de detalle a veces durante el resto del capítulo 16 de lo que estamos acostumbrados a ver, porque al ser parte del viaje misionero, lo que Lucas vio no se filtró a través de la visión del mundo de otra persona. También creo que podemos deducir razonablemente, que Lucas nos da la mejor visión del Pablo histórico; es decir, Pablo la persona. Y esto es muy valioso para nosotros al leer las muchas epístolas de Pablo que dominan el Nuevo Testamento.

Hablando de epístolas: es en la costa occidental del mar Egeo, donde Pablo plantará una serie de congregaciones creyentes en lugares con los que estamos más familiarizados en términos de los libros del Nuevo Testamento que llevan su nombre. Porque allí encontramos las ciudades de Filipo (Libro de Filipenses), Corinto, (Libro de Corintios), y Tesalónica (Libro de Tesalonicenses). Junto con Berea (que Pablo menciona, pero no tiene una carta dirigida a ellos como un libro bíblico), estos lugares y sus congregaciones creyentes son como los radios de una rueda que emana de su núcleo en el centro: Efeso.

Dado que cada buque naviero comercial era impulsado por el viento, entonces eran los vientos los que determinarían la longitud, y a veces la ruta, de un viaje marítimo. Eran 150 millas de Troas a Neapolis, lo que los 4 discípulos lograron en sólo 2 días; por lo que los vientos eran favorables. Sin embargo, esos vientos favorables trabajaron en su contra en el viaje de regreso, ya que se nos informa en Hechos 20 de que tomó 5 días para hacer el mismo cruce, sólo al revés.

Desde Neapolis la siguiente parada fue Filipo, un nombre de ciudad en honor al padre de Alejandro Magno. Filipo era una colonia romana; este término tiene un significado peculiar. Una colonia romana es una que opera bajo la religión y el derecho romano. Filipo era una parada lógica para Pablo, el cual era muy organizado, porque la misma contenía una población judía sustancial, al igual que Tesalónica y Berea. Así que después de unos días en Filipo, en Shabbat los 4 discípulos fueron a un lugar donde se les dijo que la gente se reunía para orar. Obviamente, esto se refería a la oración al Dios de Israel porque no hubieran querido ir a un servicio de oración de los dioses paganos. Nuestra Biblia CJB (la versión de la Biblia Completa Judía) dice en el versículo 13 que un minyan se reunió allí. Un minyan es un grupo de 10 o más; 10 personas se consideran el mínimo para un servicio adecuado de oración en la sinagoga. La palabra minyan en realidad no aparece aquí en los textos griegos y no la encontrarás en otras Biblias en español; sin embargo, en la terminología hebrea insertar la palabra minyan aquí tiene sentido. Especialmente en entornos alejados de una sinagoga, cuando es el momento de una de las tres oraciones diarias, los judíos tratan de orar en un grupo y ese grupo debe tener 10 (o más). Y por cierto, los judíos no exigirán necesariamente que todos los participantes en un minyan sean judíos. Yo he sido invitado por judíos ultraortodoxos, en un par de ocasiones mientras estaba a bordo del avión hacia Israel, para venir a participar en oración con ellos con el fin de formar un minyan (lo que felizmente hice), ya que no había suficientes judíos en el avión para llegar a 10. Y, sí, sabían muy bien que yo era gentil y que yo era cristiano. Por lo tanto, no debería sorprender que en el versículo 14 encontremos que muchas de las personas en este lugar de oración en Filipo eran mujeres. Una se llamaba Lidia, una distribuidora de tela púrpura.

Lidia era de Tiatira, y esta región era bien conocida por su experiencia en la fina tela púrpura. El asunto en este oficio era la creación del tinte púrpura, y para los judíos especialmente el color púrpura jugó un papel importante en los artículos rituales que involucraban hilos y tela. De hecho, este tono particular de púrpura fue llamado en el tekhelet hebreo, y el mismo era necesario para las particiones de tela que separan las cámaras internas del Tabernáculo, así como para la fabricación de tzitzit y para efods. También se utilizaba para los flecos que colgaban de los dobladillos de ciertas túnicas ceremoniales. Este color en particular no era fácil de obtener; la fuente más deseada de la misma proviene de los mariscos murex que se encuentran a lo largo de la costa del Mediterráneo oriental. Sin embargo, en Tiatira el tinte se hizo del fluido de una planta: la raíz de una planta conocida rubia. Así que, en resumidas cuentas, no es de extrañar que Lidia hubiera formado una asociación con los judíos locales ya que ellos habrían estado entre sus mejores clientes.

Lidia creyó el mensaje de salvación en Cristo de Pablo. Lidia ya le temía a Dios, así que tenía una buena base para entender la enseñanza de Pablo sobre Yeshua. Lidia debe haber sido la cabeza de su hogar, ya que se nos dice en el versículo 15 que cuando estaba inmersa, luego toda su familia le siguió. Tal vez era viuda, tal vez divorciada, no lo sabemos. Permítanme explicarles algo que les ayudará no sólo a comprender lo que está sucediendo aquí, sino que también es habitual hoy en día en las familias de Oriente Medio. El jefe de la casa es venerado y poderoso; ellos son líderes y pueden tomar decisiones vinculantes para los miembros del hogar, de una manera que se ha vuelto obsoleta en Occidente.

Por lo tanto, sea cual sea la religión a la que se suscribe el jefe de la casa, el resto del hogar sigue automáticamente. Por lo que en respecto a que la casa de Lidia fue bautizada, no vayan a pensar que todas aquellas personas tenían creencia sincera y franca en Yeshua como Señor y Salvador. El jefe de la casa fue bautizado y comenzó a seguir a Cristo, por lo que era costumbre que el resto de los que estaban en la casa estuvieran obligados a hacer lo mismo. Permítanme decirlo de otra manera: cualquier religión que adopte el jefe de familia se convierte automáticamente en la religión para toda la familia. El que un miembro del hogar se niegue a conformarse es la cumbre de la rebelión y podría causar una enorme desavenencia.

En sólo unos pocos versículos más (en el versículo 31),el comprender cómo funciona esta costumbre nos ayudará a entender lo que realmente estaba ocurriendo cuando se nos dice esto:

Hechos 16:31 LBLA

31 Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa.

Este versículo ha llevado en realidad a una doctrina cristiana entre algunas congregaciones que dice que si el jefe de la casa (generalmente un varón) acepta a Yeshua, entonces Dios considerará a toda la familia como una que también ha sido salvada. Esto es un malentendido; más bien es sólo que en algunas sociedades antiguas y modernas, el hogar simplemente acepta lo que el líder del hogar decida. Esto se trata más de dinámicas familiares sociales que de religión y creencias reales.

Ahora una creyente, la gentil Lidia ofrece hospitalidad a Pablo y sus 3 compañeros. La hospitalidad fue la virtud suprema no sólo en Oriente Medio, sino en la mayor parte del mundo conocido. Pablo y sus amigos no se alojaban en convenientes posadas junto a la carretera mientras viajaban; ellos o dormían bajo las estrellas o en los hogares de la gente que les ofrecía hospitalidad. Así que no deberíamos sorprendernos especialmente de que una empresaria exitosa, le ofreciera su hogar como un lugar para alojarse.

En el versículo 16, Lucas vuelve a ponerse en la historia al decir “íbamos a un lugar de oración” cuando de repente los discípulos se encuentran con esta esclava que tenía un espíritu de serpiente en ella. Y sus dueños hacían buen uso de sus habilidades místicas al cobrarle a la gente para que se les dijera su fortuna. Así que Lucas fue testigo ocular de este evento. Pero antes de continuar con esa historia me gustaría hacer un punto. Una y otra vez se nos ha informado que era en Shabbat que las congregaciones se reunían en la sinagoga, y era en Shabat cuando se leía la Torá. Pero date cuenta de que aun cuando era en Shabbat el “gran día”, cuando la mayoría de los judíos piadosos se congregaban para la oración y adoración comunal, este no era el único día en que ocurrió la oración, la adoración y la enseñanza. En la Mekhilta Vayassa nosotros leemos este revelador informe que defiende lo que se conoce de la Tradición y otras fuentes judías:

“Fue por esta razón que los ancianos y los profetas instituyeron la lectura de la Torá para el Día de Reposo y para el segundo y quinto día de la semana. ¿Cómo es eso? Ellos leen en el Día de Reposo, y brincan sólo un día después del Día de Reposo. Luego leen en el segundo día, y brincan el tercer y cuarto día. Ellos luego volvieron a leer el quinto día y se brincan el día previo al día de reposo”.

Por consiguiente, es cierto que, en los días de Yeshua, aquellos que eran los seguidores más estrictos de la Torá fueron a la sinagoga 3 días a la semana para reunirse y escuchar cuando leían la Torá: Shabbat, lunes y jueves. Los judíos ortodoxos hoy van todos los días a orar y a leer la Torá.

Ahora en lo que concierne a la esclava poseída por el demonio.  Parece que casi todas las traducciones de la Biblia al inglés traducen este versículo un poco diferente. Algunos no dicen nada sobre un espíritu de serpiente, contrario a nuestra CJB; muchos se referirán a un espíritu de adivinación. Pero de hecho el texto original dice que la chica tenía un espíritu pitón. Traducir esa palabra a serpiente está OK; dejar fuera cualquier referencia a una serpiente no está bien porque perdemos el impacto. Además, la pitón griega no significa literalmente serpiente, significa pitón. Así que la mejor traducción literal al inglés es “tener el espíritu de una pitón”. Strabo, un filósofo e historiador griego que murió casi al mismo tiempo que Yeshua nació, dice que la pitón era la serpiente que custodiaba el Oráculo Delfosco, cuyo nombre era Pitón. El Oráculo Delfos no era en realidad una sola persona; era una prestigiosa oficina en manos de una sucesión de mujeres griegas. Ella actuaría como sacerdotisa en el santuario de Delfos, y esta sacerdotisa era probablemente la mujer más poderosa entre los griegos. En cualquier caso, a lo que se refiere aquí en estos pasajes de Hechos, es una esclava que se dice que llevó este mismo espíritu de Pitón en ella como lo hizo el famoso y venerado Oráculo en Delfos; así que ella era algo que atraía a estos griegos y ellos pagaban muy buen dinero a los dueños de esta esclava para que les dijera su futuro. No hay duda de que esta chica era poseída por demonios y lo que pasó fue bastante real.

Por lo que el saber esto nos ayuda a entender lo que viene después. ¡Esta chica siguió a Pablo y a los discípulos por todos lados chillando que “estos hombres eran los siervos del Dios Altísimo y están diciendo que tienes que ser salvo!” En otras palabras, aun cuando ella era una molestia,  ella estaba diciendo la verdad. Pero después de un tiempo Pablo se cansó de esta tontería egoísta y el clamor sin fin y exorcizó al demonio ofensivo en el nombre de Yeshua. ¡Ahora no hace falta decir que sus dueños estaban horrorizados! Y estaban furiosos…con Pablo. Todo ese beneficio fue perdido. Así que los hombres agarraron a Pablo y Sila y los llevaron ante las autoridades locales que estaban muy a favor con estos hombres de negocios. Y, por supuesto, en lugar de acusar a Pablo y Sila de lo que realmente sucedió (arruinando sus negocios) ellos hicieron un reclamo de que Pablo y Sila eran judíos que estaban causando todo tipo de perturbaciones y conmoción y molestando a todos (hasta ahora la única gente molesta parecía ser los hombres de negocios que eran dueños de la chica esclava). Pero la acusación de incitar a los disturbios era algo sensible en el Imperio Romano, y se tomó muy en serio.

Lo que viene después deriva de una suposición incorrecta que hicieron los magistrados de la ciudad. Detrás de la acusación de que Pablo y Sila eran judíos está que no son ciudadanos romanos. Pablo y Sila estaban en un pueblo donde la mayoría eran gentiles y la ciudadanía romana era la norma. Era raro que un judío fuera un ciudadano romano; tan raro que tal posibilidad ni siquiera fue considerada por la gente del pueblo.

Al principio de nuestro estudio del Libro de los Hechos discutimos que el estatus de Pablo como ciudadano romano (algo que se menciona regularmente en el Nuevo Testamento) era realmente fuera de lo común; y que su ciudadanía podría ser rastreada a la familia de su padre que aparentemente eran aristócratas judíos en una posición lo suficientemente alta como para que algún alto funcionario del gobierno romano les otorgara tal estatus. Así que Pablo nació en la ciudadanía romana y había llevado una vida privilegiada. Por eso tuvo pocos problemas para enfrentar a políticos locales, otros aristócratas e incluso reyes. Sabía cómo manejarse a sí mismo y sabía las palabras correctas para decir, y conocía sus derechos legales como ciudadano romano y cómo exigir justicia. Dios había elegido exactamente al hombre adecuado para el trabajo como el principal evangelista de los gentiles del Imperio Romano.

Por la razón que fuera, Lucas y Timoteo escaparon de la notificación de las autoridades y no fueron procesados. Sospecho que es porque Lucas era obviamente un gentil, y porque Timoteo probablemente parecía un gentil debido a las características físicas que heredó de su padre que era un gentil. Pablo y Sila sin duda parecían Semitas.

La multitud reaccionó como si estuvieran en una cobertura mediática agresiva y los jueces actuaran de acuerdo con los deseos de la multitud: Pablo y Sila fueron golpeados y arrojados a la cárcel. ¡Cómo se atreven estos ciudadanos no romanos decirles a los ciudadanos romanos cuál debe ser su religión! A esos hombres había que enseñarles una lección, por lo que estaban encadenados. Pero como es el patrón del Señor, cuando Él decide que la justicia humana va en contra de Su voluntad, Él anula el dictamen de los hombres. Alrededor de la medianoche mientras Pablo y Sila oraban, la tierra comenzó a rodar y retumbaba y fue lo suficientemente violenta como para que las cadenas cayeran de Pablo y Silas y todos los demás en la prisión con ellos. Aún más todas las puertas de la celda volaron abiertas. El carcelero sorprendido fue despertado de un sueño para descubrir que su cárcel estaba abierta; decidió suicidarse como la única cosa honorable que hacer porque sabía que iba a ser su destino de todos modos. Pensó que seguramente todos los prisioneros habrían agradecido alegremente a sus estrellas de la suerte y huido por la noche. Pero en su lugar oyó una voz tranquilizadora desde el interior de la oscuridad de las celdas de la cárcel que le dijo que no se hiciera daño a sí mismo, que ellos todos permanecían en su lugar.

El carcelero asombrado cayó ante Pablo y Sila y pregunto “¿qué debo hacer para ser salvo?” Es difícil saber exactamente lo que estaba en la mente del carcelero cuando dijo esas palabras. Tal vez el carcelero había oído a Pablo y Sila hablar sobre “el camino a la salvación” mientras ellos vagaban por las calles de Filipo, y al no saber mucho sobre lo que significaba él estaba tan impresionado con el semblante y valentía de estos 2 hombres, que él quiso cualquier cosa que fuera que ellos tuvieran. Pablo le explica al carcelero asombrado que la fe en Yeshua lo salvará a él y a toda su casa (ya hemos discutido lo que esto significaba en el contexto de los tiempos con los que estamos lidiando). Y como sabemos que Lucas no estaba en la cárcel con Pablo y Sila, entonces él está resumiendo lo que se le ha dicho sobre este incidente, y sin duda faltan detalles.

El carcelero tiene pocas formas de agradecerle a Pablo y Sila lo que hicieron, que no implique simplemente liberarlos (lo que resultaría en la ejecución del carcelero).

Por lo que él responde lavando sus heridas y proporcionándoles comodidad según las circunstancias lo permitan. Pero también nos dicen que de inmediato el carcelero y toda su casa fueron inmersos. Parece que el carcelero asumió un gran riesgo personal y trajo a Pablo y Sila a su propia casa; en algún lugar cercano Pablo y Sila los bautizó a todos. Después de eso, comieron juntos. Fíjate que se habían ido a casa con Lidia, la gentil que era temerosa de Dios, y ahora hacen lo mismo con el carcelero anónimo. Sin el dictamen del Concilio de Jerusalén y sin el encuentro de Pedro con Dios y con Cornelio, que dejó claro que los gentiles podrían ser ritualmente puros, estas dos escenas con hombres judíos comiendo en los hogares de gentiles, y aceptando su hospitalidad, habría sido algo imposible.

A la mañana siguiente, después del terremoto, los magistrados de la ciudad enviaron hombres para liberar a Pablo y Sila sin duda sintiendo que estos judíos habían sido puestos en su lugar. Las cicatrices de la palíza serían permanentes, y la humillación y el dolor de estar en la cárcel deberían haber hecho el truco. Pablo, el activista, no va a dejar que este asunto descanse y alegrarse de que el calvario haya terminado. Quiere que los hombres que les hicieron mal estos se hagan responsables de sus ofensas y se disculpen en persona. Así que ahora también decide revelar que, de hecho, él es un ciudadano romano que no recibió un juicio, sino que fue azotado sumariamente y encarcelado. Esto es algo que está estrictamente en contra de la Ley Romana.

Los magistrados se sorprendieron y se asustaron cuando conocieron las palabras de Pablo; ellos mismos podrían perder sus prestigiosas posiciones, si el gobernador provincial se enteraba de esta injusticia perpetrada sobre un ciudadano romano. Así que de hecho se tragaron su orgullo y se enfrentaron personalmente a Pablo y Sila. Lo que dijeron a los discípulos no se revela, pero les pidieron que abandonaran la ciudad. Este asunto se había vuelto demasiado público para que la gente del pueblo no supiera lo que estaba pasando, pero eso no cambió nada; la gente de Filipo estaba resentida de que este judío les hubiera privado de su esclava especial con el espíritu de pitón en ella que les decía el futuro que sin duda trajo a esta ciudad considerable orgullo y notoriedad. Los empresarios estaban fuera de su esfuerzo productivo; por siempre. Y todavía había un mal sabor en las bocas de los lugareños por ser dicho que la religión de los judíos era correcta, y la suya estaba equivocada. Así que los magistrados preguntaron (cortésmente me imagino) que los discípulos abandonaran la ciudad. Pablo y sus acompañantes cumplieron y después regresaron a la casa de Lidia probablemente para recuperarse de su dura experiencia.

Después de reunirse con muchos de los creyentes allí, ellos continuaron con su viaje. Nosotros seguiremos a los discípulos a su siguiente lugar en Hechos capítulo 17 la próxima semana.