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Lección 38 – Génesis 44 & 45

Lección 38 – Génesis 44 & 45

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Génesis

Lección 38 Capítulos 44 y 45

 Vamos a continuar con la historia de José mientras continuamos con nuestro estudio de Génesis. Pero, mientras leemos Génesis 44, quiero que ustedes hagan algo: cada vez que vean a José tratando con sus hermanos, mentalmente vean a Yeshua tratando con nosotros. Como vamos a ver, José es como una clase de versión del Antiguo Testamento de Jesús; en muchas maneras más de las que podamos ver a simple vista. Yo no estoy diciendo de ninguna manera que José fue una encarnación temprana de la Palabra; más bien yo estoy queriendo decir que él es un “tipo”. José es usado, parcialmente, para crear un patrón del cual el Mesías iba a seguir. Naturalmente, debido a que José es un simple hombre, Él no puede ser comparado ( ósea es inferior ) a la esencia, naturaleza, talla y santidad de Yeshua HaMashiach; pero nosotros podemos aprender algunos principios valiosos acerca de Yeshua sobre lo que estamos leyendo de José. El truco es reconocer los patrones mientras eludimos las metáforas. 

LEER GÉNESIS 44 

A pesar de las preguntas que pudieron haber venido a sus mentes sobre las circunstancias que les rodeaba, la manera de cómo se sirvió el banquete a los 11 hermanos…….el haber sido invitados a comer a la casa del segundo hombre más poderoso en todo Egipto……la increíble coincidencia de haber sido sentados en el mismo orden de nacimiento……la extraña ofrenda de la porción real (5 veces más) de comida para Benjamín……ellos tomaron el grano que habían venido a buscar, empacaron todo en sus asnos y se fueron temprano en la mañana. Seguramente ellos pensaron que la pesadilla había pasado. 

Difícilmente. Al igual que antes, José hizo que le pusieran el dinero de cada hermano en la boca de su costal; pero un nuevo elemento fue añadido. La copa de plata de José fue puesta dentro de la boca del costal de Benjamín. 

Al poco tiempo de los hermanos comenzar su jornada de regreso a su casa, el administrador de la casa de José, enviado por José, los alcanzan y nuevamente los acusa de robarle algo a su amo. Los hermanos están perplejos. El administrador de la casa les dice a los once hermanos exactamente lo que José les había dicho que dijeran; ¿porque han pagado mal por bien? ¿Por qué me han robado la copa de plata? ¿No es esta la copa que mi señor usa para beber y por la que suele adivinar? 

Primero, hablemos de la copa. En realidad, era un cuenco… un cuenco de plata. El amo de la casa en Egipto en esos días, si era considerado un sabio o vidente, tenía un cuenco especial del cual solo él bebía. Pero también se utilizaba con el propósito de adivinar mensajes de los dioses. Uno solo puede imaginar cómo llegó José a tener este "cuenco de adivinación"… probablemente fue un regalo del faraón, ya que, después de interpretar con precisión los sueños del faraón, José fue indudablemente considerado el mayor y mejor sabio, adivino, de toda la tierra. Normalmente, el cuenco se llenaba de agua, y luego se colocaban objetos de oro o plata, amuletos, a veces con inscripciones mágicas escritas en ellos, y el vidente intentaba ver el futuro a partir de los reflejos. Es inimaginable que José realmente usara el cuenco para algo más que beber… pero para mantener la apariencia de ser completamente egipcio, utilizó el conocimiento común del cuenco como un instrumento de adivinación para seguir poniendo a prueba a sus hermanos.

De hecho: date cuenta de que nosotros nunca escuchamos una palabra de parte de los hermanos cuestionando si José era o no un egipcio……lo cual él no era. Así que, ¿Por qué nosotros no vemos a los hermanos de José preguntándose porque José no se VE como los otros egipcios? Los egipcios, después de todo, NO eran semitas. Ellos son descendientes de Ham. Y, sus características físicas son bastante diferentes a los Semitas, lo más que resalta es su color de piel siendo oscura, en vez de color olivo. Una vez más, tenemos otra alusión escondida a la gobernación de los Hyksos sobre Egipto en este tiempo. El Medio Oriente completo hubiese estado al tanto de esta situación política en Egipto, donde los Beduinos conquistaron y gobernaron a Egipto. Así que, no era sorpresa alguna para estos Israelitas de Canaán…estos Semitas….que el gobernante de Egipto se viera, físicamente, como ellos, aun cuando él se vestía de manera más como los egipcios y adoptaba las costumbres y tradiciones de los egipcios. Ya que los hermanos muy bien sabían que los semitas, en ese tiempo, gobernaban sobre Egipto……esto era conocimiento común. 

En respuesta a las acusaciones de haberse robado el tazón de adivinación del gobernante, los hermanos audazmente anunciaron que ellos estaban seguros de que el tazón no estaba con ellos, que, si el administrador de la casa inspeccionaba los sacos de grano y lo encontraba, que no solo se iban a ofrecer como esclavos al amo, sinó que el que tuviese el tazón debía morir. Me parece interesante que cada vez que es necesario para uno o todos estos hermanos israelitas probar su intento o su honestidad en un asunto, o necesitan resolver una situación difícil, usan como respuesta la muerte. Ellos asesinaron a los hombres de Shechem por haber violado a su hermana. Ellos decidieron matar a José, pero SOLO decidieron venderlo como esclavo porque pensaron que él no iba a sobrevivir por mucho tiempo esas condiciones. Judá le ordena a su nuera Tamar que la quemen viva por su supuesta fornicación y deshonra a la familia de Judá por haber salido embarazada sin estar casada. Rubén ofrece la vida de sus hijos a Jacob como retribución si algo llegaba a sucederle a Benjamín…etc. Lo que esto me muestra es que, hasta este momento en sus vidas, 10 de las 12 tribus de Israel tenían muy poco respeto por la vida, y no tenían completamente ningún entendimiento de los principios morales de Dios. 

El administrador de la casa rehúsa la oferta, pero le ordena que el culpable será el único que recibirá el castigo……y ese castigo era ser esclavizado, no la muerte. Y, claro que, para añadir más drama a la situación, el administrador de la casa, que sabía dónde había puesto el tazón, comienza su dramática inspección de los sacos de grano comenzando con el hermano mayor, y continúa hasta llegar al menor. Y, finalmente, cuando abre la boca del saco de Benjamín, el brillo del tazón de plata lleva a los hermanos en una histeria de confusión y de incredulidad, y ellos rasgan su ropa en señal de angustia, ya que ellos saben lo que esto significa; Benjamín, el favorito de su padre, puede ser esclavizado. Y, probablemente esto mate a Jacob. 

El verso 14, marca un momento decisivo en los personajes de algunas de las tribus de Israel. Date cuenta de que todos los hermanos regresaron con Benjamín, a la casa de José. Una vez el tazón ha sido encontrado, todos los hermanos, excepto Benjamín, estaban libres de regresar a sus familias en Canaán. Pero, no lo hicieron. En vez de resolver el problema de la manera en que tanto tiempo atrás lo habían hecho con José cuando lo abandonaron, ellos decidieron quedarse con Benjamín y llevar juntos lo que fuese que el destino guardaba para ellos. Y, era Judá el que ahora actuaba como el portavoz de los hermanos. Judá, que confesó que era él, el que había hecho mal, y no su nuera, ahora embarazada, Tamar; el Judá que se ofreció a EL MISMO como garantía a su padre, Jacob, Israel, por la vida de Benjamín. Judá ahora confiesa todo a José, y le dice que aun cuando ellos son inocentes de haberse robado el tazón o su dinero, que ciertamente, ellos son culpables delante de Dios. Culpables por todas las cosas malas que habían hecho. Culpable por haber vendido a su hermano menor a esclavitud, culpable por engañar y causarle dolor a su padre hasta el punto de la muerte. Y, Judá, el más humillado por la vida, aparentemente, de los 11 hermanos, hace lo que en una pequeña medida su gran descendiente, Yeshua, Jesús de Nazaret, va a ser en una medida infinita en el futuro: él se ofrece a pagar los pecados de sus hermanos. 

Yo quiero tomarme un momento para mostrarles algunas características de José y como el reacciona, y aún más su relación con el Faraón que nos puede ayudar a entender a Jesús y SU rol, ya que ha sido entendido por mucho tiempo que José era un tipo de Mesías. 

En el verso 9 y 10, cuando los sirvientes de la casa de José acusan a los hermanos de haberse llevado el tazón usado para adivinar, los hermanos dijeron que el que fuese encontrado con el tazón moriría y todos los otros hermanos iban a convertirse en esclavos de José. La respuesta a esta oferta es esta: No, solo el que hizo el acto es el responsable, los otros se pueden ir en paz. 

Aquí nosotros tenemos, ciertamente el principio más grande de salvación en Cristo: ustedes son responsables SOLO por SUS pecados, no por los pecados de nadie más. Aún más, nadie más puede pagar el precio por tus pecados; Tus pecados están sobre tu cabeza. ¿Era tú padre un abusador? Tú no eres responsable por sus pecados. ¿Fue tú madre mala y ensimismada? Tú no eres responsable por sus pecados. ¿Es tú hermano criminal? Esos son sus pecados no los tuyos. ¿Eres tú rebelde? Nadie más aparte de ti es responsable por tus pecados. Esto, independientemente, es una buena noticia, mala noticia; porque aun cuando tú no eres responsable por los pecados de otros, tampoco los otros son responsables por tus pecados. Tú debes cargar tú propia culpa. Y, como el pago del pecado delante de Dios es muerte…TU muerte…tu muerte ETERNA…… ¿qué debemos hacer para escapar este destino del cual aparenta no haber esperanza? 

Un poco más tarde en el verso 16, se nos da este intenso discurso por parte de Judá, y otro principio de salvación es traído a la luz. Judá le admite a José que es inútil suplicar inocencia delante de él; porque aun cuando ellos no habían cometido el crimen del cual eran acusados (robarse el tazón de plata), ellos si eran culpable de otros crímenes; crímenes que ellos pensaron que estaban bien ocultos e incognoscibles; crímenes del pasado y casi olvidados; crímenes del corazón y del alma. Ellos estaban infectados con pecado y como resultado vivían unas vidas pecaminosas. Y, a pesar de su apariencia exterior de honestidad e integridad, y su ruego sincero de inocencia, todo lo que ellos eran, todo lo que ellos habían hecho, había sido expuesto por Dios.

Esta es exactamente la posición que nosotros tenemos delante de Jesús. José le dice a Judá “¿cómo es que tú crees que puedes esconder ALGO de mí, acaso no sabes que yo practico adivinación? ¿Qué es adivinación? Es el supuesto poder de los dioses usado para ayudar al adivinador humano a discernir cosas ocultas. La adivinación es el intento del hombre de ser como dioses. La mayoría de las veces era un engaño cometido hacia otro hombre. En otras ocasiones los hombres entregaban sus vidas a Satanás quien les daba ciertos conocimientos a cambio de sus almas. En ocasiones, Dios da el poder de discernir divinamente a sus profetas. 

Jesús dice que no hay NADA oculto de Él. Toda la maldad y engaño que está en nosotros es expuesta a ÉL. Y, ¿cómo Yeshua sabe esto? Adivinación. Yeshua, siendo divino, sabe todo lo que hay que saber de nosotros. Cosas que nosotros realmente no sabemos acerca de nosotros. ¿De dónde Yeshua saca este poder de adivinación? Simple. El es divino. 

Luego en el verso 18, se nos presenta un principio que puede pasar desapercibido a menos que nosotros podamos abrir nuestros ojos al mismo: Judá, al pagarle homenaje a José, dice esto: “…tu siendo IGUAL al Faraón…”. Ah, cuan CLAVE es esto. Mira la posición de José en Egipto. Él fue nombrado a tomar una posición de poder por Faraón. A José se le fue dada la autoridad de hacer uso de todo el poder del Faraón, por el mismo Faraón. José esta tan conectado al Faraón que ÉL es esencialmente igual al Faraón. Pero ¿es José el Faraón? No! El Faraón todavía existe y es lo más alto de lo alto. José era el gobernante, pero Faraón era Faraón. 

Esto fue puesto aquí para, que, en adición a saber este importante pedazo de historia, nosotros pudiéramos entender la relación entre Yeshua y Jehová. Entre Jesús el Hijo y Dios el Padre. Hay a la vez una igualdad…una unidad…..entre Jesús y el Padre, y además una subordinación del Hijo al Padre. José ejerce su poder absoluto y autoridad del Faraón, pero el NO era el Faraón. Yeshua ejerce el poder completo y la autoridad del Padre, pero Yeshua No era el Padre. José era el gobernante de Egipto, al igual que Faraón era el gobernante de Egipto, pero José no era el Faraón. Yeshua es Dios, pero EL no es Dios el Padre…EL es Dios el Hijo. Y, el Hijo es ultimadamente subordinado al Padre, al igual que José era subordinado al Faraón. ¿Puedes ver esto? La relación entre José y el Faraón es la demostración terrenal de lo celestial, la relación espiritual entre la Palabra que se hizo carne, Jesús, y el Padre de todas las cosas, Jehová. Y, claro que, el retrato presentado con José y el Faraón no es preciso o perfecto, porque lo físico nunca puede representar completamente o explicar lo espiritual. Pero, ES un retrato correcto aún con sus limitaciones. 

Así que, aquí en Génesis 44, como el primero de los 5 libros de la Torá, nosotros vemos este deslumbrador anuncio Mesiánico que rápidamente trae a nuestra mente lo que Jesús dijo como está escrito en Mateo 5:17, 18; “No piensen que he venido abolir la ley o los profetas, no he venido a abolir, sino a cumplir, porque de cierto les digo que hasta que los cielos y la Tierra dejen de ser ni una yod ni una tilde de la ley dejará de ser hasta que todo se cumpla.” 

Cuando Jesús dice, ‘Yo no he venido a abolir sino a completar’, en su sentido más literal debería decir, “Yo NO he venido abolir, sino a llenar completo (de significado). 

Los judíos hasta hoy en día estudian solo el Antiguo Testamento, el Tanach, la porción de la Palabra de Dios, el cual Jesús Mismo estudió. Y, todos los grandes líderes judíos religiosos y los Rabinos, tanto antiguos como modernos, que debieron de haber leído miles de veces estos pasajes en Génesis acerca de José en Egipto, y Judá ofreciendo su vida por la de sus hermanos, fallaron en ver el cumplimiento del mismo. De hecho, toda la Torá y los Profetas eran ciertamente entendidos como verdad; pero los hebreos de antigüedad pensaban que era más acerca de la historia de Israel y las leyes y mandamientos de Dios, que de Dios mostrándole su corazón y Su explicación para la necesidad y las características de un Mesías que iba a venir, y acerca de una relación personal con Dios. Y, era Yeshua quien iba a llenar la Torá y los Profetas de significado; no solo explicándolo, sino que, viviéndolo, y llevándolo hasta su máximo significado. Era a Jesús que la Torá y los Profetas señalaban desde el comienzo con el Libro de Comienzos, Génesis. Jesús no vino abolir la Torá y los Profetas, como muchos ahora piensan. El no vino a remplazar lo Viejo con lo Nuevo. El vino para traer al Testamento más Antiguo el significado y propósito más completo y mayor que Dios intencionada mostrar, a través del Nuevo Pacto. Y, claro que Jesús ES el Nuevo Pacto. 

La oración del Señor, como nos es instruida en Mateo 6, (el cual es el discurso que nosotros, hoy en día, llamamos el Sermón del Monte), se nos es dada como el mejor y más grande modelo de como orarle al Padre del Universo. Pero, recuerda: no es que nosotros le oramos A Jesús, sino que nosotros le oramos al Padre en el nombre de Jesús. Nosotros le oramos al Padre por medio de Jesús. AL estar unidos a Yeshua, Yeshua nos da acceso al Padre. Jesús no oró a EL Mismo, sino que al Padre. La misma oración comienza “Padre Nuestro…”. Pero, si pudiéramos encontrar un segundo ejemplo de cómo nuestra oración debe de ser, la misma sería la plegaria de Judá, aquí en Génesis 44, cuando se muestra postrado ante José. El confiesa todo; el acepta su falta de entendimiento, su impotencia ante la grandeza de su amo, su culpa…ciertamente no de lo que lo acusaban, sino que dé su culpa absoluta. El acepta que el trató de esconder su pecado y sus actos malvados, pero que el amo pudo adivinarlo todo, por lo tanto, fue un intento en vano. El intercede por otros, sus hermanos, Benjamín, su padre Jacob, a quién el ahora ama y valora sobre el mismo. 

El suplíca con completa honestidad del alma; él se ofrece así mismo, como sustituto, por lo que les tocaba a otros. 

Y, ahora, la pregunta es, ¿Cómo es que el amo, José, va a recibir estas suplicas? ¿Acaso él va a repartir justicia por la gran culpa de esos que ahora se postran en completa angustia delante de él? Aguanta la respiración porque lo que estamos a punto de ver al comienzo del próximo capítulo nos da la contestación. Y, está puesto ahí para mostrarnos la manera en que Jehová, Creador, Dios de Israel, responde a nuestras plegarias, desde nuestra posición absoluta, de innegable culpa.

Leer GÉNESIS 45 

En el último capítulo, nosotros vimos a Judá suplicando delante de José por misericordia. Confesando su culpa delante de Dios por sus acciones. Pidiendo ser el que reciba todo pago por las ofensas en contra de José. Ofreciéndose como sustituto por su hermano, Benjamín, para que su padre, Jacob, no sufra hasta el punto de muerte. 

Debido a que todo lo que hemos estudiado desde el capítulo 40 es una sombra del Mesías, nosotros estamos acercándonos a ese momento crucial en la Escritura que nos va decir como el Señor Dios del Universo escucha y reacciona a nuestras suplicas de misericordia. Y, es demostrado a nosotros en la forma como José reacciona a las suplicas de su hermano mayor, Judá.

EL capítulo 45 comienza diciéndonos que José simplemente no podía contenerse más. Así que el despide a todos los que estaban alrededor de él, para así poder estar a solas con sus 11 hermanos. Y, luego, el rompe a llorar. Con un llanto tan violento, con su cuerpo moviéndose agitadamente y una intensidad y gama de emociones saliendo de él, que su llanto podía ser escuchado fuera de la casa. Lo que el sintió probablemente todos nosotros, a cierto grado, nos podemos identificar con él. Esto eran lágrimas de profundo dolor que finalmente eran puestas en libertad; lágrimas de alivio al sufrimiento de tantos años que había llegado a una emotiva conclusión; lágrimas de gratitud por haberse reunido con su familia; de tristeza al ver a sus hermanos llenos de tanto remordimiento, pero a la misma vez, gozo, por haber sido testigo de ver a sus hermanos arrepentirse; y, claro que, esto le dio a José la oportunidad de perdonar. Pero, José también lloró ya que él sabía la cercanía de lo que el más añoraba; él iba a poder estar nuevamente delante de la presencia de su amado padre. 

Que gran similitud, pero a mayor espectro de emociones Jesús debió de haber sentido mientras ÉL colgaba en esa cruz, consumiendo, mermando su vida. Y, de repente ÉL siente la carga completa del peso inmensurable, demoledor de los pecados puestos sobre ÉL de cada ser humano que ha vivido, o que ha de vivir. Y, al absorber la furia Divina de SU Padre, en juicio justo, por los pecados que ÉL llevó, los cuales ninguno eran de ÉL. Y, el tiempo que ÉL permaneció callado, eligiendo aguantar por mi beneficio y tu beneficio, hasta que ÉL presintió que la conclusión se acercaba. Luego, en agonía y en victoria ÉL no pudo contenerse, y clama en alta voz poderosamente y lleno con tanto dolor: “¿! Eloi, Eloi, L’mah sh’vaktani?!” …Dios, Dios, ¿por qué me has abandonado? Esas personas que estaban reunidas alrededor de EL escondieron sus rostros en asombro y temor. Y luego se rasga el velo de 6” de grosor de arriba hacia abajo. 

Pero, Yeshua sabía, al igual que José sabía, que pronto él iba a estar en la presencia de su padre. Su misión fue cumplida. La voluntad de Dios fue hecha. Lo que sus hermanos le habían hecho a ÉL por maldad, el Padre lo había usado para bien. José salvó la vida física de Israel: Jesús salvó la vida eterna de Israel… y todas las familias de la tierra que iba a ser unidas a los pactos de Israel. 

Una cosa faltaba de hacer: José ahora ordena que su padre y todo el clan de Israel sea traído a Egipto para cuidar de ellos. Hasta este momento, solo los primeros dos años de la hambruna de 7 años había pasado, y los próximos cinco años iban a ser peor. 

Cuando Jesús muere, EL instruye a Sus discípulos “a alimentar a sus ovejas”. Al igual que José había perdonado a sus hermanos, el hecho de la hambruna permanecía vigente. Cuando Jesús se va, el problema en el mundo iba a continuar; la condición de mal y malevolencia iba a continuar. Y, gradualmente iba a empeorar. 

Cuando Faraón escucha sobre la llegada de los hermanos de José, él estaba contento por José y recompensa los años de servicio y lealtad con la orden de que debían de enviar vagones a Canaán para traer al clan de Israel y sus pertenencias de regreso a Egipto, y que se le debía dar la “mejor” tierra para vivir. Y, claro que, José ya había determinado que la tierra de Goshen era el lugar adecuado, e indudablemente ya se lo había sugerido al rey de Egipto.

EL Padre ha preparado un lugar para los hermanos de Yeshua…todos los que han aceptado y guardado la fe en Yeshua. Él está listo para darle la bienvenida a todo el que venga, y nos va a buscar en el momento apropiado. Un momento que yo creo que está muy cercano. 

La tierra de Goshen como lugar para Israel no era una elección arbitraria. Era una buena, excelente decisión, ya que tenía pasto perfecto para pastorear las ovejas. Pero, era de mucha importancia porque estaba lejos del bullicio de egipcios que detestaban a las ovejas y a los pastores de ovejas. Ya que la carne preferida de los egipcios era la de res, no las ovejas y ellos veían a los pastores como la clase más baja de gente. Esto iba a probar ser una bendición para los Israelitas, ya que durante los próximos 100 años o más, ellos iban a ser dejados tranquilos para prosperar y multiplicarse mucho más que los egipcios. Más tarde, el celo de los egipcios en contra del trato preferencial de los Israelitas y su prosperidad les llevaría a su persecución y esclavitud.

En la verdadera tradición Oriental, José envía regalos valiosos de regreso a Canaán para su padre, y para enriquecimiento de cada uno de sus hermanos, con Benjamín, una vez más, recibiendo la porción real de 5 veces más que la de sus hermanos. Uno solo pudiera imaginarse que este trato real de José sobre Benjamín probablemente continuó toda su vida. Y, pudo haber solo servido para hacer de la relación de Benjamín con sus hermanos una tensa. De hecho, yo sospecho que la instrucción de José a sus hermanos en el verso 24 de “no reñir en el camino”, en parte fue hecha debido al trato preferencial que Benjamín recibió, y lo que los hermanos pensaron que podían hacer con la misma. Después de todo, estos eran los mismos hombres que 20 años atrás habían depositado al joven José en un pozo seco solo por el favoritismo que su padre había mostrado hacia él. 

Yo creo que este comentario “de no reñir” es una inclusión extraña en la historia. Pero, como la historia de José es un modelo de lo que había de venir en Yeshua, la historia hubiese estado incompleta sin la advertencia de José hacia sus hermanos de no reñir. Ya que, esto es lo que se espera de los hermanos (hermanas) en Jesús, nosotros, mientras estemos en nuestra jornada con Dios. Él, al igual que los apóstoles, nos suplicaba que no discutiéramos, sino que tuviéramos unidad de espíritu. No un millón de cuerpos y una mente…sino que un millón de cuerpos y un corazón. Unificados no por un consenso, sino por medio de la unión en Cristo. Wow. Como lo hemos defraudado en esto. 

Al llegar a Canaán, ellos reportaron a Jacob que José estaba vivo, y que, de hecho, era el gobernante de Egipto. ¿No les hace pensar que Jacob de primeras no les creyera a estos hijos que habían probado ser de tan dudoso carácter? Yo sospecho que lo primero que pensó fue, ¿qué clase de truco es este, y qué van a ganar del mismo? 

Pero, al aparecerse los vagones y los regalos, él estaba convencido de la verdad, y el verso 27 dice que su espíritu fue revivido. Jacob, después de todos estos años, no se había recuperado de la pérdida de José, y la misma había hecho un daño a su semblante. Pero ahora, con la noticia de que José estaba vivo y bien, él fue lleno de paz; el doloroso pasado era olvidado, y su vida una vez más estaba completa.