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Lección 16 – Éxodo 18 & 19

Lección 16 – Éxodo 18 & 19

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Éxodo

Lección 16 Capítulos 18 y 19

La semana pasada nosotros comenzamos el capítulo 18, y terminamos cuando el suegro de Moisés, Jethro (Yitro en hebreo) trajo a la esposa de Moisés y sus dos hijos de regreso para reunirse. Y, nosotros encontramos que Yitro sabía mucho de los acontecimientos maravillosos que le habían ocurrido al Israel al salir de Egipto. Yitro, siendo un sacerdote pagano, naturalmente acepta que muchos de estos acontecimientos fueron de naturaleza milagrosa y solo pudieron haber sucedido por el dios, o dioses, que velaban a los Israelitas. 

Moisés y Yitro pasaron mucho tiempo juntos, Moisés le contó que Dios fue el que los liberó y le dio a Yitro algunos de los detalles más dramáticos de su viaje de las últimas semanas. Yitro estaba tan favorablemente impresionado con Jehová que él quería hacer de este dios superior su propio dios. En realidad, él no estaba dejando todos sus dioses sino que era un asunto de aceptar a Jehová como el dios más grande…el dios sobre todos los dioses. El proceso de aceptar a Jehová involucra dos sacrificios específicos (nosotros aprendimos que eran llamados el ‘Olah y el Zevah), y se sella con una cena sagrada. En esencia, Yitro se convirtió en un Israelita, aun cuando no está del todo claro si de aquí en adelante Yitro entregó su identidad como Madianita, y más bien, ahora se veía así mismo como un hebreo. 

Vamos a volver a leer la última mitad de Éxodo 18 para poder ver la relevancia en la lección de esta semana. 

LEER ÉXODO 18:13 – hasta el final 

El día después de la ceremonia de conversión de Yitro, Moisés estaba sentado actuando como juez de las personas; eso es, él era el árbitro de las disputas. Y, aparentemente él era el único juez, porque él tenía una larga fila de personas esperando para presentarle sus reclamos; se dice que las personas estaban paradas en fila desde el amanecer hasta el atardecer. Yitro observó esto y en el momento apropiado, lo discutió con Moisés. Ahora, aunque típicamente nosotros recordamos este incidente como que Moisés estaba agotado y con demasiado trabajo, en realidad la preocupación primordial de Yitro parece ser por las personas que esperaban interminablemente estar delante de Moisés. Y, se hace claro en el versículo 15, que Moisés no solo juzgaba los asuntos legales de las personas, sino que también era el consejero espiritual; ellos venían a él para preguntarle lo que Dios quería que ellos hicieran en situaciones específicas de sus vidas. Ahora, esto era un asunto de buenas y malas noticias; ya que era bueno que la gente estaba aprendiendo a buscar la dirección de Jehová, pero era malas noticias ya que la gente sentía que la única manera en que podían acercarse a Jehová era a través de Moisés. Y, con certeza, Moisés estaba rápidamente acercándose a un estado de agotamiento. 

Uno se pregunta de dónde Yitro obtuvo tanta sabiduría para ofrecerle a Moisés el consejo que le ofreció; el cual en esencia era establecer un tipo de sistema de gobierno, con jueces menores, y jueces mayores, y así sucesivamente. Y, aparentemente, aun cuando no es revelado, Dios debió de haber estado de acuerdo con Yitro porque Moisés lo estableció inmediatamente. 

Ahora, el sistema de organización que se estableció suena muy similar al sistema grecorromano que se instituyó 1000 años después: debía haber líderes de 1000, líderes de 100, líderes de 50 y líderes de 10. Para aquellos de nosotros que hemos estado en el ejército, entendemos bien este sistema; pero para quienes no lo han estado, básicamente funcionaba de esta manera: 10 personas reportaban a 1 líder. Cinco de estos líderes (que, en total, representaban a 50 personas) reportaban a un jefe de 50. Dos de estos jefes (cada uno controlando 50 hombres más sus líderes) reportaban a alguien que controlaba 100. Diez de estos líderes, cada uno a cargo de 100 hombres más sus líderes, reportaban a un hombre que, por lo tanto, estaba a cargo de 1000 hombres, más todos sus líderes.

Hay varios elementos interesantes en este asunto de Yitro aconsejando a Moisés que nosotros no debemos pasar por alto. Primero es el crédito para el establecimiento del sistema de justicia de Israel que se le da abiertamente a uno que no es Israelita. Aun más, Yitro era un Madianita; él era parte de la confederación de tribus que en unos pocos años el Señor Dios le ordenaría a Moisés que destruyera. Madian llegaría a ser como Amalek: gente especialmente marcada para destrucción debido al problema que le causaron al pueblo de Dios. 

Segundo es que el sistema de poder judicial que Yitro recomendó (y Moisés estableció) es puramente secular. Osea, que no está compuesto de aquellos que serán separados para ser siervos de Dios entre Israel, los Levitas y los Sacerdotes. De hecho, el versículo 21 deja claro que los jueces escogidos serían elegidos de entre “todas las personas”. En otras palabras, estos serían ciudadanos comunes y corrientes, no jefes de tribus o príncipes, y tampoco ancianos. La jerarquía existente de tribus y jefes y cabezas de clan sería puesta a un lado en favor a las personas escogidas por su sabiduría y rectitud de su estatus social. Permítanme decirles aquí mismo, como quiera que sea, el poder y la política siempre han jugado un papel importante en los asuntos del hombre desde que hubo suficientes personas para que HUBIERAN clanes y tribus. Así que, yo no tengo duda alguna que el proceso de selección no fue tan puro como debió de haber sido y probablemente algunos hombres que debieron de haber sido escogidos fueron omitidos y otros fueron incluidos como jueces. 

Tercero, este sistema de poder judicial….aun cuando fue validado por el Señor….fue ORDENADO por el Señor. Jehová NO le dijo a Moisés que estableciera un sistema de poder judicial, ni tampoco le dijo COMO hacerlo. Esto fue un establecimiento HUMANO. Ahora, yo creo que nosotros podemos decir con seguridad que la providencia de Dios juega un papel principal en este establecimiento y en la selección de hombres, pero hay un gran componente de democracia revolucionaria (en términos del Medio Oriente) donde las PERSONAS escogen a quienes ellos quieren que sean sus jueces. 

Cuarto, este sistema judicial debe reunirse de forma regular. No se trata de un comité en el que las reuniones se llevarán a cabo según sea necesario, ni en el que los jueces serán seleccionados nuevamente cada vez. En una comunidad de 3 millones de personas, habrá muchas disputas que resolver cada día. 

En conclusión, Israel estaba bastante bien organizada, aún antes de haber recibido la Ley: las instrucciones y los mandamientos pudieron haber sido difundidos bastante rápido a las personas, y los conflictos diarios eran resueltos rápidamente. 

También se nos recuerda con esto que Jehová es un Dios de orden y estructura, no de caos y aleatoriedad. Desde el comienzo de nuestros estudios, les he pedido que presten especial atención a los diversos patrones de Dios, tipos, sombras y sistemas que vemos en la Torá, porque no estarán presentes solo una vez; estarán presentes al menos hasta que venga Jesús, y muchos de ellos seguirán aplicando por toda la eternidad.

Dios les estaba mostrando a Moisés y a Israel que ellos podían contar, depender y confiar en Sus leyes, reglas y estructuras. Estos mandamientos no eran extravagantes, ni tampoco cambian según el humor de Dios. Ellos podían conocer a Dios, hasta el alcance que una mente humana podía comprender y entender las formas del Dios Eterno del Universo . Lo que eso quiere decir para nosotros es que el orden, método y razonamiento que Dios usó en tiempos Bíblicos y en establecer la Torá está todavía en vigencia hoy en día y al nosotros ver los eventos de las profecías de los últimos tiempos revelarse en el futuro. Yo encuentro esto bien reconfortante. Jehová quiere que su pueblo sepa que todo va estar bien, y no que estemos ansiosos. 

A finales del capítulo 18, se deja claro, una vez y por todas, que mientras Moisés esté vivo, el será la autoridad final en todos los asuntos. Y claro que, esto había sido declarado para nuestro propio conocimiento a comienzos de Éxodo cuando se nos dice que cuando Moisés habla, es como si fuese Dios el que está hablando. No debe de asombrarnos que Moisés sea visto con tan tremendo honor y estima para el pueblo judío: como cristianos, nosotros debemos reconocer el lugar especial que Moisés tiene delante de los ojos de Dios.

A Yitro ahora se le es dado permiso para que regrese a su tierra, Madián; probablemente a una corta distancia de donde él estaba. 

Esto concluye la segunda de las 6 divisiones del libro de Éxodo, y con el capítulo 19 nosotros entramos a la tercera división: Pactos y Leyes.

LEER EL CAPÍTULO 19 

Al entrar a esta tercera sección de Éxodo, la que yo llamo Pactos y Leyes, es el tercer mes de la jornada de los Israelitas fuera de Egipto…o como se le llama en hebreo, Mitzrayim. Delante de ellos les espera una reunión con Dios que no solo iba a cambiar su propia existencia e identidad, sino que iba a traer una nueva dinámica al mundo entero. Porque, Jehová estaba trayendo a Israel fuera de Egipto para que pudiese reunirse con EL, en Tierra Santa…la Montaña de Dios….con el propósito de establecer una nueva relación con los retoños de Jacob. 

Jehová había estado preparando a Israel por cientos de años, paso a paso, para este transcendental evento. El había creado un pueblo separado a través de Jacob, permitiéndole vagar en una tierra que no era suya, luego residir temporalmente y llegar a ser una enorme nación en otra tierra que eventualmente los iba a esclavizar, y finalmente Él los iba a rescatar a ellos de la mano de sus opresores. Él les dejó ser grandes testigos de milagros; El demostró a través de desastrosos golpes en contra de Egipto (que no lastimaron a los hebreos), que Israel era un pueblo separado….o como la Biblia dice, Dios hizo una distinción entre Israel y el resto del mundo. Jehová PERSONALMENTE los dirigió por medio de SU presencia visible a través del desierto; ÉL los alimentó y les dio agua a través de medios sobrenaturales, y ÉL peleó por ellos y derrotó a sus enemigos, Amalek, en batalla. 

Como resultado de todo lo que Dios había hecho por ellos, ¿acaso había cambiado Israel bastante en los últimos 3 meses desde que salió de Egipto? Sí y no. Sí, en el sentido de que ellos ahora estaban completamente al tanto que el poder de Jehová no tenía limite, y que Moisés era el hombre escogido para dirigir a Israel, y ahora ellos tenían un TEMOR positivo de Jehová. No, en el sentido de que su fé en Jehová todavía estaba minúscula, ellos todavía no entendían que Jehová no era solo el Dios de Israel, sino que era el único Dios, ni tampoco ellos remotamente podían captar la SANTIDAD de El Shaddai…..EL DIOS MÁS SUPREMO. 

EL Señor Dios está a punto de formar una relación nunca antes vista entre dios y el hombre; una relación de pacto. El primer pacto que Dios construyó fue más una promesa que un pacto. El pacto de Abraham fue una promesa para Abraham que sus descendientes serían muchos, y que el Señor Mismo iba a proveer una tierra ya escogida para que sus descendientes vivieran, y que a través de estos descendientes todas las familias en la tierra serían bendecidas. Abraham no tenía ninguna obligación. Lo que el Señor iba hacer no tenía nada que ver con la manera en que él se comportara o las acciones de Abraham. 

El pacto que el Señor estaba a punto de hacer en el Monte Sinaí era fundamentalmente diferente que el Pacto de Abraham: el pueblo de Israel tenía obligaciones que cumplir. La manera en como Dios iba a responder dependía en como Israel se comportara. 

Ahora, los pactos eran algo muy normal en esos días (en aquella era) de dos personas de igual poder que hacían un acuerdo que era mutuamente beneficioso; o los pactos eran de la clase de estado protector en el cual un rey hacia un acuerdo con sus súbditos; que era el establecimiento de una relación entre desiguales…..uno era un hombre con poder, el otro lado estaba bajo su control. Sus súbditos podían ser unos cuantos cientos de personas que formaban su reino, o en el caso de un imperio, podía consistir en naciones enteras a las cuales él controlaba. 

Así que, aun cuando usamos el término “pacto” cuando hablamos de la promesa de Dios para Abraham, y del oráculo dado a Moisés en el Monte Sinaí, esos son como-pactos pero no necesariamente están hechos para los propósitos o términos del pacto convencional de aquellos tiempos de la antigüedad. 

Además, el que un dios formara una relación de pacto con un grupo de personas era un fenómeno completamente nuevo. Era, y permanece, exclusivo entre todas las culturas conocidas que son basadas en religión. Así que, lo que vamos a encontrar es que no es que muchas de las Leyes que Jehová iba a ordenar a través de Moisés eran nuevas y extrañas a los oídos de los hebreos (la mayoría de las leyes y mandamientos que Dios le iba a dar eran familiares y tenían paralelos en otras sociedades del Medio Oriente), es la RELACIÓN del dios hebreo con el pueblo hebreo……una relación como un pacto…….no tenía paralelo alguno. 

Y, ahora, en el versículo 2, Israel ha llegado al pie de la Montaña Santa; y Moisés comienza a subirla, seguramente yendo hacia el mismo lugar donde el había tenido el encuentro con Dios, en la forma de una zarza ardiente, 2 años atrás. No pierde tiempo; inmediatamente Jehová le dice a Moisés que Él tenía un mensaje para el pueblo de Jacob, de Israel, y es este: 

Primero, ustedes no están aquí porque hayan hecho ALGO. Yo aniquilé a los egipcios por su bien, Yo los traje a este lugar, y ahora yo los traigo a Mí Mismo, porque Yo escojo hacerlo. 

Segundo, Sí…..sí…… ustedes escuchan, aceptan, y siguen el Nuevo Pacto que Yo estoy a punto de darles, entonces ustedes vendrán a ser mi propiedad, mi propio tesoro preciado. 

Tercero, Sí…. Sí…..ustedes siguen este Nuevo Pacto, entonces Dios los va considerar como un reino de sacerdotes, y un grupo de personas SANTAS, santificadas. 

Daté cuenta que dije “Nuevo Pacto”. Este pacto, lo que nosotros generalmente conocemos como “La Ley” o el Pacto de Moisés, iba ciertamente a ser el nuevo pacto. El pacto bajo el cual Israel estaba operando en aquel momento era el pacto de Abraham. Ese pacto les prometía a ellos su propia tierra, y que ellos iban a crecer numerosamente; que a través de ellos el mundo entero sería bendecido, e Israel seria extremadamente fructífero. Este nuevo pacto que ellos estaban a punto de recibir ciertamente no tiene la intención de abolir el pacto anterior, ¿verdad? El pacto en el Monte Sinaí no REEMPLAZO el pacto que Dios había hecho con Abraham, 600 años atrás. Dios no dijo, “en lugar de darles una promesa para una tierra propia, Yo voy a darles Mi Ley”. El pacto nuevo que los hebreos estaban a punto de recibir tenía un propósito diferente que el anterior. Estos dos pactos debían ser complementarios, trabajando mano a mano. 

Es por esta razón que a mí me desagrada aplicar el término “Nuevo Pacto” al pacto que es Yeshua HaMashiach. Ya que en nuestra mentalidad gentil nosotros tenemos este retrato que una vez tenemos un pacto nuevo, el anterior o los anteriores llegan a ser obsoletos, abolidos, reemplazados. Esto no es cierto. Ciertamente en lo que concierne al Pacto que es Cristo, en un sentido, algunos elementos de los pactos anteriores fueron transformados de ser sombras o tipos de una realidad futura, hacia la esencia mayor a la que los pactos estaban apuntando. Por ejemplo, el sistema de sacrificios usando sangre de animales para redención de pecados (que realmente comenzó con Adán y Eva), sería transformado en su esencia mayor con Yeshua; Su sangre siendo la verdadera sangre que había sido intencionada para los sacrificios de animales; y, por lo tanto, el sacrificio de Yeshua fue el último y el final sacrificio para redención de pecados que iba ser necesario. El sistema de Sacrificios no terminó, y realmente no CAMBIÓ….más bien fue transformado; la sangre de un inocente era todavía necesaria para redimir los pecados. Así que, cada vez que nosotros, en fe, contamos con la sangre de Cristo como redención de nuestros pecados, estamos cumpliendo el punto y propósito y espíritu del sistema de sacrificios. 

Aunque, en otro sentido, cada uno de los pactos de Dios, en el momento en que fueron dados, fueron desarrollados y establecidos completamente por el propósito Divino que Jehová los creó. Nosotros compramos modelos nuevos de computadoras y carros porque los modelos nuevos tienen aplicaciones y capacidades que modelos antiguos no tienen. Porque mientras nuestro conocimiento y tecnología avanza nosotros podemos hacer las cosas que creamos mejor, más útiles, y más completas. Esta es la manera del hombre. Esta NO es la manera con los pactos de Dios. Dios no creó un pacto primitivo, poco sofisticado, con Abraham y luego creó uno más avanzado, un pacto para la próxima generación con nuevas aplicaciones en el Pacto de Moisés, y luego cuando la visión y capacidad de Dios aumentaron, hizo un pacto más enérgico en el Nuevo Testamento que es Cristo. Cada uno de estos pactos fueron creados, y permanecen, perfectos e intactos con el propósito que Dios tiene planeado para cada uno de ellos. 

Y, ciertamente, algunas partes de estos pactos están envejeciendo, como Pablo dice en Hebreos 8:13. “porque al pasar el tiempo, más de los términos de cada pacto se acercan a su total cumplimiento; mientras más antiguo el pacto, más de los términos han sido cumplidos y menos quedan para ser cumplidos”. Por ejemplo, en el Pacto de Abraham, Israel fue prometido una tierra propia y ahora ellos la tienen (de hecho, para nunca ser expulsados). Y, los descendientes de Abraham ciertamente han bendecido al mundo gentil al igual que al mundo hebreo. En el Pacto de Moisés el propósito del sistema de sacrificios ha sido traído a realización con la muerte de Yeshua. Pero, el propósito de la Ley, la que muestra a los hombres los principios de Dios, sus atributos, y lo que le agrada y desagrada a ÉL continuará hasta al menos el Reino del Milenio (¿Sinó, cómo vamos a saber cuál es la definición de pecado?). Aun el Nuevo Pacto tiene cosas que han sido cumplidas: el hijo del Rey David (el Mesías Jesús) ya vino y se fue y nos redimió de nuestros pecados. ¿Acaso eso quiere decir que el Nuevo Pacto está ahora obsoleto, solo porque es 2000 años viejo y algunos de sus términos han sido cumplidos? Claro que no. El Pacto de Abraham es el más adelantado en tener todos sus términos cumplidos, el Pacto de Moisés tiene muchos elementos cumplidos pero tiene muchos que no han sido cumplidos, y el Nuevo Pacto tiene algunos elementos cumplidos pero muchos más que quedan para ser cumplidos (como el regreso de Cristo, la salvación de todo Israel, la destrucción de Armagedón, y el establecimiento del Reino de Milenio). 

Los 3 pactos son necesarios, todos están vigentes, y es solo que algunos están más cerca de haber cumplido el propósito de cada uno de sus elementos que los otros. 

Permítanme darle una corta analogía y continuamos. Cuando construyes una casa, la misma tiene varios componentes básicos: comienzas con la preparación en la tierra, luego pones un piso de cemento, paredes, luego un techo, y luego el panel de yeso en las paredes, el revestimiento, etc. Ahora, si preparas la tierra y echas el piso de cemento y completas esa porción del trabajo, ¿acaso eso quiere decir que en el momento en que echaste el piso de cemento, el propósito del mismo está muerto y terminado? ¿Qué el piso de cemento ahora, de alguna forma está, obsoleto solo porque su uso y propósito ha sido en su mayoría completado en el orden de construir una casa? Claro que no. La casa completa debe ser ahora construida en ese piso de cemento que ha sido preparado para aguantar el peso de lo que va ser construido encima. Si disuelves el piso de cemento, no habría manera alguna de construir y completar la casa. Es de la misma manera con los pactos de Dios…todos ellos eran necesarios y todos ellos aún son necesarios. 

En el versículo 7, Moisés, quien recibió instrucciones de llevar este mensaje de Jehová al pueblo, reúne a los representantes del pueblo, los ancianos, y les dice lo que Dios ha dicho. No pensemos ni por un minuto que todos los 3 millones de israelitas estaban reunidos en un solo lugar para escuchar a Moisés hablar… Moisés no tenía un megáfono gigante de piel de cabra que permitiera a cada persona escuchar su voz. Es importante entender que entre el versículo 7, donde se reúne a los ancianos, y el versículo 8, donde "el pueblo" responde que haría todo lo que Yehovah instruyera, pasó algún tiempo. Sospecho que unos días, ya que los ancianos habrían regresado a su gente después de su reunión inicial con Moisés, cada uno según su tribu, y habrían transmitido las palabras de Dios a los líderes de grupos bajo su cargo, y esos líderes a grupos más pequeños, hasta que cada persona hubiera escuchado las palabras de Dios y respondido. Luego, su respuesta habría vuelto a subir por la cadena de mando hasta llegar a Moisés, confirmando que el pueblo de Israel, por su propia elección, estaba dispuesto a obedecer a Jehová.

Aquí nosotros hemos visto otro importante patrón de Dios establecido. Primero, Dios nos pone al tanto de SU presencia. Segundo, ÉL hace una pregunta: ¿vas a escuchar, obedecer y seguirme? Tercero, si nosotros respondemos que sí, entonces Él entra en una relación con nosotros y comienza a familiarizarnos con Su voluntad para nuestras vidas. Si nosotros respondemos que no, se termina la conversación…al menos por ahora, pero pudiera ser para siempre. Así que, antes de Dios darle a Moisés y a Israel Su voluntad con ellos, a través del Pacto de Moisés, El primero le dijo a Moisés que fuera donde el pueblo, y basado en lo poco que ellos sabían de Dios hasta este momento, les preguntara si ellos iban a escuchar y obedecer. Dado que dijeron, “Sí” a Dios, ÉL ahora iba a exponer SU voluntad para ellos. 

Es el mismo procedimiento para nosotros con Cristo: se nos pone al tanto de Su presencia, luego le sigue SU oferta de ser nuestro Señor, y Si por nuestra propia elección nosotros respondemos con un “si”, ÉL entra en una relación con nosotros y nos guía de acuerdo a la voluntad del Padre. 

¿Por qué alguien pensaría que el principio para entrar en una relación con Jehová sería diferente para nosotros hoy en día, en comparación con Israel en el Monte Sinaí, hace apenas 3400 años? El tiempo es irrelevante para Dios. ¿Acaso no es este el Dios eterno e inmutable con el que estamos tratando aquí? Dios no estableció estos patrones y planes divinos, los implementó y los registró en la Torá solo para cambiarlos en otro momento. Aunque, al escuchar a algunos líderes y maestros cristianos, podrías pensar que eso es EXACTAMENTE lo que Él hizo; como una especie de trampa o como si hubiera dado a la humanidad una oferta defectuosa e inferior, para luego reemplazarla con una mejor en una fecha posterior. Si ese fuera el carácter de Yehovah, entonces Él también podría rescindir y abolir el pacto que es Cristo, ¿no? ¿Y dónde nos dejaría eso? Afortunadamente, ese NO es el caso, pero es hora de que la Iglesia lo comprenda; y de que se dé cuenta de que la Torá y el Antiguo Testamento tienen el mismo peso que siempre han tenido. Hemos revisado en esta clase, una y otra vez, que el mismo Yeshua enseñó que NINGÚN elemento, ni el más mínimo, había sido eliminado de la Torá con Su venida, y que aquellos que enseñaran que algunos elementos SÍ habían sido eliminados serían considerados ¿Qué en el reino de los cielos? ¡ MENOS! Y, aquellos que enseñaran que la palabra de Dios, TODA ella, permanece mientras existan los cielos y la tierra, serán considerados ¿Qué en el reino de los cielos? ¡GRANDES! Así que sigamos la directiva de Cristo y regresemos a la Torá y redescubramos tantas enseñanzas y aspectos de Dios que han sido desechados y reemplazados por doctrinas humanas a lo largo de los siglos.

En el versículo 9, después de que Moisés regresó a Dios con la respuesta del pueblo de que escucharían y obedecerían, Jehová le dijo a Moisés que Él vendría a él en una densa nube en la montaña, Y que, cuando hablara con Moisés, el pueblo TAMBIÉN escucharía Su voz. ¿Por qué quería Dios que todos lo escucharan? Para que creyeran en Moisés. Dios conocía bien a este pueblo. Nos conoce bien a NOSOTROS. A pesar de todo lo que Jehová había hecho a través de Moisés, sabía que el pueblo estaría escéptico sobre las leyes y mandamientos que Moisés les presentaría si no los escuchaban directamente de la boca de Dios.

Ahora, antes de que Dios le diera Sus mandamientos y enseñanzas, ÉL le instruyó a Moisés que las personas debían ser purificadas. Debían purificarse ellos mismos y su ropa, lavándola con agua. Y, en el tercer día después que comenzara el proceso de purificación, ENTONCES Dios se acercaría a ellos. 

Ahora, aun cuando se habían purificado, ellos no podían acercarse al lugar donde Dios moraba: la Montaña Santa, la Montaña de Dios….Monte Sinaí. Jehová instruyó a Moisés que debían construir un borde, una verja, como marca entre el piso del desierto, y lo que se consideraba ser la montaña. 

Aquí obtenemos el principio de Dios que hay una barrera entre Dios y el Hombre…entre la Tierra y el Cielo. Que donde Dios mora es tan sagrado y puro, que la corrupta humanidad no puede estar frente a la absoluta pureza del Cielo sin antes haber sido completamente purificados. Y, date cuenta que a pesar de la purificación externa que los Israelitas hicieron, al bañarse y lavar su ropa, eso no era suficiente para poder cruzar esa verja, esa barrera al final de la montaña, y pararse en la Tierra Santa. Como puedes ver, aun cuando el ritual de lavarse que ellos fueron instruidos a realizar era simbólico de purificación interna, espiritual, la misma era solo una purificación externa. Al ellos lavarse no hizo que pudieran purificarse espiritualmente; es sencillamente una lección, una enseñanza, el cumplimiento de lo que apunta hacia la única manera en la que la humanidad solo podía ser espiritualmente purificados: y eso era ser lavados con la sangre de Cristo. 

Entonces, incluso DESPUÉS de haberse lavado con agua, no se les permitió cruzar la barrera, ni siquiera tocar la ladera de la montaña, el lado Santo, de la cerca, bajo pena de muerte… esto, por supuesto, también se aplicaba a los animales. Así que podemos suponer que esta extensa pared que construyeron era lo suficientemente alta como para mantener dentro a las ovejas y cabras, que tienden a saltar sobre este tipo de obstáculos. Estos animales eran valiosos y no querían perderlos ante el juicio de Dios.

Ahora, no necesitamos un estudioso de la Biblia para saber que la barrera debió de haber sido construida con las únicas cosas que estaban disponibles en el lugar donde ellos estaban ubicados: piedras. Y, de hecho, el remanente de esa barrera, aparentemente, ha sido encontrada. 

Dios le dijo a Moisés que en el momento apropiado, ÉL iba a tocar una trompeta, para llamar a Moisés y al pueblo, para que se acercaran a los bordes de la montaña… pero, quedándose detrás de la montaña…..y luego Él se haría visible en la forma de una gruesa nube oscura en la cima del Monte Sinaí. 

¿Puedes imaginarte la aprensión de las personas? Yo creo que el aire debió de haber estado lleno de ansiedad y expectativa al acercarse el 3er día: la gente estaba a punto de ver un lado de Jehová que, hasta este momento, aparentemente ellos no habían visto. De repente, la nube se forma; relámpagos son vistos en cielo en horas de luz, y los truenos hacen que la misma tierra en la que están parados vibre y resuene con el ritmo de los truenos. Cuando aparenta como que ellos no pueden aguantar más, el cuerno de un carnero, un Shofar, es escuchado desde el tope de la montaña, la nota haciendo eco desde las paredes de piedra del valle, tan fuertemente que aterroriza a los Israelitas. Luego, humo comienza a presentarse como una masa nebulosa desde el tope de la montaña…humo como el de un horno. Y, luego la montaña físicamente se estremece bajo el estrés de cargar el peso de nuestro impresionante Dios. 

Mientras el trueno y el rayo y el sonido del Shofar construyen un ensordecedor crescendo, Moisés le habla al Dios Todopoderoso, y Jehová le responde…no en código…. no en un ruido estruendoso…más bien, se nos dice, por medio de una voz….una voz que todas las personas escucharon y entendieron. Pero, lo que la voz decía era que Moisés, solito, debía subir a la montaña, y pararse delante de Dios. Y, Moisés subió la montaña. 

Ahora, después de todo este desarrollo, la estadía en el tope de la montaña fue terriblemente breve; Dios inmediatamente le dice a Moisés que regrese abajo y les advierta a las personas que no crucen la barrera, el límite de la montaña para que no mueran. El también le dice a Moisés que advierta a los sacerdotes que es mejor que ellos se santifiquen apropiadamente al igual que el pueblo lo había hecho, o Dios los iba a castigar a ellos. 

Aparentemente, el Dios que todo lo sabe, sabía que muchos de los hebreos tenían una inclinación a no respetar las instrucciones de Dios en lo que respecta a la barrera, y estaban planeando brincarla. Y, Moisés, le dice, “¡Dios, ellos NUNCA harían eso, después de todo, ellos fueron los que levantaron la frontera, la barrera, que les ordenaste!”. Dios le dice, ve y díselos otra vez. Y, de una vez, trae a Aarón contigo cuando regreses. Ahora, nosotros vemos otro principio de Dios siendo establecido que va a tomar lugar en la construcción del Tabernáculo del Desierto, y luego va a ser transferido al Templo: solo el Sumo Sacerdote, en este caso, Aarón, puede entrar hacia el Lugar Santísimo de Dios; y solo al mandato de Dios. Ningún sacerdote de menor rango puede entrar. Date cuenta también la categoría especial en la cual Moisés se encontraba, delante de los ojos de Dios. Ya que, Moisés podía entrar y salir, pararse en Tierra Santa, viendo el rostro de Dios. Moisés estaba en un nivel más alto que un Sumo Sacerdote. 

Permítanme hacer un breve comentario acerca del término “Sacerdote” como es usado aquí; hasta este punto no había Sacerdocio Levítico. Así que, quiénes son estas personas llamadas “sacerdotes”. Ellos son los primogénitos de Israel; los hijos primogénitos de las culturas antiguas del Medio este solían llevar a cabo las responsabilidades de sacerdocio, tales como tener el honor de hacer sacrificios a sus dioses y dirigir a la familia en rituales y ritos religiosos. Esto iba a cambiar pronto, ya que Jehová iba a establecer un sacerdocio totalmente separado y esa función del primogénito iba a terminar. 

El capítulo 19 termina con Moisés bajando la montaña y nuevamente diciéndole a las personas, y los Levitas (la tribu sacerdotal), las advertencias y órdenes de Dios de PERMANECER FUERA DE SU MONTAÑA.